El ‘equipo negociador’ del PSOE se encargará de explicar la amnistía
Félix Bolaños, Santos Cerdán, Salvador Illa y cinco socialistas más darán la cara cuando se anuncie el pacto con los independentistas
El Partido Socialista nombró un "equipo negociador" el pasado 4 de octubre. Un conjunto de nombres importantes de Ferraz que estarían al mando de las conversaciones con el resto de fuerzas parlamentarias para lograr un acuerdo de investidura que revalide el mandato del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sin embargo, este grupo no se encarga de negociar, según ha podido confirmar Confidencial Digital, pero su cometido sí será explicar los pactos alcanzados por los socialistas, según informan de fuentes del partido. Entre, ellos, la posible amnistía exigida por los partidos independentistas catalanes: Junts per Catalunya y Esquerra Republicana.
El equipo está formado por la ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero, el ministro de presidencia, Félix Bolaños, el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, la portavoz socialista, Pilar Alegría, la secretaria de Política Internacional y Cooperación, Hana Jalloul, y los diputados en el Congreso Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, y José Ramón Gómez Besteiro, delegado del Ejecutivo en Galicia hasta este verano.
Explicar los acuerdos
Ferraz ha diseñado dos equipos: uno se encarga de las negociaciones y otro se encargará de presentar los acuerdos públicamente. El segundo grupo fue denominado 'equipo negociador' del PSOE, pero no tendrá competencia en esa materia, sino que será el encargado de explicar los acuerdos cuando se anuncien. Una labor comunicativa que tendrá que ser pedagógica y que afecta directamente a uno de los problemas que los socialistas creen que han sufrido durante la pasada legislatura: no explicar bien las medidas impulsadas por el Ejecutivo a pesar de considerarlas buenas.
En el PSOE son conscientes de que no controlar la comunicación y el marco de conversación ha sido uno de los grandes fallos cometidos en los últimos cuatro años. Como adelantó ECD, hay un sentir general (desde la militancia hasta Moncloa) por dar voz a perfiles más duros que tenga intervenciones con mayor colmillo y defiendan la labor del Ejecutivo de forma contundente. Una pulsión que también está en la cabeza del presidente Sánchez, por lo que prepara un futuro Gobierno con figuras más políticas y de relevancia dentro del partido.
Una labor de comunicación pedagógica que en los últimos meses ha quedado en manos de José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente del Gobierno fue clave durante la campaña electoral y también ha sido una de las primeras voces socialistas en defender la amnistía públicamente. Una estrategia diseñada por Moncloa y Ferraz tras el éxito del 23-J, como informó ECD. Y que será de vital importancia en los pactos que el PSOE vaya alcanzando con el resto de formaciones, principalmente con Esquerra Republicana y Junts per Catalunya.
La posible amnistía
Esta labor de comunicación tendrá especial relevancia por la materia que se está negociando. Los socialistas ya buscan encaje constitucional a una amnistía, la exigencia número uno de los partidos independentistas catalanes. Una medida cuya clave podría estar en la exposición de motivos de la ley; es decir, en cómo explique el Ejecutivo la utilidad de una 'ley del olvido'. Una teoría adelantada por ECD y que ha sido piedra clave de la propuesta de amnistía presentada por Sumar, el partido de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que engloba a otras quince formaciones de izquierdas.
Una medida que podría resultar impopular y ha despertado fuertes críticas de expertos en Derecho Constitucional que la consideran inconstitucional a todas luces. Por lo que la labor comunicativa a la hora de 'vender' la necesidad social de esta medida (esquivando la motivación de conseguir los siete escaños de Junts) la consideran crucial en el PSOE. Una labor que ya fue compleja con la concesión de los indultos parciales a los líderes catalanes condenados por los hechos del 1 de octubre de 2017, pero que el partido dio por amortizada al haberse explicado correctamente y a falta de dos años para unas nuevas elecciones generales.
Empresas demoscópicas como GAD3 aseguran a este medio que tanto el perdón concedido a los exdirigentes independentistas como la posterior rebaja de la malversación y derogación de la sedición (delitos que afectaban a los encausados faltos de ser juzgados por el Tribunal Supremo) dañaron la intención de voto al partido: "La amnistía lo hará aún más", añaden a consulta de ECD.
No negocian
El PSOE nombró un 'equipo negociador' encargado de hablar con los grupos para lograr los 178 votos que permitan un acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Pero, de facto, no tiene competencia ninguna ni está al mando de las conversaciones con el resto de partidos políticos que forman el arco parlamentario. Su misión no es cerrar ni avanzar en esos acuerdos, sino explicarlos.
Sin embargo, hay personas de gran peso político que forman parte de ambos grupos: es el caso de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, o Félix Bolaños, ministro de la presidencia, cuya relevancia en las conversaciones con las formaciones no se debe a estar en el 'equipo negociador' sino a formar parte del grupo diseñado por Ferraz y Moncloa para pilotar las negociaciones con el resto de fuerzas políticas.
Un mes para la repetición electoral
Aunque el PSOE lleva casi desde el 23-J hablando con el resto de formaciones, hasta ahora ha logrado el sí de dos: Sumar y EH Bildu. NI PNV, ni ERC, ni Junts han anunciado aún que vayan a apoyar al candidato socialista. Los tres grupos son indispensables para alcanzar la mayoría absoluta que convertiría a Sánchez, de nuevo, en presidente del Gobierno.
El Partido Popular ya intentó la investidura de su líder, Alberto Núñez Feijóo, después de que el rey Felipe VI se lo encargara. Pero no obtuvo los apoyos suficientes y fracasó en el intento. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, anunció que no pondría fecha a la investidura hasta que las negociaciones del Partido Socialista "estén maduras".
La Constitución marca que, si la Cámara Baja no ha elegido a un presidente dos meses después de que fracase la primera votación (en este caso la de Feijóo), se convocarán elecciones automáticamente. Los socialistas ya han gastado la mitad de su tiempo y solo quedan 30 días para que acabe el plazo.
