Feijoo decidió ceder el protagonismo a Ayuso y Almeida tras la victoria del PP: “El triunfo no es mío”

Pidió a su equipo tener un segundo plano en el balcón de Génova: “A mí también me molestaba que en Madrid se apropiasen de las mayorías absolutas de Galicia”

Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).
Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).
  1. Ante el balcón
  2. El sanchismo, “derrotado”
  3. Las elecciones de 2011
  4. Feijóo no quiso ser protagonista
  5. “Ayuso, Ayuso”
  6. Júbilo por la doble victoria de Madrid
  7. Anécdotas
  8. El PSOE se hunde por debajo de sus previsiones
  9. Represalia
  10. Pocos militantes en la celebración de Vox
Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, antes de que saliera al balcón Alberto Núñez Feijóo (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).
Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, antes de que saliera al balcón Alberto Núñez Feijóo (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).

El Partido Popular vivió este 28 de mayo una noche electoral de celebración como no se registraba en la calle de Génova, en Madrid, desde los comicios autonómicos y municipales de 2011, y las generales de ese mismo año, cuando el PP llegó a arrebatar al PSOE feudos socialistas como Extremadura y Castilla-La Mancha, y después Rajoy llegó a La Moncloa con mayoría absoluta.

El inicio del recuento provocó algunos nervios en la sede nacional de los populares. Llegaban con la previsión de que dos bastiones como la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid se conquistarían por mayoría absoluta, pero los primeros datos dejaban lejos de ese objetivo a Isabel Díaz Ayuso y a José Luis Martínez-Almeida, sobre todo en el caso del alcalde.

Ayuso, Almeida y también Alberto Núñez Feijóo fueron llegando a la sede de Génova a lo largo de la tarde noche. El presidente del PP siguió el escrutinio desde su despacho, en la planta que ocupa la dirección nacional.

Más abajo, en la planta primera, la del PP de Madrid, se encontraban Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. Eso supone una diferencia con las autonómicas y municipales de mayo de 2019, cuando los candidatos estuvieron acompañados del entonces presidente nacional del partido, Pablo Casado.

Ante el balcón

Además de Madrid, otros territorios también tuvieron en vilo a los dirigentes y a los militantes que se encontraban en la sede.

Desde las nueve de la noche, cuando dejó de llover con fuerza en la capital, cerca de doscientos afiliados y simpatizantes populares se reunieron en la calle frente al balcón donde celebraron sus victorias José María Aznar, Mariano Rajoy y presidentes y alcaldes madrileños, como Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes.

Los avances en la ciudad de Sevilla hasta que José Luis Sanz arrebató la alcaldía a Antonio Muñoz provocaron gritos de alegría, ante lo ajustado de la diferencia entre los bloques de derecha y de izquierda.

Por contra, el nerviosismo y la decepción se extendió al ver que el vuelco electoral no llegaba a Castilla-La Mancha. La candidatura de Paco Núñez y su suma con Vox no conseguía poner en peligro la mayoría absoluta de Emiliano García-Page, el presidente autonómico socialista más crítico con Pedro Sánchez y con asuntos como los pactos con Bildu.

A lo largo de la noche llegaron otras noticias muy positivas para el PP que subieron los ánimos: que podría arrebatar al PSOE gobiernos como los de la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, La Rioja, Cantabria al Partido Regionalista de Miguel Ángel Revilla, y dominar capitales de provincia como Valencia, Palma de Mallorca, Sevilla y las otras siete de Andalucía, entre otras.

 

El sanchismo, “derrotado”

Más allá de los vuelcos en gobiernos autonómicos y municipales, que dependían de estrechas diferencias de votos, en la dirección nacional del partido se fijaban con esperanza en los datos de las elecciones municipales, al votar en todos los municipios de España y permitir por tanto una foto del panorama electoral más extrapolable a unas elecciones generales, con las salvedades de la diversa manera de votar en unos comicios locales o nacionales.

El avance del porcentaje de voto escrutado permitió a dirigentes destacados del equipo de Feijóo deslizar, hacia las diez de la noche, que la dirección nacional del PP daba por derrotado al “sanchismo” ante la victoria popular, y se veían reforzados como “la alternativa” al Gobierno PSOE-Unidas Podemos para las próximas elecciones generales, que se celebrarán a finales de año.

Las elecciones de 2011

En la ejecutiva del PP pronosticaban que el partido iba a obtener el mejor resultado en unas elecciones municipales desde 2011, sin superar los datos de ese año, cuando los populares ganaron con mayorías absolutas por toda España en los últimos estertores de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero.

Ese año, las candidaturas populares sumaron en toda España 8.474.031 votos, el 37,53% de los sufragios, y superó en más de dos millones al PSOE, que consiguió 6.276.087 papeletas (27,79%).

En 2015, aún con Rajoy en el poder, los populares resistieron en la primera plaza, pero perdieron casi millón y medio de votos con la irrupción de Ciudadanos: 6.057.767 (27,05%), por 5.603.112 del PSOE (25,02%).

Finalmente, en las últimas municipales, las de 2019 celebradas un mes después de que Pedro Sánchez ganara las elecciones generales, se dio la vuelta al primero y el segundo puesto: ganó el PSOE con 6.685.420 votos (29,34%), frente a los 5.148.808 del PP (22,60%).

Ahora, el PP ha dado un salto de casi dos millones de votos: este 28 de mayo logró 7.031.706 sufragios, el 31,53%, mientras que el PSOE se quedó en 6.270.816 (28,11%).

Por tanto, efectivamente los populares han superado las marcas de 2019 y 2015, pero queda 1,4 millones de votos por detrás del resultado de 2011, cuando ni Vox ni Ciudadanos restaban apoyos al PP.

Feijóo no quiso ser protagonista

En su objetivo de remontar desde los 89 escaños que obtuvo Pablo Casado hasta lograr, si no la mayoría absoluta, sí una victoria cómoda para gobernar en solitario tras las próximas elecciones generales, Alberto Núñez Feijóo esperaba una victoria municipal clara, que fuera el anticipo de la llegada del PP a La Moncloa, como ocurrió en 1995-1996 con Aznar y en 2011 con Rajoy.

Pese a esa lectura en clave nacional, personas de confianza del presidente del PP adelantaban que, si había celebración por las victorias (incluso mayoría absoluta) de Ayuso y Almeida, Feijóo no iba a asumir el protagonismo en el balcón que da a la esquina de las calles de Génova y Zurbano.

Esa idea de ocupar un segundo plano tenía una explicación. Alberto Núñez Feijóo ha construido su carrera política sobre la suma de mayorías absolutas encadenadas en las elecciones al Parlamento de Galicia (2009, 2012, 2016, 2020), logradas con independencia de los avatares del PP a nivel nacional.

Feijóo siempre quiso que de sus buenos resultados en las elecciones autonómicas no se apropiara la dirección nacional de su partido.

“Ayuso, Ayuso”

Por eso, ante las victorias sin contestación de Ayuso y Almeida, el líder nacional del PP prefirió dejarles a ellos el protagonismo, y que disfrutaran del baño de aplausos y vítores de los militantes congregados en la calle Génova.

La primera en aparecer en el balcón fue Isabel Díaz Ayuso, y después Almeida y Feijóo. El detalle no pasó desapercibido. Hay que recordar que la celebración de la victoria de Ayuso, en las elecciones autonómicas del 4 de mayo de 2021, se produjo un choque entre el jefe de gabinete de la presidenta madrileña, Miguel Ángel Rodríguez, y Pablo Casado.

Ayuso pretendía estar sola en el balcón 30 segundos, y esa pretensión encendió una bronca entre MAR y Casado, según reveló el diario El Mundo.

El primero en hablar fue Almeida, que escuchó gritos de “¡Ayuso, Ayuso!”. A continuación tomó la palabra Isabel Díaz Ayuso, y cerró las intervenciones Feijóo.

Ayer, desde el balcón de Génova, en su primera celebración en la sede nacional, Alberto Núñez Feijóo dejó una frase muy significativa: “Este no es mi momento”, pero añadió que su momento llegará en las generales.

Júbilo por la doble victoria de Madrid

Con más del 80% del voto escrutado, se habían empezado a escuchar los primeros gritos de “Alcalde, alcalde” hacia José Luis Martínez-Almeida en la primera planta de Génova.

Por si esto fuera poco, minutos después también se confirmaba la victoria arrolladora del PP en la Comunidad. Los aplausos y abrazos a Martínez-Almeida y Díaz Ayuso en la primera planta, sede del partido en Madrid, iban creciendo al confirmar ambas mayorías absolutas.

Comenzó la fiesta improvisada: asesores del PP comenzaron a pasearse con cervezas por los pasillos de la sede de Génova...

ECD fue testigo de una escena llamativa. A la sede de Génova se había acercado José María Álvarez del Manzano, que fue alcalde de Madrid doce años, entre 1991 y 2003. Al confirmarse la subida del PP en el Ayuntamiento de Madrid hasta la mayoría absoluta, Martínez-Almeida se fundió en un abrazo con él.

Anécdotas

-- El catering en Génova fue literalmente arrasado por los periodistas. Resultó muy variado: se pudieron degustar pequeños sándwiches, bocaditos de jamón y queso, refrescos. No se sirvió alcohol. Fue suministrado, como es habitual en las noches electorales de Génova, por Viena Capellanes, que tiene una tienda frente a la sede.

-- Para la noche electoral se acreditaron en Génova 160 profesionales, pertenecientes a 85 medios de comunicación nacionales y 10 internacionales.

-- Esta vez, a diferencia de anteriores comicios, sí pudo seguirse el escrutinio en las pantallas de la segunda planta de Génova a través de laSexta. Se emitió íntegramente el programa ‘Al rojo vivo’, presentado por Antonio García Ferreras.

-- Ayuso se dejó ver con una chaqueta roja en el balcón de Génova, mientras que Almeida optó por un jersey de un tono más carmesí claro. Los colores eran los de la bandera regional, en Ayuso, y la enseña municipal, del alcalde.

El PSOE se hunde por debajo de sus previsiones

El Partido Socialista, por su parte, ha terminado vistiendo de negro. Aunque, como adelantó este viernes Confidencial Digital, distintas fuentes del partido preveían un posible mal resultado, las expectativas se han quedado cortas.

De las nueve autonomías gobernadas por el PSOE, los socialistas solo pueden mantenerse en el poder en tres: Navarra, Asturias, y Canarias está más complicado. Sin embargo, en las dos primeras han pasado a ser segunda fuerza, por la victoria de las formaciones de derecha.

En el PSOE eran conscientes de que la campaña no había ido como pretendían, y los preparativos para esta jornada electoral evidenciaban la incertidumbre que existía en el partido: podían mantener territorios clave y salvar el partido, o bien sufrir un duro golpe. Finalmente, han perdido casi todas las autonomías y les han arrebatado ciudades fundamentales como Sevilla y Valencia.

Como informó ECD, la dirección nacional no había convocado a los militantes en Ferraz, algo que suele suceder siempre que hay buenos resultados tanto en elecciones generales como en autonómicas. Así sucedió en 2019, donde, además, compareció el secretario general, Pedro Sánchez, acompañado de la plana mayor del partido, como Carmen Calvo, entonces vicepresidenta en funciones, y Josep Borrell, ministro de Exteriores ese año. Además, fuentes del partido confirmaban la incertidumbre que había entre los socialistas, que preparaban la noche de este domingo casi preparando el posible impacto de una derrota.

Represalia

La publicación de esta información supuso el enfado de Ferraz con ECD, que decidió no acreditar a este diario para seguir el escrutinio en la sede nacional.

Sin embargo, la ausencia de afiliados este domingo en Ferraz ha sido uno de los elementos más destacados por muchos medios de comunicación, entre ellos, la Cadena SER. “Esta noche es distinta a la de 2019, no hay militantes en Ferraz”, relataban, señalando el ambiente pesimista del partido.

A lo largo de la campaña, los anuncios del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quedaron en un segundo plano. Las listas de EH Bildu inundaron una campaña que ha tenido tintes nacionales más que regionales. “Sabíamos que tenía que poner una muralla para evitar el tsunami nacional”, ha afirmado Javier Lambán, el presidente aragonés, que no podrá seguir al frente del ejecutivo autonómico.

A pesar de que la derecha ha obtenido mayoría absoluta en Madrid, tanto en la capital como en el gobierno autonómico, el PSOE ni siquiera ha conseguido uno de sus objetivos en Madrid: quedar por delante de Más Madrid.

Los malos resultados de esta noche serán un punto de inflexión en la carrera por llegar a La Moncloa. Un recorrido al que solo le quedan seis meses y que parece correr en contra del PSOE con una estadística en contra: el ganador de las elecciones autonómicas y municipales siempre ha ganado después las elecciones generales.

Los socialista han obtenido más de seis millones de votos, 400.000 menos que hace cuatro años. Aunque es una pérdida importante (la mitad de los 800.000 votos que distancia del PP) y varios gobiernos socialistas se han hundido, no hay una caída abrupta en el número de diputados que han obtenido en todo el país.

El descenso más acentuado se ha producido a su izquierda, donde fuerzas como Podemos han desaparecido de plazas donde antaño fueron esenciales para aunar una mayoría progresista. La región y la capital valenciana son el claro ejemplo de ello. “Todo dependerá de cuánto aguanten los partidos a la izquierda del PSOE”, analizaban dirigentes del partido antes de los comicios. Las previsiones han ido bien encaminadas y el desplome de este espacio ha multiplicado la ventaja del bloque de la derecha.

Pocos militantes en la celebración de Vox

El silencio fue el protagonista en la sede de Vox, en la calle Bambú de Madrid, hasta que justo a medianoche apareció el líder nacional, Santiago Abascal.

Diez minutos antes de su entrada, dirigentes del partido se distribuyeron en la sala y esperaron, también en silencio.

A pesar de que el presidente no compareció hasta medianoche, este llegó a la sede a las 20:05.

A las 20:11, la cuenta de Twitter de Vox España publicó el siguiente tuit: “¡Ven a celebrar que Vox es el partido que más crece en estas elecciones! A partir de las 22:00 en las inmediaciones de la sede nacional. Calle Bambú, 12. ¡Trae tu bandera nacional!”.

Sin embargo, a esa hora tan sólo había cuatro simpatizantes, y ninguno de ellos con bandera. Sobre las 23:30, la concentración ascendía a unas 30 personas, ya algunos, los más jóvenes, con banderas.

La conexión con el Secretario General de Vox, Ignacio Garriga, iba a ser entre las 22:15 y las 22:30, pero finalmente se demoró hasta pasadas las 22:50. Desde el partido comentaron se debía a unos "pequeños problemas técnicos ".

Entre la hora transcurrida entre la intervención de Garriga y la de Abascal, mientras entraban en directo los candidatos del resto de las comunidades autónomas, se comentó en la sala de prensa, con cierta desesperación, lo lento que estaba yendo esta vez el escrutinio

Durante el discurso de Abascal ECD comprobó que había caras serias como la de Iván Espinosa de los Monteros, pero también sonrientes como la de Jorge Buxadé. Aplausos y un 'olé' acompañaron a la intervención del presidente.

Tras este, Abascal salió a la calle, junto con el resto de miembros del partido, a saludar a los simpatizantes que acudieron a la sede tras el tweet publicado. A esa hora serían unos 40.

Al grito de "Viva España", "Presidente" y "Hay que votar a VOX" le rodearon. Tras los aplausos y vítores, sonó el himno nacionaly encendieron unas antorchas de los colores de la bandera de España y una cuarta verde. Después de esto, la calle se vació en minutos.

Vox organizó un servicio de catering para los periodistas con bandejas de sándwiches, aceitunas, patatas fritas de bolsa, jamón y tortilla de patatas, y dulces como golosinas, piruletas, bollos de chocolate y palmeritas.

Sobre las 20:00 las bandejas estaban cerradas, pero una hora y media después las de salado se habían terminado, sobre todo el jamón y los sándwiches, mientras que las aceitunas no tuvieron éxito.

Ni Rocío Monasterio ni Ortega Smith aparecieron por Bambú.

Militantes del PP ante la sede nacional de la calle Génova.
Militantes del PP ante la sede nacional de la calle Génova.

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