Seguridad privada para el panteón de Franco cuatro años después de la exhumación
El Gobierno va a gastar más de 30.000 euros en vigilar el mausoleo del cementerio de Mingorrubio al que fueron trasladados los restos mortales del dictador desde el Valle de los Caídos
La Junta de Contratación de los Servicios Centrales en el Ministerio de Hacienda ha abierto una licitación pública para encontrar una empresa que preste el “Servicio de Seguridad del Panteón con referencia PA71ACAPIL1A421429-8, situado en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo (Madrid)”.
Así leído, puede parecer un contrato más, sin especial significación. Pero el panteón identificado como “PA71ACAPIL1A421429-8” no es un mausoleo cualquiera: en su interior reposan los restos mortales de Francisco Franco y los de su esposa, Carmen Polo.
El panteón se encuentra cerca de la entrada al cementerio de Mingorrubio-El Pardo, en el noroeste de Madrid. Allí estaba ya enterrada Carmen Polo, y el Gobierno de Pedro Sánchez escogió este lugar para inhumar el féretro de Franco cuando decidió exhumarlo de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
El mausoleo era propiedad de Patrimonio Nacional, el organismo autónomo que gestiona las antiguas propiedades de la Corona y los palacios reales. El Consejo de Ministros aprobó desafectar del Patrimonio Nacional esa unidad de enterramiento, e integrarla en el patrimonio de la Administración General del Estado.
Ahora es la Dirección General de Patrimonio del Estado, del Ministerio de Hacienda, quien se hace cargo del panteón.
A través de la Junta de Contratación de los Servicios Centrales en el Ministerio de Hacienda, busca una empresa que asuma el servicio de seguridad del panteón del matrimonio Franco Polo.
El presupuesto base de licitación sin impuestos se ha fijado en 15.805,88 euros, y el valor estimado del contrato, en 31.611,76, lo que parece indicar que el contrato podría abarcar hasta dos años.
No se va a someter a concurso público, sino que se va a tramitar por el procedimiento negociado sin publicidad. El 6 de febrero termina el plazo de presentación de ofertas.
Vigilancia privada
El traslado de los restos mortales de Franco desde el Valle de los Caídos hasta el cementerio de Mingorrubio-El Pardo se realizó en octubre de 2019. A partir de entonces, agentes y coches patrulla de la Policía Nacional custodiaron la entrada del cementerio para evitar cualquier posible incidente.
Pasados los primeros meses, el Ministerio de Hacienda adjudicó un contrato de vigilancia sobre el mausoleo a una empresa privada, Ariete Seguridad, Vigilancia y Protección SA. Pero sólo abarcaba unos dos meses.
Además, adquirió “elementos de seguridad”, cabe suponer que materiales de vigilancia, que aunque no se detallaban, podían ser cámaras de vigilancia, por ejemplo.
En marzo de 2020, Hacienda formalizó un contrato con una unión temporal de empresas, Ariprem, para prestar ese mismo servicio de seguridad del panteón de Franco en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo.
Dos años después, en febrero de 2022, aprobó una prórroga de dos años para ese contrato, por un período que abarcaba desde el 11 de marzo de 2022 hasta el 10 de marzo de 2024.
Se entiende por tanto que, al acabarse ya el próximo mes de marzo la vigencia del contrato, se ha abierto el proceso para buscar de nueva una empresa que se encargue de proteger -se entiende que con vigilantes privados- el cementerio de Mingorrubio, y más específicamente el panteón donde reposan los restos de Franco.
Sin incidentes y con visitas de nostálgicos
En los más de cuatros que lleva enterrado el dictador en Mingorrubio no se han producido incidentes reseñables.
Hay que recordar que el Gobierno se negó a inhumar los restos mortales en la cripta de la Catedral de La Almudena, como querían los descendientes de Franco, alegando que al estar en el centro de Madrid podría atraer convocatorias de manifestaciones de signo opuesto que acabarían en enfrentamientos: nostálgicos de Franco contra colectivos por la Memoria Histórica.
Al cementerio de Mingorrubio-El Pardo hasta ahora sólo han acudido admiradores de la figura y la obra política de Francisco Franco. Desde el principio llenaron de flores, pancartas, banderas, velas... la entrada al panteón.
Además, cada 20 de noviembre, aniversario de la muerte del dictador, algunos nostálgicos se acercan allí para rendirle homenaje, rezar, colocar algún obsequio y, en ocasiones, cantar el ‘Cara al sol’.
