Kyoto, el experimento japonés que quiere frenar el turismo sin prohibirlo

Kyoto ha pasado de ser un santuario cultural a un laboratorio urbano de sostenibilidad. La antigua capital japonesa, desbordada por más de 50 millones de visitantes anuales, prepara una medida inédita para salvar su equilibrio. Turismo de Kyoto lo llama “corresponsabilidad turística”.

Desde marzo de 2026, cada viajero deberá pagar un nuevo tributo para conservar el encanto que vino a buscar. No es una multa, ni una disuasión: es la prueba de fuego de un modelo que podría redefinir el turismo mundial.

Kyoto sostenible. Imagen Youtube @Welcome to el Mundo
Kyoto sostenible. Imagen Youtube @Welcome to el Mundo

En los últimos años, Japón ha roto todos los récords turísticos: más de 30 millones de llegadas internacionales en los primeros nueve meses de 2025. Pero ese éxito ha tenido un precio. En Kyoto, las calles de Gion —donde antes se oía el roce del kimono y el canto del shamisen— son ahora un tapiz de cámaras y mochilas. El Ayuntamiento reconoce que la presión turística ha superado su capacidad de gestión.

Por eso, el Gobierno japonés ha decidido autorizar a Kyoto a aplicar un nuevo impuesto turístico escalonado que entrará en vigor en marzo de 2026. Será el primero del país en hacerlo de forma estructural, con tarifas que alcanzarán hasta 10.000 yenes por noche en hoteles de lujo. El objetivo no es expulsar a los visitantes, sino que “contribuyan al mantenimiento de lo que disfrutan”, según recoge el propio municipio en su plan oficial de turismo sostenible.

Kyoto: por qué está en boca de todos

Dato Valor
Visitantes en 2024 56 millones
Nuevo impuesto (desde marzo 2026) Hasta 10.000 yenes/noche en hoteles de lujo
Recaudación estimada 12.600 millones de yenes anuales
Objetivo Financiar transporte, limpieza y conservación cultural

Kyoto ya aplica otras medidas de contención: multas en calles privadas, campañas de etiqueta y limitación de acceso en barrios saturados. Pero el nuevo impuesto introduce una idea clave: transformar la carga turística en recurso económico. El visitante pasa a ser parte activa de la preservación, no un simple consumidor del paisaje.

Qué ver y hacer en Kyoto sin dejar huella

El reto de Kyoto no es atraer más gente, sino enseñarle a moverse mejor. Los circuitos tradicionales —Kinkaku-ji, Fushimi Inari, Kiyomizu-dera— seguirán siendo imprescindibles, pero el ayuntamiento impulsa nuevas rutas hacia barrios menos transitados como Ohara o Uji, donde el ritmo sigue siendo el de la vida japonesa tradicional.

  • Visita los templos a primera hora (antes de las 9:00) o al caer el sol.
  • Utiliza el transporte público local: el nuevo Pase Verde redistribuye flujos hacia líneas periféricas.
  • Participa en actividades de barrio: talleres de shodo (caligrafía) o ikebana (arte floral) organizados por comunidades locales.

La oficina de turismo insiste: “El turismo sostenible no es un eslogan, sino una forma de convivencia”. La ciudad trabaja con la Organización Nacional de Turismo de Japón (JNTO) para medir la huella ambiental y social de los visitantes, una métrica que pronto será obligatoria para los destinos declarados Patrimonio de la Humanidad.

Cómo llegar y dónde alojarte

Kyoto no cuenta con aeropuerto propio: se accede a través del Kansai International Airport (KIX), a unos 75 km. El tren rápido Haruka Express conecta ambos puntos en menos de 75 minutos. La ciudad dispone de una red ferroviaria y de autobuses muy eficiente, pero se recomienda planificar horarios fuera de los picos (10:00–15:00).

Los alojamientos más afectados por el nuevo impuesto serán los ryokan y hoteles de gama alta del centro histórico. Para presupuestos medios y mochileros, el recargo será simbólico (unos 200–500 yenes por noche). Los ingresos adicionales se destinarán a limpieza, infraestructura y educación turística, según fuentes del Departamento de Turismo de Kyoto.

Cuándo ir y consejos

El mejor momento para visitar Kyoto sin agobios es entre noviembre y febrero, cuando el flujo de visitantes desciende y los paisajes invernales revelan un Japón más íntimo. Evita la Golden Week (finales de abril y principios de mayo) y el pico del florecimiento del cerezo, cuando la ocupación roza el 100 %.

El Servicio Meteorológico Japonés (JMA) recomienda consultar la previsión con antelación: el clima es templado pero variable, y las lluvias repentinas son habituales entre junio y julio.

Datos prácticos & mapa

  • Moneda: yen japonés (JPY).
  • Idioma: japonés (aunque la señalización turística es bilingüe).
  • Transporte local: tarjetas IC como Suica o Icoca.
  • Conexión móvil: se recomienda eSIM o pocket WiFi.
  • Oficina de turismo central: Kyoto Tower, frente a la estación JR.

Cerca de Kyoto

Desde Kyoto puedes acceder fácilmente a Nara (40 minutos en tren) y a Osaka (45 minutos). Ambas ciudades estudian replicar el modelo fiscal si los resultados son positivos. Japón se convierte así en un laboratorio de lo que el turismo global deberá afrontar: cómo mantener la belleza sin colapsarla.

Visitar Kyoto en 2026 será algo más caro, sí, pero también más consciente. Quien pague ese extra estará invirtiendo —literalmente— en la conservación del lugar que ama. Porque, como recuerda una campaña local, “preservar Kyoto cuesta menos que reconstruirla”.