Orden a los Mossos para que extremen la vigilancia tras los atentados yihadistas en Francia

Deben reforzar las medidas de autoprotección y aumentar la vigilancia en comisarías y en lugares concurridos

Mosso d' Esquadra con un arma larga.
Mosso d'Esquadra con un arma larga.

Dos heridos por machete en París, un profesor degollado en Éragny (Francia), tres personas asesinadas en una iglesia en Niza, cuatro víctimas en seis ataques con armas de fuego en Viena... el goteo de atentados terroristas cometidos en Europa en los últimos días ha provocado que las fuerzas de seguridad tengan de nuevo muy presente la amenaza del yihadismo.

Mientras agentes antiterroristas como los de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional vigilan los foros y redes de propaganda yihadista para detectar posibles amenazas concretas hacia España, algunos cuerpos empiezan a tomar medidas en lo que se refiere al despliegue en las calles.

Confidencial Digital ha podido saber que los agentes de los Mossos d’Esquadra recibieron hace unos días el aviso de que extremen la vigilancia y la atención ante posibles ataques yihadistas, en vista de la sucesión de ataques recientes que por ahora han afectado a Francia y a Austria.

Un portavoz oficial de la policía autonómica de Cataluña señala, a preguntas de ECD, que por motivos de seguridad no pueden dar detalles de los despliegues de seguridad. Eso sí, explica que los Mossos “en todo momento valoramos el riesgo que hay”, están atentos a lo que sucede en los países de nuestro entorno y ajustan sus decisiones a la situación actual.

“Estamos en nivel 4 sobre 5 de alerta antiterrorista y tomamos medidas” en función de ese nivel alto de riesgo de atentado, añaden.

Refuerzo de las medidas de autoprotección

Distintas fuentes internas de los Mossos confirman que tras la sucesión de ataques yihadistas en Francia se hizo un aviso a los agentes del cuerpo para reforzar tanto las medidas de autoprotección sobre agentes e instalaciones policiales como la vigilancia en puntos especialmente sensibles.

Los meses de epidemia de coronavirus han exigido un despliegue especial de los agentes de los diferentes cuerpos de seguridad en España, para garantizar que se cumplen las restricciones a la movilidad, los confinamientos perimetrales y domiciliarios y otras medidas.

Nuestro país lleva en nivel 4 sobre 5 de alerta antiterrorista desde el año 2015, y los propios policías admiten que es imposible mantener la misma tensión y vigilancia en todo momento.

Así que tras los meses centrados en el coronavirus, a los Mossos ha llegado ese aviso de extremar de nuevo la vigilancia y las medidas frente a un eventual atentado yihadista, que como ha ocurrido en los últimos años en Europa, puede concretarse en coches o mochilas explosivos, tiroteos con armas de fuego, ataques con armas blancas, o incluso atropellos masivos con una furgoneta o un camión.

 

Aviso por la emisora

El aviso se ha difundido a las unidades de los Mossos a través de mensajes de la emisora interna, así como en los ‘briefing’ diarios en los que los mandos de las distintas unidades del cuerpo dan instrucciones a los agentes antes de entrar en servicio.

Las fuentes consultadas subrayan que no se trata de un aviso de alerta máxima, en el sentido de que se tema un atentado inminente en Cataluña. Ha sido más bien un toque de atención: el objetivo de la orden es recordar a los agentes que es necesario tener presente la amenaza permanente del terrorismo yihadista, y las medidas que hay que tomar para ello.

Sólo ha habido cierta preocupación más concreta en Barcelona, en el sentido de que en la capital catalana podía haber estos días ciertos intereses franceses que podrían ser objetivo de ataque por parte de yihadistas ubicados en Cataluña. Eso llevó a los mossos desplegados en la ciudad a tomar medidas de precaución especiales.

Más vigilancia en lugares concurridos

Las medidas adoptadas por los Mossos desde hace unos días suponen, en primer lugar, aumentar la vigilancia en lugares concurridos. Es cierto que precisamente por el coronavirus y las restricciones por la epidemia las concentraciones de personas en lugares públicos son menores.

Pese a ello, se producen algunas aglomeraciones en lugares turísticos y comerciales, por ejemplo en grandes ciudades como Barcelona, que pueden ser objetivo de una célula yihadista o de un ‘lobo solitario’ que quiera asesinar al mayor número de personas posibles. Un ejemplo claro es el atentado yihadista del 17 de agosto de 2017, cuando un terrorista al volante de una furgoneta atropelló a decenas de personas en La Rambla, matando a 14 de ellas.

En lugares así los Mossos han intensificado aún más las patrullas y vigilancias.

Además, la orden difundida entre la policía autonómica de Cataluña insiste en prestar atención y cumplir con las medidas de autoprotección de los agentes, así como sobre sus comisarías.

Autoprotección y medidas en las comisarías

El fin de los atentados de ETA habría permitido suavizar la vigilancia sobre las comisarías de las Fuerzas de Seguridad. Sin embargo, en unos ataques múltiples cometidos en Francia en enero de 2015 uno de las víctimas asesinadas con premeditación fue una agente de policía.

De ahí que distintas instancias -el Ministerio del Interior, las direcciones generales de la Policía y la Guardia Civil, los mandos de las policías autonómicas- empezaron a tomar medidas para proteger mejor a sus agentes, así como a recomendar una serie de consejos para protegerse a sí mismos.

Empezó a circular el temor, entre las Fuerzas de Seguridad, de que los yihadistas dispuestos a atentar en España podrían intentar atacar a algún policía: no sólo para asesinarlo, sino también con la posibilidad de que un grupo de islamistas radicales secuestraran a un agente para después grabar en vídeo su asesinato y difundirlo.

Algunas de las medidas de autoprotección eran similares a las siguientes:

-- No identificarse fuera del trabajo como policías, guardias civiles, mossos...

-- No identificarse en metro o autobuses como funcionarios policiales.

-- No asistir a los gimnasios con camisetas de la unidad correspondiente, algo habitual en muchos policías.

-- Vigilar que no haya seguimientos después de salir de la comisaría o el cuartel.

-- También aumentó el interés de algunos policías por llevar arma corta fuera de servicio, por si eran atacados aunque no llevaran uniforme.

Por su parte, las autoridades han comprado en estos años miles de unidades de chalecos antibala con el objetivo de que todos los policías vayan protegidos con esta prenda. Incluso se ha aumentado la resistencia de esos chalecos ante calibres de armas más altos de lo habitual.

También se han dotado a más unidades de armas largas, para hacer frente a un eventual enfrentamiento con terroristas no con sus armas cortas, sino con escopetas Franchi o fusiles de asalto, ya que los yihadistas muchas veces tienen acceso también a armas largas tipo Kaláshnikov, como se vio en Viena hace unos días.

En las comisarías y cuarteles de los distintos cuerpos de seguridad se han ido implantando más elementos de protección: bolardos para evitar alunizajes con vehículos, cámaras de seguridad, cristales antibala... De nuevo, el objetivo es minimizar la amenaza de que un terrorista ataque a los agentes, en esta ocasión en sus instalaciones.

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