Auge de los paquetes turísticos para desconectar del móvil

Crece la demanda entre padres, adultos con dependencia al teléfono y compañeros de empresas que trabajan en línea

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La búsqueda de desconexión digital se ha convertido en tendencia en el sector turístico. Según César Gutiérrez, presidente de la Federación Nacional de Agencias de Viajes Españolas (FETAVE), cada vez más viajeros demandan experiencias en las que el uso del teléfono móvil está restringido o incluso prohibido. Aunque sigue siendo un nicho, Gutiérrez asegura que se observa un repunte de este tipo de escapadas en los últimos años.

Los clientes persiguen un objetivo común: descansar la mente, liberarse de notificaciones constantes y reconectar con la naturaleza o con la familia. En el ámbito corporativo, además, estos programas se consolidan como fórmulas de cohesión y concentración en encuentros de empresa.

Motivos de la desconexión

Los organizadores de este tipo de viajes coinciden en que las razones más frecuentes para apuntarse a ellos son la reducción del estrés digital y la mejora del sueño. También se busca recuperar hábitos saludables, dedicar tiempo a la lectura, practicar actividad física o participar en dinámicas de mindfulness.
En el caso de las empresas, el atractivo radica en potenciar la creatividad y reforzar el trabajo en equipo, apartando las pantallas durante unos días.

El perfil del viajero 

El perfil mayoritario corresponde a adultos de entre 30 y 55 años con alta carga digital en su vida diaria. También destacan padres y madres que buscan un descanso real de la rutina y, en menor medida, jóvenes que participan en programas diseñados para ellos. Los equipos corporativos completan el abanico de clientes.

Cómo funcionan estos viajes

La dinámica suele arrancar con la entrega o custodia del teléfono a la llegada, o bien con la fijación de ventanas horarias muy acotadas para su uso. A cambio, el programa propone actividades de respiración, yoga suave, senderismo, meditación y talleres de hábitos de sueño y alimentación saludable.
Para tranquilidad de los participantes, siempre existe un protocolo de emergencias con un teléfono de guardia, aunque sin romper la norma de desconexión general.

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Los viajes “low-tech”

No todo se reduce a estancias organizadas. Cada vez son más los paquetes turísticos que apuestan por experiencias “low-tech”: travesías a pie o en bicicleta, navegación a vela, peregrinaciones o estancias rurales en entornos con cobertura limitada. En todos los casos, la regla es clara: minimizar el uso del móvil y priorizar la convivencia.

Precios en línea con el bienestar

El coste de estos programas depende de la duración, el destino y la participación de facilitadores cualificados, generalmente en grupos reducidos. Gutiérrez explica que “los precios son similares a los de un retiro de bienestar convencional”, lo que los hace accesibles para un público cada vez más amplio.

El ejemplo del Lowtech Life

En Europa se celebran encuentros que combinan turismo, aprendizaje y desconexión digital. Uno de ellos es el Lowtech Life, previsto para septiembre de 2025. Durante tres días, los participantes podrán asistir a ponencias y talleres prácticos relacionados con la autonomía energética, alimentaria y personal, sin protagonismo del móvil.
El encuentro se organiza en formato reducido —apenas un centenar de asistentes— y contempla precios que oscilan entre los 200 y los 250 euros, en función del tipo de alojamiento. Más que un retiro de ocio, se plantea como un espacio de reflexión colectiva sobre estilos de vida menos dependientes de la tecnología.

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