Un reloj inteligente permite a los niños alertar a los padres en caso de bullying
Monitoriza en tiempo real episodios de acoso para poder actuar de manera inmediata
- Acoso invisible y silencio entre los estudiantes
- Tecnología bajo sospecha, pero también aliada
- Tecnología española para detectar el bullying
- El módulo antibullying, el corazón del dispositivo
- Un asistente personal que acompaña, no vigila
- Herramientas útiles, pero la solución sigue fuera de la pantalla
El acoso sigue siendo una realidad silenciosa: el 9,53% de los alumnos afirma haberlo sufrido, mientras que el 9,2% reconoce haber sido víctima de ciberacoso, según los datos que maneja el Ministerio de Educación.
Y no solo afecta a quien lo padece directamente. Un 10,6% del alumnado asegura haber presenciado casos, lo que evidencia que esta violencia atraviesa los pasillos de los centros y compromete a toda la comunidad educativa.
Acoso invisible y silencio entre los estudiantes
La mayoría de los episodios de violencia escolar permanecen ocultos. Padres y profesores no siempre detectan lo que ocurre en recreos, baños y redes sociales.
Uno de cada tres niños calla cuando sufre un episodio y decide no contarlo a nadie, lo que dificulta la intervención. Solo el 30,9% recurre a un docente para pedir ayuda, un 20% habla con familiares y apenas un 14,8% acude a un compañero.
“El miedo y la falta de confianza son factores que perpetúan el acoso. Es esencial que los niños tengan canales de comunicación accesibles y herramientas que refuercen la seguridad en su día a día”, explica Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily, compañía española especializada en tecnología para menores.
La brecha de género también aparece en este ámbito. El 10,6% de las chicas declara haber sido víctima, frente al 8% de los chicos. Y la duración del acoso es otro motivo de alarma: el 28,2% de los casos se prolonga más de un año, según la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo).
Tecnología bajo sospecha, pero también aliada
El incremento del uso de móviles entre menores ha encendido las alertas. Un 38% de las familias cree que afectan al rendimiento escolar debido al consumo sin filtro de redes sociales y al acceso constante a internet.
La digitalización empieza incluso antes de lo esperado: el 68% de los niños usa internet antes de los 11 años, y ya hay menores de cuatro con su propio teléfono móvil.
Este escenario ha llevado a prohibiciones en muchos colegios y ha reabierto el debate sobre qué tipo de dispositivos son adecuados para edades tempranas.
Ahí es donde los relojes inteligentes infantiles han empezado a abrirse paso. Proponen una inmersión digital controlada, mantienen alejados a los menores del móvil y ofrecen funciones específicas para protegerlos.
“El smartphone, a edades tempranas, abre la puerta a riesgos que los niños no saben gestionar. Con dispositivos diseñados para ellos podemos retrasar ese acceso y darles seguridad y autonomía”, señala Álvarez.
Tecnología española para detectar el bullying
El nuevo reloj es el primero del mundo desarrollado con la participación de los propios niños. Su mayor singularidad es una inteligencia artificial 100% española, integrada como un asistente adaptado a la edad del menor y preparada para detectar indicios de acoso.
“Nos preguntamos qué necesitaban realmente los niños”, recuerda el directivo. “Ellos nos ayudaron a diseñar un dispositivo resistente, práctico y divertido, pero también capaz de cuidarles”.
El reloj incluye funciones que buscan equilibrar seguridad y autonomía: botón SOS, localización GPS y un modo claseque desactiva las funciones digitales durante el horario escolar para evitar distracciones. También incorpora un WhatsApp seguro, limitado a contactos autorizados, y varios sensores de salud.
El módulo antibullying, el corazón del dispositivo
La gran novedad es el módulo antibullying, pensado para actuar cuando el menor se siente amenazado.
El sistema permite a los padres conocer qué está ocurriendo gracias a la escucha remota, la cámara y los sensores del dispositivo, que ayudan a reconstruir el entorno del niño y detectar situaciones potencialmente peligrosas.
El propio menor puede activar una alerta, lo que hace que los adultos reciban información inmediata y puedan intervenir antes de que la situación escale.
Un asistente personal que acompaña, no vigila
Todas estas funciones dependen del primer sistema de inteligencia artificial diseñado exclusivamente para la infancia.
Este asistente puede resolver dudas, activar herramientas del reloj o identificar patrones de riesgo. También genera imágenes, ayuda a organizar tareas o aconseja pedir ayuda si detecta señales preocupantes.
“La IA no está pensada para vigilar, sino para acompañar”, destaca Álvarez. “Se convierte en un aliado cotidiano que aporta confianza y seguridad”.
Herramientas útiles, pero la solución sigue fuera de la pantalla
Aunque estos dispositivos se consolidan como alternativa al móvil en edades tempranas, los especialistas recuerdan que la tecnología solo puede ser un apoyo. Las escuelas necesitan protocolos claros y una implicación directa de profesores, familias y alumnos.
“Un reloj puede dar la señal de alarma, y cada herramienta que acerque a un niño a pedir ayuda es valiosa”, concluye Álvarez. “Pero la verdadera solución está en la respuesta de los adultos y en la capacidad de los compañeros para no permanecer callados”.

