Los psicopedagogos recomiendan escribir la carta a los Reyes Magos en familia y con antelación
Los especialistas aconsejan a los padres orientar a los niños para no pedir demasiados regalos
El Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos y Psicopedagogos de España (CGCOPYP) recomienda a las familias preparar con tiempo la carta a los Reyes Magos.
Elaborarla con antelación y en un entorno familiar no solo facilita la organización de los regalos, sino que también convierte el proceso en una oportunidad educativa valiosa para los niños.
- Planificar con tiempo ayuda a marcar límites
- Una actividad en familia que fomenta valores
- Tecnología o tradición: equilibrio según la edad
- Cuántos juguetes son adecuados
- Los efectos del exceso de regalos
- El valor del esfuerzo y del merecimiento
- Las sorpresas también son educativas
- Regalos inadecuados antes de tiempo
- Aumento de juguetes individuales
Planificar con tiempo ayuda a marcar límites
Los expertos aconsejan no dejar la carta para los últimos días. Hacerla con antelación permite a los padres acompañar a los hijos en la selección de juguetes, ayudarles a priorizar y evitar peticiones desmedidas.
También consideran positivo utilizar revistas de juguetes como guía. Esta práctica ayuda a los adultos a explicar qué regalos son posibles, cuáles no y cuando el niño está pidiendo en exceso, siempre desde la calma y el diálogo.
Una actividad en familia que fomenta valores
El CGCOPYP señala que la carta debe escribirse en familia, aprovechando el carácter afectivo y cercano propio de estas fechas. Elaborarla en conjunto refuerza la convivencia, la comunicación y los vínculos familiares.
Los expertos también recuerdan la importancia de que los niños incluyan detalles o regalos pensados para otros miembros de la familia, una manera sencilla de trabajar la generosidad, el afecto y la empatía.
Tecnología o tradición: equilibrio según la edad
El Consejo apuesta por combinar juguetes tecnológicos y tradicionales, siempre adaptándolos a la edad y necesidades del menor. Los juguetes tecnológicos pueden tener beneficios, pero también requieren supervisión y deben introducirse con moderación.
Los psicopedagogos subrayan que los regalos deben responder a los intereses reales del niño, evitando que se conviertan en una forma de satisfacer expectativas de los adultos.
Cuántos juguetes son adecuados
Aunque no existe una cifra exacta, los especialistas recomiendan una cantidad reducida de juguetes, ajustada a la economía familiar y a la estructura del hogar. Insisten en que no es conveniente inundar a los niños de regalos, ya que un exceso puede desvirtuar su valor.
Los efectos del exceso de regalos
El CGCOPYP advierte de que recibir demasiados juguetes puede generar consecuencias negativas. El exceso puede provocar desinterés, falta de valoración, baja tolerancia a la frustración y una percepción distorsionada del esfuerzo.
Los expertos comparan estas consecuencias con lo que ocurre cuando un adulto recibe dinero sin haberlo trabajado: el efecto emocional y educativo puede ser perjudicial.
El valor del esfuerzo y del merecimiento
El Consejo considera importante que los niños perciban que los regalos se obtienen como resultado de su comportamiento, esfuerzo y responsabilidad. Esta idea fortalece su sentido de la gratitud, la constancia y el autocontrol.
Las sorpresas también son educativas
No es necesario que los Reyes Magos traigan exclusivamente los regalos solicitados. Incluir alguna sorpresa ayuda a trabajar la flexibilidad, estimula la ilusión y permite a las familias disfrutar del proceso de sorprender al niño, siempre teniendo en cuenta su comportamiento y sus necesidades reales.
Regalos inadecuados antes de tiempo
El CGCOPYP recuerda la importancia del sentido común al elegir los regalos. No deben ofrecerse objetos inadecuados para la edad, innecesarios o potencialmente peligrosos. Como ejemplo, alertan del riesgo que supone entregar un teléfono móvil sin supervisión a un niño que aún no tiene la madurez para gestionarlo.
Aumento de juguetes individuales
El organismo detecta un incremento de regalos destinados a que el niño juegue solo. Relacionan esta tendencia con la comodidad de algunos adultos, ya que estos juguetes requieren menos intervención o atención.
Sin embargo, alertan de que el juego individual no debería convertirse en norma, ya que reduce oportunidades esenciales para el desarrollo social, la cooperación y el aprendizaje compartido.