Consumo considera ilegal retocar con IA fotografías de pisos en plataformas de venta

Es una práctica frecuente en páginas especializadas. El ministerio aclara que se trata de competencia desleal pero no especifica si va a tomar medidas

Foto editada con IA de un piso anunciado en Idealista
Foto editada con IA de un piso anunciado en Idealista

El Ministerio de Consumo ha confirmado a Confidencial Digital que retocar con Inteligencia Artificial (IA) fotografías de pisos para venderlos o alquilarlos puede considerarse ilegal.

  1. Una moda en las páginas inmobiliarias
  2. El marco legal: competencia desleal
  3. Cuando la tecnología cruza la línea
  4. Falta de medidas concretas
  5. Riesgo para compradores y arrendatarios
  6. Un vacío normativo en plena expansión

La práctica, cada vez más frecuente en plataformas especializadas como Idealista, entra dentro de lo que la legislación española define como competencia desleal. Sin embargo, el departamento no concreta si tomará medidas para frenar este fenómeno.

Una moda en las páginas inmobiliarias

En los últimos meses han empezado a proliferar anuncios con imágenes alteradas mediante IA, donde resulta complicado identificar qué es real y qué ha sido modificado.

Usuarios han detectado ya en Idealista fotografías tratadas con herramientas como Gemini, empleando incluso el modelo Banana (edición y generación de imágenes con inteligencia artificial de Google) para borrar manchas, añadir elementos decorativos o mejorar la iluminación.

Fuentes de la Dirección General de Consumo, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, confirman que no existe en España una regulación específica que prohíba expresamente el retoque con inteligencia artificial en la publicidad inmobiliaria.

Aun así, recuerdan que el artículo 7 de la Ley 3/1991, de competencia desleal, establece que se consideran actos de engaño todas aquellas comunicaciones comerciales que puedan inducir a error al consumidor sobre las características, calidad, cantidad o ventajas reales de un producto o servicio.

La Comisión Europea también se ha pronunciado en su Guía sobre la interpretación y aplicación de la Directiva 2005/29/CE, donde advierte de que las prácticas comerciales que utilizan IA deben someterse a las normas sobre engaño al consumidor.

Cuando la tecnología cruza la línea

El ministerio subraya que, en consecuencia, cualquier práctica que use inteligencia artificial y pueda inducir a error a los compradores sobre un piso o inmueble puede considerarse desleal.

Eso incluiría desde eliminar humedades de una paredcambiar el color del suelo o añadir mobiliario inexistente hasta recrear una terraza más amplia de lo que es en realidad.

La dificultad reside en que muchas de estas modificaciones pasan inadvertidas. La IA genera imágenes con gran realismo, lo que hace casi imposible detectar alteraciones si no hay marcas de agua o inconsistencias obvias.

Falta de medidas concretas

Preguntado por las actuaciones que podría llevar a cabo, el ministerio puntualiza que sus competencias se limitan a prácticas que afecten a la competencia y a la unidad de mercado

De momento, no se han anunciado planes específicos para perseguir estas prácticas en el sector inmobiliario. Esto deja a los consumidores en una situación de vulnerabilidad, ya que la detección y denuncia de fraudes recae en gran medida sobre ellos.

Riesgo para compradores y arrendatarios

El retoque fotográfico no es nuevo en el mercado de la vivienda. Durante años se han empleado lentes gran angular para ampliar estancias o se ha jugado con la iluminación para hacerlas más atractivas.

Lo novedoso es que la IA permite un nivel de manipulación mucho más profundo, que puede falsear elementos estructurales y dar una imagen irreal del inmueble.

Esto supone un riesgo añadido para compradores y arrendatarios, que pueden tomar decisiones económicas importantes basadas en imágenes que no reflejan la realidad. Una pared sin grietas en la foto puede significar una reforma costosa en la práctica.

Un vacío normativo en plena expansión

El debate se enmarca en un contexto en el que la IA se está expandiendo rápidamente en sectores como el comercio electrónico, la moda o la automoción. En todos ellos, la línea entre retoque legítimo y engaño se vuelve difusa.

En el caso de la vivienda, las imágenes son a menudo el primer y único contacto que un interesado tiene con el inmueble antes de decidir si lo visita. Que estas fotografías estén falseadas con inteligencia artificial no solo erosiona la confianza del consumidor, sino que también plantea dudas legales en un mercado ya de por sí complejo.

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