Un informe revela que menos del 20% de los hijos de inmigrantes alcanza estudios superiores
Las principales causas son las condiciones socioeconómicas y los empleos de baja cualificación de las familias
- Expectativas educativas más bajas
- Brechas en el rendimiento escolar
- La importancia de la educación preescolar
- Fragilidad desde el nacimiento
- Universidad y empleo: la gran brecha
- Una desventaja acumulada
El informe, elaborado a partir de distintas fuentes estadísticas nacionales e internacionales, pone de manifiesto que en España las segundas generaciones se encuentran en peor posición relativa que en otros países europeos.
Mientras que en la media de la Encuesta Social Europea los descendientes de inmigrantes alcanzan los estudios superiores en proporciones similares —o incluso mayores— que los hijos de autóctonos.
Expectativas educativas más bajas
El análisis de las expectativas confirma esta tendencia. Los datos de PISA revelan que los estudiantes de segunda generación muestran menos confianza en llegar a la universidad que los autóctonos, e incluso menos que los propios inmigrantes de primera generación.
Esta falta de ambición educativa puede estar vinculada a barreras estructurales como la desigualdad socioeconómica o la discriminación, y refleja una diferencia sustancial respecto a lo observado en otros países europeos, donde es habitual encontrar un “optimismo inmigrante” que impulsa las aspiraciones académicas de las familias.
Brechas en el rendimiento escolar
El estudio también señala que la desigualdad aparece mucho antes. A los 15 años, las segundas generaciones obtienen resultados significativamente inferiores en matemáticas, ciencias y comprensión lectora respecto a los hijos de autóctonos. Aunque parte de esta brecha se explica por el nivel educativo de los padres, no desaparece del todo.
El panorama autonómico es variado. Mientras que en algunas comunidades, como Valencia, no se aprecian diferencias relevantes, en otras, como Extremadura, sí se detectan brechas más marcadas. Aun así, Funcas advierte de que estas variaciones se deben más a la composición social de los flujos migratorios que a las políticas educativas de cada territorio.
La importancia de la educación preescolar
El acceso a la educación infantil en España es prácticamente universal, y las segundas generaciones participan en condiciones similares a las de los autóctonos. No obstante, el efecto compensador de esta escolarización temprana resulta más débil para los hijos de inmigrantes.
Los datos muestran que cuanto antes comienza un niño su etapa escolar, mejores son sus resultados a los 15 años. Sin embargo, aunque este patrón se cumple en todos los grupos, los beneficios son menores en las segundas generaciones, lo que impide que la preescolarización cierre por completo las brechas educativas.
Fragilidad desde el nacimiento
El informe también advierte de desigualdades en las condiciones de nacimiento. Los hijos de madres inmigrantes tienen un mayor riesgo de presentar pesos patológicamente altos, de nacer con muy bajo peso o de manera prematura. Además, factores externos como las olas de calor, cada vez más frecuentes, afectan de forma más negativa a estos recién nacidos que a los hijos de madres autóctonas.
Funcas subraya que estas condiciones perinatales pueden marcar la trayectoria vital de los niños, ya que influyen en la salud, el desarrollo y, a la larga, también en el desempeño educativo.
Universidad y empleo: la gran brecha
La investigación destaca que la educación universitaria es la clave para garantizar mejores oportunidades en el mercado laboral. Los jóvenes que alcanzan este nivel educativo, tanto autóctonos como de origen inmigrante, presentan tasas de empleo similares.
El problema aparece entre quienes no logran llegar a la universidad. En este grupo, las diferencias se agrandan, sobre todo entre los varones descendientes de marroquíes y ecuatorianos, cuya tasa de empleo ronda apenas el 30%. Por el contrario, las mujeres suelen obtener mejores resultados que los hombres en acceso a la educación superior y en inserción laboral, aunque con algunas excepciones.
Una desventaja acumulada
Las conclusiones de Funcas son claras: en España, las segundas generaciones se encuentran en una posición de desventaja acumulada que se acumula desde el nacimiento hasta la transición a la vida adulta.
La falta de un efecto positivo claro en la educación preescolar, las peores puntuaciones en secundaria, las menores expectativas educativas y las bajas tasas de acceso a los estudios superiores configuran un escenario menos favorable que el de otros países europeos.
El estudio recuerda que parte de esta situación puede explicarse por la composición de los flujos migratorios recibidos por España en las últimas décadas, caracterizados por un nivel de cualificación inferior al de otros destinos europeos y por un mercado laboral que demandaba empleos poco especializados.

