Los restaurantes refuerzan las medidas contra plagas: contenedores cerrados y sellado de grietas

Los planes de prevención también incluyen limpieza diaria de cocinas, desagües y almacenes y control de humedad para evitar fugas de agua

Cucarachas. Pixabay
Cucarachas. Pixabay
Los restaurantes españoles han intensificado en los últimos meses las medidas de prevención contra plagas con protocolos que incluyen el uso de contenedores cerrados, el sellado de grietas y la limpieza diaria de cocinas, desagües y almacenes. También se insiste en el control de la humedad y la eliminación de fugas de agua, un factor clave en la proliferación de cucarachas y roedores en verano.

Un marco sanitario exigente en la hostelería

“Nos encontramos en el espacio más exigente y más riguroso del mundo en materia higiénico-sanitaria, especialmente en hostelería”, asegura Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, en una entrevista con Confidencial Digital.

Según explica, los reglamentos de la Unión Europea fijan un marco homogéneo que convierte a los establecimientos españoles en referentes de seguridad alimentaria.

En España existen 300.000 locales que sirven comidas y bebidas cada día. Un volumen de actividad enorme que se enfrenta, además, a las condiciones ambientales extremas que alcanzan los meses de verano.

“Es evidente que se producen casos puntuales, alguna crisis higiénico-sanitaria o la aparición de una plaga. Pero lo importante es que los establecimientos cuentan con planes sistemáticos de prevención que incluyen formación obligatoria en manipulación de alimentos para todo el personal”, subraya Gallego.

El coste reputacional de una crisis

El secretario general insiste en que una intoxicación alimentaria o la detección de plagas no solo supone un riesgo para la salud, sino también una pérdida reputacional irreparable. “Aparecer en un periódico o en una radio local con una noticia de una intoxicación es devastador para un negocio”, explica.

Por eso, desde Hostelería de España se redoblan esfuerzos para que todos los asociados accedan sin barreras a la formación en higiene y seguridad, financiada a través de cotizaciones sociales.

“El cumplimiento de estas normativas no es burocracia”, remarca Gallego. “Es seguridad para los clientes, tranquilidad para los trabajadores y garantía de reputación para los establecimientos”.

Las plagas como amenaza sanitaria

La preocupación no es teórica. Desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) alertan de que en esta época del año el riesgo de aparición de cucarachas en cocinas y restaurantes se dispara.

“No hablamos solo de una cuestión estética o de imagen, sino de un problema serio de salud pública que puede tener graves repercusiones para las personas y consecuencias económicas muy serias para los negocios hosteleros”, advierte Jorge Galván, director general de la entidad.

Las cucarachas están consideradas uno de los vectores de transmisión de enfermedades más peligrosos, ya que contaminan alimentos y utensilios con los microorganismos que portan en su cuerpo y excrementos.

Entre las patologías más comunes asociadas a su presencia figuran la salmonelosis, la listeriosis, la disentería, la gastroenteritis, así como alergias y asma.

Brotes con impacto sanitario y económico

Los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos han causado en los últimos años ingresos hospitalarios e incluso fallecimientos. Pero más allá de los efectos sanitarios, los expertos recuerdan que el impacto económico puede ser devastador: cierres temporales de locales, sanciones administrativas, pérdida de reputación y caída del negocio.

“Una sola inspección sanitaria que detecte la presencia de plagas puede derivar en el cierre inmediato del establecimiento”, advierte Jorge Galván. “La prevención y la colaboración con empresas profesionales de control de plagas son inversiones, no gastos”.

Prevención constante y formación

Tanto Hostelería de España como ANECPLA coinciden en que la clave está en la prevención constante. Para los restaurantes, esto implica mantener rutinas de limpieza exhaustiva, vigilar la correcta conservación de alimentos y sellar cualquier punto de acceso, como rendijas, desagües o conductos.

El control de la humedad también es esencial, ya que las fugas de agua son uno de los principales factores de atracción para plagas urbanas. A ello se suman auditorías higiénico-sanitarias periódicas y la colaboración con empresas especializadas que aplican tratamientos de control integrado.

“Solo mediante una prevención adecuada y una actuación profesional rápida y eficaz podremos minimizar los riesgos sanitarios y económicos que supone la presencia de plagas”, concluye el director de ANECPLA.

España, referente en seguridad alimentaria

Pese a las advertencias, Gallego insiste en que el nivel de seguridad alimentaria en España es muy superior al de otros destinos turísticos competidores. “Solo hay que viajar a algún otro país en verano para darse cuenta de que los riesgos de sufrir una colitis o un problema por la calidad de las aguas o de la manipulación de los alimentos son mucho más altos”, señala.

El sector hostelero español se esfuerza así en mantener un equilibrio delicado: atender un volumen masivo de comensales en condiciones ambientales adversas, sin que se resienta la seguridad alimentaria ni la confianza del consumidor. Para ello, los restaurantes no solo deben cumplir con las normativas, sino también invertir en cultura preventiva.

En palabras del propio Gallego, se trata de garantizar que “cada cliente pueda sentarse en una mesa con la seguridad de que el establecimiento ha adoptado todas las medidas necesarias para ofrecer alimentos libres de riesgos”.

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