Tener a los niños geolocalizados afecta a su cerebro porque no les deja decidir por ellos mismos

Los pediatras han detectado que las conductas sobreprotectoras de la nueva crianza les hace inseguros y menos independientes

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En la última década, la manera en que los padres crían a sus hijos ha cambiado radicalmente. Los pediatras advierten que el control excesivo, como llevar a los niños geolocalizados o solucionarles todos los problemas sin dejar que ellos decida por sí mismos, impide que aprendan a tomar decisiones y enfrentarse a las consecuencias. Esta sobreprotección, unida a la reducción de la libertad para permitirles equivocarse, afecta al desarrollo de su cerebro y a su capacidad para tomar responsabilidades en la vida adulta.

  1. Las pantallas y la socialización
  2. Ansiedad, agresividad y ciberacoso: las consecuencias emocionales
  3. Los efectos a largo plazo de la sobreprotección
  4. Factores sociales detrás del cambio
  5. El objetivo: una crianza más equilibrada

Las pantallas y la socialización

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha observado cambios en la forma en que los niños se relacionan. El uso excesivo de tablets y móviles ha retrasado la adquisición del lenguaje: antes, los pequeños comenzaban a hablar entre los 18 meses y los dos años y ahora, el inicio en el que un niño habla se ha retrasado alrededor de seis meses. Además, el apego y la interacción emocional se ven afectados cuando los padres pasan demasiado tiempo frente a sus pantallas en lugar de responder a las señales de sus hijos.

Ansiedad, agresividad y ciberacoso: las consecuencias emocionales

El uso excesivo de dispositivos genera riesgos claros. En los más pequeños, la retirada de una tablet puede provocar rabietas intensas porque el dispositivo activa los centros de placer del cerebro. En edades mayores, los pediatras relacionan el aumento de ansiedad, depresión y agresividad con el ciberacoso y las comparaciones constantes en redes sociales. Publicar solo lo positivo de la vida crea expectativas irreales y una comparación injusta que daña la autoestima de los adolescentes.

Los efectos a largo plazo de la sobreprotección

El control absoluto de los padres y la resolución de cada problema por ellos mismos ha creado una generación de adolescentes y jóvenes adultos menos independientes. Antes, los niños podían ir solos al colegio cuando demostraban responsabilidad, y afrontar las consecuencias de olvidar una tarea escolar les enseñaba a asumir responsabilidades. Hoy, los grupos de mensajería y la geolocalización impiden esas experiencias, lo que genera adultos inseguros y con dificultad para tomar decisiones por sí mismos.

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Factores sociales detrás del cambio

La paternidad y maternidad más tardía, el menor número de hijos y la presión social por ser padres perfectos han contribuido a esta transformación. Los hijos únicos o con pocos hermanos tienden a recibir más atención y protección, lo que reduce sus oportunidades de asumir responsabilidades. Además, las redes sociales fomentan la comparación constante entre familias y adolescentes, amplificando las inseguridades y las expectativas poco realistas.

El objetivo: una crianza más equilibrada

Los pediatras recuerdan que la tecnología no es mala en sí misma y que las pantallas pueden tener un uso positivo si se regulan el tiempo y el contenido. Sin embargo, insisten en que son los adultos quienes deben aprender primero a regular su propio uso y a ofrecer a los niños espacios para equivocarse, asumir riesgos controlados y tomar decisiones. Darles libertad y ejemplo es clave para formar personas seguras, empáticas e independientes en un mundo cada vez más conectado.

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