La Sección de Conducción Estratégica, la unidad militar que se dedica a monitorizar redes sociales y al seguimiento de noticias, ha sido potenciada

El Estado Mayor de la Defensa ha destinado oficiales y más personal, ha aprobado adquirir programas informáticos, y contratará civiles con formación en análisis de inteligencia

Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa, en la calle de Vitrubio.
Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa, en la calle de Vitrubio.
Blindados españoles con los de otros países de la OTAN, en un ejercicio en Letonia.
Blindados españoles con los de otros países de la OTAN, en un ejercicio en Letonia.

El Centro de Fusión de la Información, que puso en marcha en 2022 el Estado Mayor de la Defensa, ha desaparecido como tal. Pero sus funciones las ha asumido la Sección de Conducción Estratégica, que ha empezado ya a monitorizar las redes sociales y hacer un seguimiento de las informaciones que se difunden en las zonas de operaciones de las Fuerzas Armadas en el exterior. Pero no sólo en esos países.

Aunque ya no opere bajo el nombre de Centro de Fusión de la Información, la unidad dedicada a estas funciones ha dado un salto importante. Ya no es sólo un pequeño grupo de reservistas voluntarios, mandados por dos o tres militares: ahora lo encabeza un capitán de Navío (equivalente a coronel), cuenta con otros oficiales de las Fuerzas Armadas, y va a contratar los servicios de analistas civiles.

Centro de Fusión de la Información

Confidencial Digital reveló en octubre de 2022 que el Estado Mayor de la Defensa estaba preparando la puesta en marcha del Centro de Fusión de la Información.

Se había decidido encuadrarlo en el Estado Mayor Conjunto de la Defensa (EMACON), el órgano auxiliar de mando del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), que apoya y asesora al JEMAD en la definición de la estrategia militar, el planeamiento militar, el desarrollo de la fuerza y la conducción estratégica de las operaciones.

División de Estrategia

El Estado Mayor Conjunto tiene tres divisiones. La nueva unidad dependía de la División de Estrategia, que es “responsable de elaborar, desarrollar y actualizar la estrategia militar y sus planes derivados”, y lleva a cabo “el planeamiento, conducción y seguimiento de las operaciones militares en el nivel estratégicos”.

Dentro de esta división, el Centro de Fusión de la Información se ubicaba orgánicamente en la Sección de Conducción Estratégica, responsable de la anticipación estratégica, el seguimiento, ejecución y evaluación de los Planes Estratégicos, y la comunicación estratégica de las Fuerzas Armadas. También realiza el seguimiento de la evolución de las áreas y temas de interés de inteligencia incluidos en el Plan de Inteligencia Militar.

Operaciones de influencia y desinformación 

Ya entonces, las fuentes consultadas por Confidencial Digital aseguraron que la actividad del Centro de Fusión de la Información se iba a traducir en notas y productos de inteligencia, como ocurre en una unidad o servicio de inteligencia.

La nueva unidad se iba a centrar en analizar redes sociales, y en rastrear foros y webs en Internet, para tratar de detectar operaciones de influencia y campañas de desinformación de interés militar, cuestiones que desde hace años se sitúan entre las principales preocupaciones, tanto de Fuerzas de Seguridad y servicios de inteligencia civiles, como en el ámbito de la Defensa y las Fuerzas Armadas.

Para trabajar en esas áreas, el Estado Mayor de la Defensa comenzó a autorizar la compra de tecnología y programas informáticos con destino al Centro de Fusión de la Información, por ejemplo con la misión de monitorizar las redes sociales y detectar publicaciones sobre determinados temas.

 

Reservistas voluntarios

Como ya se contó, los primeros pasos de esta unidad los dieron un núcleo de dos o tres militares, junto a un número mayor de reservistas voluntarios.

Los reservistas voluntarios son personas que tienen un trabajo fuera de las Fuerzas Armadas, pero que se vinculan a ellas y cada año cumplen cierto tiempo de servicio en una unidad militar, en diferentes puestos y misiones, según las capacidades de cada uno.

La activación de reservistas voluntarios para el Centro de Fusión de la Información permitió poner en marcha de forma provisional esta unidad, sin esperar al proceso, más largo y complejo, de realizar modificaciones en la plantilla del Estado Mayor de la Defensa para así crear los puestos de trabajo propios de dicha unidad.

Órgano experimental que “nunca llegó a existir”

Cuando ECD reveló los primeros pasos de esta unidad, en octubre de 2022, el Estado Mayor de la Defensa no confirmó la existencia del Centro de Fusión de la Información, argumentando que cualquier forma de organización por debajo del nivel de la Sección de Conducción Estratégica no era oficial, sino que estaba sujeta a cambios internos organizativos en función de las necesidades.

Ahora, fuentes militares cuentan que el Centro de Fusión de la Información “fue un órgano experimental, que nunca estuvo regulado orgánicamente y que por tanto nunca llegó a existir oficialmente”.

Añaden que, tras la experiencia, los cometidos que tenía previsto desarrollar ese Centro “quedaron directamente bajo el paraguas de la Sección de Conducción Estratégica de la División de Estrategia”.

Monitorizar lo que se publica en zona de operaciones

¿Cuáles son esos cometidos? El Estado Mayor de la Defensa precisa que están relacionados con el estudio de “las actividades en el ámbito cognitivo que se desarrollan en las áreas de operaciones donde tenemos personal desplegado, para poder identificar las posibles amenazas”.

Más concretamente, el Centro de Fusión de la Información antes, y ahora la Sección de Conducción Estratégica, se dedican a “monitorizar las redes e informaciones que se difunden en las diferentes zonas de despliegue de nuestras fuerzas”.

Desde el Estado Mayor de la Defensa apostillan que “en ningún caso se trata de un elemento generador de inteligencia”.

Ha desaparecido con ese nombre

Otras fuentes bien situadas en el Ministerio de Defensa confirman que, como tal, el Centro de Fusión de la Información ya no aparece en la estructura del Estado Mayor de la Defensa.

Hace meses, cuando ECD sacó a la luz esta unidad en proceso de formación, sí aparecía en el directorio telefónico del ministerio, que permite consultar puestos y unidades en todas las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, ahora ha desaparecido ese rastro del Centro de Fusión de la Información.

Pero, como confirma el Estado Mayor de la Defensa, el proyecto continúa dentro de la Sección de Conducción Estratégica y, de hecho, ha recibido un fuerte impulso en personal y en presupuesto económico.

Un capitán de Navío

El Estado Mayor de la Defensa ha ido dotando a este equipo dentro de la Sección de Conducción Estratégica de una estructura más estable de militares.

Las fuentes consultadas por ECD explican que, al mando de los militares que realizan ahora estas funciones de monitorización de redes, se encuentra un capitán de navío, el empleo equivalente a coronel.

Además, han pasado a trabajar en esta misma misión otros oficiales, por ejemplo capitanes de fragata (tenientes coroneles) y comandantes.

Mayoría de oficiales de la Armada

Entre altos mandos que están al tanto de la puesta en marcha de este proyecto ha llamado la atención que, en la plantilla de militares destinados a esta misión, hay un porcentaje notablemente alto de personal de la Armada.

La gran mayoría de los oficiales, y militares de otras escalas, que están ya trabajando en estas tareas dentro de la Sección de Conducción Estratégica pertenecen a la Armada. Hay algunos miembros del Ejército del Aire, y el porcentaje de militares del Ejército de Tierra es mucho menor.

Los mandos superiores

A este respecto, las fuentes militares consultadas apuntan que esa composición ha llamado la atención, teniendo en cuenta quiénes son los mandos superiores de la Sección de Conducción Estratégica.

Esa unidad depende de la División de Estrategia del Estado Mayor Conjunto. El jefe de la división es el contralmirante (equivalente a general de Brigada) de la Armada Saturnino Suanzes Fernández de Cañete.

Por encima se encuentra el Jefe del Estado Mayor Conjunto (JEMACON), teniente general del Ejército de Tierra Fernando García González-Valerio.

Y al frente de todo el Estado Mayor de la Defensa figura el JEMAD, almirante general Teodoro Esteban López Calderón, que antes fue Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA).

Cuartel general en la calle de Vitrubio

Los miembros de la Sección de Conducción Estratégica trabajan desde la sede del Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa, ubicado en la calle de Vitrubio, esquina con el Paseo de la Castellana, en Madrid. Allí tienen su despacho el JEMAD y el JEMACON, entre otros mandos.

Otras unidades dependientes del Estado Mayor de la Defensa tienen su sede en la base de Retamares, en Pozuelo de Alarcón, al oeste de Madrid: el Mando de Operaciones, el Mando Conjunto del Ciberespacio, el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, y el Mando Conjunto de Operaciones Especiales, por ejemplo.

La fallida Sección de Comunicación Estratégica

Algunos altos mandos militares recuerdan que, hace unos años, el entonces JEMAD Fernando Alejandre (que ocupó el cargo entre marzo de 2017 y enero de 2020) intentó poner en marcha un proyecto con ciertas similitudes.

Se trataba de crear, en el ámbito del Estado Mayor de la Defensa, una Sección de Comunicación Estratégica. Su misión sería monitorizar la imagen de las Fuerzas Armadas, entre los españoles y en otros ámbitos, y estudiar a fondo a quiénes llegaban los mensajes que se lanzaban desde los órganos de mando de las Fuerzas Armadas y a quién no.

Eso incluía poner en marcha estrategias para mejorar la imagen de los militares entre diferentes audiencias.

La Dirección de Comunicación

El proyecto no encontró buena acogida en la Dirección de Comunicación Institucional de la Defensa, ya en la etapa de la ministra Margarita Robles (a partir de junio de 2018), no María Dolores de Cospedal, su antecesora y quien nombró a Alejandre en 2017.

Cundió el temor a que pudiera calar la idea de que el Estado Mayor de la Defensa trataba de imponer lo que los medios de comunicación debían publicar sobre las Fuerzas Armadas, y la idea fue desechada.

Las fuentes consultadas aseguran que, en ese caso, no se consideró que esa sección asumiera ninguna función de inteligencia (algo que entrarían en colisión con las funciones del CIFAS y del CNI), sino que se limitaría a cuestiones de comunicación.

Ha habido otros proyectos que guardan cierto parecido. Confidencial Digital contó en febrero de 2018 que el Ministerio de Defensa iba a construir en la base de Retamares un edificio para acoger una Oficina de Información Militar, sobre la que se apuntaba que también llevaría a cabo misiones entre la comunicación y la inteligencia.

Ha emitido informes de inteligencia

Sobre el extinto (o nonato) Centro de Fusión de la Información, y ahora la Sección de Conducción Estratégica, fuentes del Ministerio de Defensa consultadas por ECD aseguran que ya ha emitido informes, que se han distribuido a otras instancias de la estructura de las Fuerzas Armadas.

Esas fuentes aseguran que, tengan un nombre u otro, en la práctica esos documentos son “informes, notas o productos de inteligencia”.

Influencia de determinadas personas

Por ejemplo, algunos de los informes que ya ha elaborado la Sección de Conducción Estratégica analizan la influencia de determinadas personas, en ciertos escenarios.

Y el interés de este grupo de militares, que monitoriza lo que se publica en redes sociales y en otras fuentes abiertas, no se limita a los países donde España tiene desplegados efectivos en misiones internacionales.

Altos cargos de Defensa consultados por Confidencial Digital aseguran que la actividad de esta unidad ha alcanzado también zonas donde no están desplegadas las Fuerzas Armadas.

Incluso ha elaborado informes sobre cuestiones vinculadas al territorio nacional.

Un contrato de consultoría

Mandos militares han detectado también una novedad que supone un impulso significativo para la Sección de Conducción Estratégica, heredera de las funciones que iba a asumir el Centro de Fusión de la Información.

Hace apenas un mes, la Jefatura de Asuntos Económicos del Estado Mayor de la Defensa abrió una licitación pública cuyo objeto es “Asistencia técnica consultoría DIVESTRA”. El presupuesto base de licitación asciende a 387.321 euros, que se repartirán entre 2023 y 2024. Se contempla la posibilidad de aprobar dos prórrogas a este contrato.

Los documentos de la licitación aportan información sobre el objetivo de este contrato, con el que se busca “la ejecución de tareas relacionadas con consultoría en planificación y revisión estratégica de sistemas de información o de tecnologías de la información aplicables al planeamiento, conducción y seguimiento de las operaciones militares de la Fuerzas Armadas españolas”.

El Estado Mayor de la Defensa explica en estos documentos que “la Sección de Conducción Estratégica de la División de Estrategia del Estado Mayor Conjunto es la responsable, entre otras cosas, de apoyar al JEMAD en el planeamiento, conducción, y seguimiento de las operaciones militares a nivel estratégico, desarrollando los procesos necesarios y confeccionando los documentos de planeamiento correspondientes”.

Inteligencia de negocio y económica

Para cumplir esa función, “un factor clave es el desarrollo y análisis de sistemas de información complejos que proporcionen inteligencia de negocio y económica sobre el entorno en el que se desarrollará la operación”.

Y señala que ese análisis de sistemas complejos “es una función muy especializada, que requiere de una formación específica que no se encuentra entre la formación habitual del personal militar destinado en los Estados Mayores”.

Toda esta explicación sirve para justificar que “es una necesidad sobrevenida” para la Sección de Conducción Estratégica “la contratación de servicios de carácter técnico que ejecuten, bajo su dirección, la función anteriormente señalada de desarrollo y análisis de sistemas de información complejos que proporcionen inteligencia de negocio y económica, incrementando así la eficiencia en la misión que tiene encomendada”.

Análisis del entorno de la información

Los documentos del contrato consultados por ECD dan detalles sobre qué servicios concretos busca incorporar la Sección de Conducción Estratégica.

El objetivo es contratar “servicios de planificación y revisión estratégica de sistemas de información o de tecnología de la información”, que incluyen varias funciones:

-- Investigación de sistemas de información en el ámbito del Análisis del Entorno de la Información.

-- Determinación de la idoneidad de sistemas y tecnologías de la información.

-- Explicación de herramientas de sistemas de información (programas, aplicaciones, otros) para la detección, volcado, almacenamiento y análisis de información.

-- Extracción y análisis de información con datos estructurados y no estructurados.

-- Elaboración de informes con recomendaciones.

-- Otras labores en el área de la planificación y revisión estratégica de sistemas de información y tecnología de la información.

Información en medios de comunicación

Por tanto, este servicio para la Sección de Conducción Estratégica va dirigido a que una empresa o institución facilite personal civil experto en realizar las funciones anteriores.

Como ya se contó en estas páginas, la nueva unidad se dedicará a las funciones que se describen en esos pliegos, sobre todo, la obtención, fusión y análisis de informaciones obtenidas en la mayoría de los casos de fuentes abiertas, al menos por ahora.

El Estado Mayor de la Defensa ha definido los perfiles de analistas civiles que requiere para este contrato. Exige que sean expertos acreditados en el “uso de herramientas de análisis del entorno de la información en el ámbito público de los medios de comunicación social”.

Requiere que tengan “experiencia en la administración, militar o civil, de al menos seis meses, en unidades que desarrollen su actividad en temas internacionales de seguridad”.

Establece además requisitos de formación: deben tener un nivel de licenciatura o grado en Ciencias de la Información (como Periodismo), Derecho, Estudios Árabes e Islámicos o en lenguas modernas que puedan ser de utilidad para la planificación de operaciones.

Análisis de inteligencia

A la hora de elegir a la empresa o institución que aporte esos analistas, el Estado Mayor de la Defensa valorará que los expertos tengan conocimientos añadidos:

-- Formación postgrado en temas relacionados con el Análisis de Inteligencia, Relaciones Internacionales, Seguridad y Defensa.

-- Formación o experiencia en Género en Operaciones, especialmente en temas relacionados con las Organizaciones Terroristas Yihadistas.

-- Experiencia en Evaluación del Entorno de la Información conforme a procedimientos OTAN.

-- Experiencia en análisis estratégico del dominio cognitivo en diferentes entornos de interés para la defensa nacional.

-- Experiencia en comunicación corporativa.

-- Conocimientos de los procedimientos utilizados en análisis de inteligencia en organismos del Ministerio de Defensa.

-- Experiencia en la realización de “Information Enviroment Assessment” (IEA) de zonas / países a través de la monitorización de fuentes abiertas.

Información clasificada como “Reservado”

Además, para ser seleccionados para trabajar en el nuevo Centro de Fusión de la Información, bajo la Sección de Conducción Estratégica, deben contar con la Habilitación Personal de Seguridad (HPS) nivel Reservado o superior.

La Habilitación Personal de Seguridad la concede la Oficina Nacional de Seguridad (ONS), hasta ahora encuadrada bajo dependencia de la directora del CNI. Se encarga de investigar a las personas que, por su puesto de trabajo en la administración pública o en una empresa estratégica, tienen acceso a información clasificada.

Estas habilitaciones se conceden por grados, que permiten acceder a esos mismos grados de documentos clasificados. El nivel más alto de clasificación de la información en España es “Secreto”, seguido de “Reservado”, “Confidencial” y “Difusión limitada”.

Unidades que contratan analistas civiles

Que la Sección de Conducción Estratégica vaya a incorporar analistas civiles no es un dato sin importancia.

Mandos militares destacan que, hasta ahora, en el ámbito del Estado Mayor de la Defensa, y de las unidades que dependen de él, sólo había tres unidades con capacidad de incorporar analistas civiles: el Mando de Operaciones (MOPS), el Mando Conjunto del Ciberespacio (MCCE) y el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS).

ECD ya contó hace unos años que este último tenía previsto incorporar civiles con contratos de larga duración. El CIFAS buscaba sobre todo expertos en ámbitos especializados como el big data y los sistemas informáticos. La justificación, como en el caso del contrato de la Sección de Conducción Estratégica, es que las Fuerzas Armadas no disponen de personal con ciertas capacidades muy específicas, y por eso deben ser incorporados del mundo civil.

Además, el Estado Mayor de la Defensa ha lanzado en los últimos años varias licitaciones de “Servicios para el desarrollo de tareas de análisis de inteligencia en el CIFAS”. El objetivo era contratar una empresa que facilitara analistas expertos en ciertas áreas de interés para la inteligencia militar.

Los contratos indicaban esas áreas de interés. En el de 2022, el CIFAS buscaba expertos en Oriente Medio, Eurasia, Cuerno de África, América, “Amenazas emergentes”, yihadismo, “Internacional”, “Análisis de inteligencia (OSINT)”, contrainteligencia, “Analista ciber”, traductores...

En la licitación anterior, las necesidades eran similares, pero con algunos cambios. Siempre la idea era incorporar expertos en esos ámbitos, para prestar asesoramiento “en asuntos no estrictamente militares”, sino “relacionados con aspectos económicos, políticos y sociales”.

Los analistas se dedicarían a colaborar en la elaboración de informes sobre ciertos lugares, especialmente los países en los que están desplegadas las Fuerzas Armadas españolas, pero no sólo, y también impartirían charlas a los militares antes de ser enviados a esos lugares, para que conocieran mejor la cultura y el entorno de la zona de operaciones.

Requisitos parecidos

Fuentes conocedoras de este tipo de contratos destacan que los perfiles que el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas buscaba en esos contratos de “tareas de análisis de inteligencia” tienen elementos en común con los requisitos que exige la licitación para la Sección de Conducción Estratégica.

Por ejemplo, en una licitación pública de 2020 para contratar “Servicios de desarrollo de tareas de análisis de inteligencia en Oriente Medio”, el CIFAS estableció como condición que los analistas tuvieran “licenciatura o grado universitario en Derecho o similar, suficientemente relacionada con el objeto del expediente”, y como elemento a valorar, “estudios de postgrado en materia de seguridad internacional y/o inteligencia”.

Ahora, la Sección de Conducción Estratégica pretende incorporar civiles con “licenciatura o grado en Ciencias de la Información (como Periodismo), Derecho, Estudios Árabes e Islámicos, o en lenguas modernas, que puedan ser de utilidad para la planificación de operaciones”, y se les valorará que tengan formación de postgrado “en temas relacionados con el Análisis de Inteligencia, Relaciones Internacionales, Seguridad y Defensa”.

En ambos casos, a los analistas se les exige disponer de la Habilitación Personal de Seguridad (HPS) nivel “NATO SECRET / Reservado Nacional”.

Recelo entre altos mandos

Que se vayan a contratar civiles para la Sección de Conducción Estratégica, que realizarán “análisis del entorno de la información en el ámbito público de los medios de comunicación social”, y que tengan “experiencia en análisis estratégico del dominio cognitivo en diferentes entornos de interés para la defensa nacional”, ha causado recelo en algunos mandos militares.

Es cierto que en la web del Estado Mayor de la Defensa se indica que, entre otros cometidos, la Sección de Conducción Estratégica “planeará, controlará y supervisará el desarrollo de una narrativa orientada a conseguir los efectos estratégicos oportunos de todas las actividades, misiones y operaciones de las Fuerzas Armadas, en permanente coordinación con el Gabinete Técnico del JEMAD y con el Mando de Operaciones, como responsable de la Información Pública”.

Otro cometido relevante, en este sentido, establece que, “con el apoyo del CIFAS, realizará el seguimiento de la evolución de las áreas y temas de interés de inteligencia incluidos en el Plan de Inteligencia Militar (PIM)”.

Función del Mando de Operaciones

Pero fuentes de Defensa consultadas señalan que las tareas que ha empezado a realizar la Sección de Conducción Estratégica las asumía hasta ahora el Mando de Operaciones.

Este es el órgano responsable del planeamiento operativo, la conducción y el seguimiento de las operaciones militares, tanto de carácter nacional, como de las operaciones multinacionales con participación española cuando España asuma su liderazgo.

También es responsable de la dirección del sostenimiento de las operaciones militares de carácter no permanente, y, además, asesora al JEMAD en el planeamiento y conducción estratégica de las operaciones.

El Estado Mayor del Mando de Operaciones está dividido en secciones. Las secciones J2 Inteligencia y J9 Influencia se encargaban hasta ahora de la labor de estar al tanto de la información que se publica sobre los militares españoles en las zonas de operaciones donde están desplegados, y de alertar o reaccionar ante ciertos mensajes.

Es un ámbito cada vez más relevante, ya que la proliferación de canales de información que llegan a la población civil, y a los propios militares, tiene una influencia decisiva sobre la acogida que una misión internacional recibe en un país.

Disparos en Líbano

La percepción de los militares españoles por parte de la población civil fue clave, y se trabajó mucho en ese aspecto, en la misión de Afganistán, por ejemplo.

Más recientemente, las Fuerzas Armadas españolas han vivido algunos episodios de informaciones que circulan y pueden perjudicar su imagen.

En julio de 2020 se registró un incidente en Líbano entre un grupo de militares españoles, de la misión Unifil de Naciones Unidas, y unos civiles.

Se trataba de un coche conducido por un pastor y que no se detuvo en un control de carretera cuando los militares españoles le dieron el alto.

Como el vehículo no se paraba ante sus indicaciones, un militar de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas levantó el fusil e hizo varios disparos de advertencia al aire. También tuvo que correr para apartarse del coche, y luego corrió para seguir al vehículo.

El incidente se grabó con alguna cámara de vídeo o un móvil desde el interior del coche que protagonizó el incidente.

Poco después, el vídeo comenzó a circular por redes sociales, como Twitter. Muchos libaneses denunciaron la actuación de los militares españoles encuadrados en la misión de la ONU. La municipalidad o ayuntamiento de Wazani, municipio donde sucedieron los hechos, emitió un comunicado en el que condenó “el asalto, el bloqueo de carreteras y los disparos que han sufrido los residentes de la región que trabajan en el pastoreo de ganado”.

Los responsables de la misión Unifil abrieron una investigación sobre el incidente, y concluyeron que la actuación del militar español no merecía ninguna sanción.

El falso saqueo en Kabul

Ha habido otros casos en los que las Fuerzas Armadas se han visto señaladas por campañas de desinformación dirigidas a su imagen.

Un ejemplo sucedió durante la operación de evacuación de Afganistán, en agosto de 2021. Decenas de militares españoles se encontraban en el aeropuerto de Kabul, a la espera de reunir a todos los colaboradores locales que iban a ser evacuados a España.

Un periodista turco difundió un vídeo, dando a entender que militares españoles, identificados con la bandera rojigualda en la manga del uniforme, y con camisetas del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), habían saqueado una tienda de comestibles en el aeropuerto de Kabul.

El vídeo comenzó a circular, y en España lo difundió, por ejemplo, un colectivo de Zaragoza de tendencia marxista y contrario a la OTAN.

Circuló la especie de que soldados españoles aprovechaban el caos en el aeropuerto para robar y saquear. El Estado Mayor de la Defensa, a preguntas de ECD, desmintió esa denuncia: se trataba de una instalación de los militares estadounidenses que estaban desmantelando y que invitaron a los españoles a llevarse aquello que pudiera servirles, antes de abandonar el aeropuerto.

Contra los militares franceses en África

Las campañas de propaganda y desinformación, con información manipulada, siempre han sido un arma de guerra, pero en la actualidad cada vez se les presta mayor atención. Por eso, en distintas estructuras militares se busca potenciar los esfuerzos dirigidos a detectarlas y desmontarlas.

África ha sido, en los últimos años, escenario común  de este tipo de operaciones de información, coincidiendo con los países donde Francia tenía desplegados militares: Mali, Burkina Faso, Níger y Chad.

Rusia comenzó, hace unos años, a tratar de aumentar su influencia en ese continente. Varios gobiernos africanos empezaron a contratar los servicios del Grupo Wagner, mercenarios conectados con el gobierno de Putin que después pasaron a combatir en la guerra de Ucrania.

Distintos informes y publicaciones han denunciado estos años que, a través de campañas de desinformación, Wagner y Rusia consiguieron aumentar el sentimiento antifrancés entre la población y entre los dirigentes de esos países africanos, hasta forzar que Francia retirara tropas que estaban desplegadas para luchar contra los grupos yihadistas en esa zona del Sahel. 

La narrativa

Estos son ejemplos del tipo de campañas que la Sección de Conducción Estratégica podría tratar de monitorizar en las zonas de operaciones donde están desplegadas las Fuerzas Armadas.

Ya se ha indicado que, hasta ahora, esa tarea la asume el Mando de Operaciones.

Distintas fuentes militares apuntan que llama la atención que las funciones que está asumiendo la  Sección de Conducción Estratégica las realice una unidad dentro de un Estado Mayor, en vez del Mando de Operaciones.

Explican que, en teoría, el papel del Estado Mayor Conjunto, y en este caso de la División de Estrategia, es realizar el planeamiento de las operaciones, pero no ejecutarlas. La conducción de las operaciones está asignada al Mando de Operaciones, como ya se ha indicado.

Pero ahora el Estado Mayor de la Defensa ha optado por potenciar la Sección de Conducción Estratégica para realizar esa monitorización de informaciones.

Se entiende que lo hace amparo de que la División de Estrategia, de la que depende esa sección, tiene entre sus funciones, “en el contexto de la conducción estratégica”, planear, controlar y supervisar “el desarrollo de una narrativa orientada a conseguir los efectos estratégicos oportunos de todas las actividades, misiones y operaciones de las Fuerzas Armadas, en permanente coordinación con el Gabinete Técnico del JEMAD como responsable de la Información Pública”.

Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas

Quienes apuntan que la Sección de Conducción Estratégica está ya emitiendo informes de inteligencia explican que, no sólo “pisa” ciertas competencias del Mando de Operaciones, sino que también puede entrar en colisión en cierta medida con el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

Señalan que actualmente las capacidades del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas son notablemente superiores a las que por ahora tiene el Centro de Fusión de la Información, en personal, competencias, despliegue...

La Sección de Conducción Estratégica obtiene por ahora la información de fuentes abiertas, mientras que el CIFAS tiene otros canales de obtención de información para elaborar informes de inteligencia, empezando por fuentes humanas. Además, el CIFAS canaliza la inteligencia que se obtiene mediante satélites, detectores de señales y otros sistemas militares.

Pero las decisiones encaminadas a potenciar la Sección de Conducción Estratégica con militares, reservistas voluntarios y analistas civiles les hace sospechar que el objetivo es que esta nueva unidad asuma mayor protagonismo como unidad con funciones de inteligencia en el ámbito del Estado Mayor de la Defensa.

Inteligencia de fuentes abiertas

Militares conocedores de las funciones de todas estas unidades explican que el análisis de redes sociales es ya una actividad clave en unidades de inteligencia.

Gracias a herramientas y programas informáticos, que también se van a adquirir, los analistas especializados en redes sociales pueden descargarse miles de tuits y obtener información muy relevante.

Se consiguen verdaderos análisis de inteligencia en redes sociales, que permiten conocer, por ejemplo, la influencia de determinadas personas en un ámbito social, o cómo se ponen en circulación y quién difunde determinados mensajes, informaciones, campañas...

Aunque sea por ahora sólo inteligencia de fuentes abiertas (OSINT), ese es un ámbito cada vez más valorado, también en el mundo militar.

El malestar que contó ABC

En este contexto, cabe destacar que hace unos días el diario ABC ya se hizo eco de cierto malestar que existe en algunos mandos militares por la creación de “un nuevo órgano de Inteligencia, denominado Centro de Fusión de la Información [...] al que llega información por distintos canales, incluido el propio CIFAS, donde se fusionan o combinan los datos de diferentes fuentes para obtener productos de Inteligencia, por lo general a partir de fuentes abiertas”, y al que el periódico denomina “un competidor en Defensa” para el CIFAS.

Ese artículo de ABC apuntaba: “No deja de llamar la atención que se cree un nuevo centro para misiones que son propias del CIFAS con la justificación de que es necesario incorporar perfiles que no son exactamente de militares. De hecho, la irrupción de este Centro de Fusión de la Información es vista con recelos desde distintos sectores de la milicia que no alcanzan a entender la utilidad del mismo cuando se dispone de un centro de inteligencia específico de las Fuerzas Armadas, del que se da a entender que no tiene las capacidades de este nuevo organismo o que no hace análisis de la profundidad que requiere el mando. Todo ello sin contar con la duplicidad en las misiones de ambos organismos y el mayor gasto que eso supone en tiempos, además, en los que se aboga por la concentración de toda la información disponible”.

Inteligencia militar conjunta desde 2004

Detrás de estos movimientos, y de las alertas internas que se han encendido en algunos ámbitos de las Fuerzas Armadas, subyacen equilibrios complicados en el seno del Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas y los servicios de inteligencia.

Siendo JEMAD, Félix Sanz Roldán anunció en 2004 una reorganización del Estado Mayor de la Defensa. Eliminó dos de las cinco divisiones del Estado Mayor Conjunto: la División de Operaciones y la División de Inteligencia.

En su lugar creó el Mando de Operaciones y el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Era la etapa de José Bono como ministro de Defensa, con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

No sólo se eliminó la División de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa, sino que también se suprimieron las divisiones de Inteligencia de los Estados Mayores de Tierra, Armada y Aire.

Además, el CIFAS asumió parte de las competencias de las unidades de inteligencia que tenían los ejércitos y la Armada: por ejemplo, el protagonismo en contrainteligencia (junto con el CNI), mientras que las unidades de Tierra, Armada y Aire pasaron a centrarse en seguridad de las instalaciones, seguridad de la información...

Los comienzos no fueron fáciles. Los oficiales que empezaron a llegar destinados al CIFAS procedentes de los ejércitos y la Armada se marchaban poco después, al ritmo de los ascensos en la escala. Eso provocaba una excesiva movilidad del personal que perjudicaba la estabilidad de la plantilla y el trabajo del centro.

El primer director del CIFAS fue el general de brigada Valentín Vicente Valero. En 2008, presentó su dimisión a la ministra Carme Chacón, por diferencias con la política que estaba llevando a cabo en el Ministerio de Defensa.

Nivel estratégico

En la estructura actual de las Fuerzas Armadas, el CIFAS se encarga de la inteligencia a nivel estratégico. El JEMAD es la autoridad que dirige el nivel estratégico de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas.

El CIFAS proporciona inteligencia a nivel estratégico al JEMAD, pero no sólo: trabaja para las Fuerzas Armadas en su conjunto, y por eso también facilita inteligencia a distintas autoridades del Ministerio de Defensa, también a los Jefes de Estado Mayor de Tierra, Armada y Aire.

Al frente del nivel operacional se sitúa el comandante del Mando de Operaciones. Se encarga de la conducción de las operaciones, tanto en el exterior como también en territorio nacional. El CIFAS presta apoyo a las operaciones, pero el Mando de Operaciones tiene su propia sección de Inteligencia, J2, para esa inteligencia a nivel operacional.

También han existido planes para suprimir esa sección J2 de inteligencia del Mando de Operaciones, y que la inteligencia a nivel operacional la proporcionara directamente el CIFAS. Esos proyectos no llegaron a cuajar.

Más abajo se sitúa el nivel táctico, el de las unidades sobre el terreno. Por ejemplo, el Ejército de Tierra tiene un Regimiento de Inteligencia nº 1, con base en Valencia, que dispone de medios de obtención de inteligencia en la zona de operaciones.

El papel del CNI en inteligencia militar

Las previsiones de los altos mandos militares más alarmados por los movimientos a favor de potenciar antes el Centro de Fusión de la Información, y ahora la Sección de Conducción Estratégica, apuntan que el objetivo último podría ser arrebatar competencias y desplazar al CIFAS, e incluso en un futuro llegar a sustituirlo y suprimirlo.

Explican que no es una previsión descabellada, ni mucho menos.

El análisis que hacen estos mandos militares empieza por el nivel estratégico, al que se dedica el CIFAS. Aseguran que, para quienes dirigen actualmente las Fuerzas Armadas, inteligencia a nivel estratégico en el ámbito militar ya la proporciona, y la podría proporcionar el Centro Nacional de Inteligencia.

El CNI dependió del Ministerio de la Presidencia, de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, durante el Gobierno de Mariano Rajoy (diciembre de 2011 a junio de 2018). Al llegar Pedro Sánchez a La Moncloa, en junio de 2018, nombró ministra de Defensa a Margarita Robles, y puso bajo su competencia el principal servicio de inteligencia de España.

Esa vuelta del CNI a Defensa -donde estuvo encuadrado desde tiempos del antiguo CESID- causó incomodidad en algunos mandos militares, que entendieron que el Centro Nacional de Inteligencia ganaba demasiada influencia ante Robles.

No en vano, Robles eligió como dos de sus principales colaboradores a personas que procedían del Centro: su directora de gabinete, Esperanza Casteleiro (después secretaria de Estado de Defensa, y ahora, precisamente, directora del CNI); y el subsecretario, Alejo de la Torre.

Dos años después, una modificación en el Real Decreto por el que se establece la organización básica de las Fuerzas Armadas introdujo un cambio llamativo.

Ese decreto recoge las funciones del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, que define como “el órgano responsable de facilitar a la persona titular del Ministerio de Defensa, a través del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, y a las autoridades militares, la inteligencia militar precisa para alertar sobre situaciones internacionales susceptibles de generar crisis que afecten a la defensa nacional, así como de prestar el apoyo necesario, en su ámbito, a las operaciones”.

La novedad fue que en el decreto se introdujo tras una coma, una apostilla: “sin perjuicio de las competencias del Centro Nacional de Inteligencia”.

Fue un detalle que no pasó desapercibido en ambientes militares, y que fue interpretado como una manera de reafirmar, en un real decreto, el papel del CNI también en la inteligencia militar.

Además, estos años ha habido algunos roces, momentos de tensión y rivalidad entre el CNI y el CIFAS por delimitar sus áreas de competencias.

Incluso se ha llegado a publicar que, en su día, Félix Sanz Roldán, que había sido el JEMAD que impulsó la creación del CIFAS, trató de que el Gobierno de Mariano Rajoy pusiera bajo coordinación suya, como director del CNI, al resto de servicios y unidades de inteligencia, comenzando por el CIFAS y pasando por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional y la Jefatura de Información de la Guardia Civil.

Pulso por el CNI

La dependencia del CNI es habitual objeto de pugna política. Distintos ministros aspiran a tener bajo su mando el Centro Nacional de Inteligencia, por el acceso que da a información sensible y clave.

Al estallar los escándalos sobre Pegasus (espionaje a independentistas catalanes, por un lado, y robo de información de los teléfonos de Pedro Sánchez, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, por otro), se desató un pulso entre Robles y Félix Bolaños más o menos soterrado.

El ministro de la Presidencia trató de aprovechar la polémica para convencer a Pedro Sánchez de que el CNI pasara a depender de su ministerio, y por tanto, de La Moncloa.

Las próximas elecciones generales, y la posibilidad de que se produzca un cambio de Gobierno, ha abierto nuevos interrogantes. Vozpópuli recogió las preguntas que circulan en el CNI, de si un hipotético gobierno del PP de Alberto Núñez Feijóo (con o sin Vox) volverá a situar al centro bajo dependencia de Presidencia.

Quién asumiría qué

Pero, mientras esté en Defensa, los actuales responsables pueden considerar que el Centro Nacional de Inteligencia ya proporciona inteligencia militar a nivel estratégico. Ese es el análisis que hacen algunos altos mandos conocedores de estos movimientos.

De potenciar y aumentar sus capacidades, como se está haciendo, la Sección de Conducción Estratégica, podría proporcionar inteligencia entre el nivel estratégico y operacional en territorio nacional.

La red de inteligencia de fuentes humanas (HUMINT) del CIFAS podría pasar a depender del Mando de Operaciones, que asumiría toda la inteligencia a nivel operacional, en las misiones en el exterior. Eso incluiría un cometido muy importante del CIFAS, como es la protección de las tropas españolas destacadas en el exterior, una tarea que fue asumiendo el CIFAS del CNI, y que ahora podría recaer en el Mando de Operaciones.

Esa es la hipótesis que manejan algunos altos mandos, para indicar que existen indicios que apuntan en esa dirección: tomar medidas que hagan prescindible el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, al solaparse sus competencias con la actividad de otros órganos.

La hipotética supresión del CIFAS podría encontrar buena acogida en el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. Los estados mayores de los ejércitos y la Armada recibieron con reservas la creación de un órgano conjunto de inteligencia que les arrebató competencias e influencia en un asunto tan sensible como este, y, por eso, según las fuentes consultadas, “aplaudirían” una nueva estructura en la que ellos podrían recuperar mayor protagonismo en inteligencia.

Quienes ven con malos ojos las primeras medidas en favor de la Sección de Conducción Estratégica, y han detectado estos movimientos que amenazan al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, apuntan que, si este plan se llegara a hacer realidad, “se perderían capacidades”.

Pero, insisten, de llegar a desarrollarse tal y como temen, se trataría de maniobras para cambiar el equilibrio de influencia y controles sobre la inteligencia militar.

Todos estos cambios dependerán, claro está, de lo que suceda en las elecciones generales. Un cambio de Gobierno hacia el PP supondría el relevo de Margarita Robles como ministra de Defensa, y es posible que también el nombramiento de un nuevo Jefe de Estado Mayor de la Defensa, lo que podría desatar una cascada de nombramientos que apartara a quienes están potenciando la Sección de Conducción Estratégica.

Ascendido el director del CIFAS

En este contexto de recelos y denuncias de solapamiento de competencias entre diferentes órganos, no ha pasado desapercibido un ascenso.

A propuesta de Margarita Robles, el Consejo de Ministros aprobó el 27 de junio ascender a teniente general al general de División Antonio Romero Losada, director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

Al general Romero le tocaba pasar a la reserva en unos meses, este otoño, al cumplir los años que están fijados para el empleo de general de división.

Entre oficiales generales se recibió con sorpresa el ascenso de Romero a teniente general, ya que se daba por hecho que pasaría a la reserva.

La interpretación que algunos generales hacen apunta a que podría ser un respaldo por parte de la ministra al CIFAS y a su director. Quienes conocen a Romero aseguran que es el mejor oficial general de su promoción, y destacan que desde que fue nombrado en 2019 ha hecho un trabajo “excelente” al frente del CIFAS.

Si no hubiera sido ascendido, Margarita Robles (o el próximo ministro de Defensa) habría tenido que nombrar en otoño un nuevo director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Ahora, al menos cabe la posibilidad de que Romero se mantenga como director del CIFAS otros tres o cuatro años, ya que el ascenso a teniente general en este caso no obliga a un cambio de destino.

Cabe añadir otro dato que puede ser significativo. En actos públicos recientes, con un número no muy amplio de asistentes, Margarita Robles destacó el papel del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Al hablar de los servicios de inteligencia españoles, citó al CNI, pero a continuación también al CIFAS como el gran olvidado en este ámbito.

Centro de Fusión de Información de la OTAN

Como ya contó ECD al revelar la creación del Centro de Fusión de la Información (aunque no ha llegado a consolidarse como unidad), el nombre no fue una innovación propia del Estado Mayor de la Defensa. Ya existen unidades militares o de seguridad en otros países con este nombre.

La referencia más cercana la OTAN. El NATO Intelligence Fusion Centre funciona desde 2007, tiene su cuartel general en Reino Unido, y se dedica a proporcionar al Comandante Supremo Aliado en Europa y al Comando Aliado de Operaciones la inteligencia oportuna, relevante y precisa para apoyar la planificación y ejecución de las operaciones de la OTAN; y permitir la disuasión y la defensa del área euroatlántica.

“Se creó para facilitar el intercambio y la fusión de inteligencia, contribuir a llenar los vacíos de inteligencia dentro de las Operaciones del Mando Aliado y apoyar la planificación y ejecución de operaciones”, se indica en su web. Cuenta con analistas operativos las 24 horas del día, 7 días de la semana, que “colaboran con una amplia gama de socios para producir evaluaciones de inteligencia para mejorar la conciencia situacional de la OTAN” y apoyar las operaciones aliadas.

Con la información que llega de servicios nacionales de inteligencia, informes operacionales, fuentes abiertas, inteligencia de señales, inteligencia geoespacial... los analistas de este Centro de Fusión de Inteligencia de la OTAN elaboran productos para el Comando Aliado de Operaciones, para el Cuartel General de Operaciones Especiales de la OTAN, y para los países miembros de la alianza.

En 2015, España tenía destacado en este centro a un oficial del Mando Conjunto de Operaciones Especiales. Se dedicaba a elaborar análisis de amenazas y redes humanas del Hemisferio Sur, el área de responsabilidad que le habían asignado.

Fuentes consultadas por ECD apuntan que, curiosamente, algunos mandos del CIFAS han estado destinados en el NATO Intelligence Fusion Centre.

Militares españoles en Mali (Foto: Estado Mayor de la Defensa).
Militares españoles en Mali (Foto: Estado Mayor de la Defensa).

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