Tres cordones de seguridad, antidisturbios y escoltas blindarán la cumbre de la OTAN en Madrid

La Policía Nacional se hará cargo de la vigilancia del recinto de Ifema, de las embajadas y hoteles donde se alojen los jefes de Estado y de Gobierno, y de los recorridos

Joe Biden y Pedro Sánchez, en una cumbre de la OTAN en Bruselas.
Joe Biden y Pedro Sánchez, en una cumbre de la OTAN en Bruselas.

Joe Biden, Emmanuel Macron, Boris Johnson, Olaf Scholz, Mario Draghi, Justin Trudeau... así hasta 29 jefes de Estado y de Gobierno viajarán a Madrid a finales del mes de junio para asistir a la cumbre de la OTAN.

España vuelve a acoger una reunión de mandatarios de los 30 países aliados 25 años después, desde una cumbre organizada también en Madrid en 1997.

La reacción ante la invasión rusa de Ucrania y el compromiso de aumentar el gasto público en Defensa centrarán las negociaciones entre los dirigentes políticos y sus asesores militares.

España, como anfitriona, lleva meses preparando los detalles de la organización, lo que supone entre otras una tarea delicada: garantizar la seguridad de la cumbre.

Planificado con meses de antelación

La llegada a España de varios de los principales líderes mundiales y su estancia en nuestro país movilizará a distintos ministerios, fuerzas de seguridad y organismos del Gobierno. Pero gran parte de la protección recaerá en la Policía Nacional, como cuerpo encargado de la seguridad en la ciudad de Madrid.

Fuentes policiales consultadas por Confidencial Digital cuentan que el dispositivo especial que blindará este encuentro, los días 29 y 30 de junio, está planificado desde principios de este año.

De hecho, buena parte de los agentes que participarán en el despliegue ya conocen que tendrán que trabajar esos días en la seguridad de la Cumbre de la OTAN.

Tres cordones de seguridad en Ifema

Las reuniones de los jefes de Estado y de gobierno y los responsables de la Alianza Atlántica se celebrarán en el recinto ferial de Ifema, situado a las afueras de la capital y muy cerca del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Ifema está siendo acondicionado para la cita.

La clave, por tanto, será blindar este recinto ferial y el perímetro a su alrededor, para evitar cualquier amenaza contra la seguridad de los líderes políticos.

 

El dispositivo diseñado cuenta con establecer tres cordones de seguridad alrededor de Ifema. La Policía Nacional asumirá el mayor peso en este dispositivo, que no se limitará a los días 29 y 30 de junio, cuando estén allí Biden, Macron, Jens Stoltenberg (secretario general de la OTAN) y decenas de presidentes, primeros ministros y militares de alto rango.

Ya en los días previos se establecerá un despliegue potente. La presencia policial se centrará, en los días de la cumbre y previos, en controlar de forma exhaustiva todo lo que entre hasta Ifema, a través de esos cordones de seguridad.

Los agentes tendrán que inspeccionar con detalle los vehículos y las mercancías que entren, así como vigilar y controlar a los trabajadores que prestan distintos servicios en Ifema esos días, y por último a los propios asistentes a la cumbre.

Escoltas

El dispositivo especial estará formado por muy distintas unidades de la Policía Nacional.

Se activará a los Guías Caninos, a los expertos de la Unidad de Subsuelo y a los técnicos en desactivación de explosivos del Tedax-NRBQ. Todos ellos serán clave para detectar y neutralizar posibles amenazas de bomba.

Tendrán un papel muy importante los policías destinados en la Unidad Central de Protección. Esta unidad se encarga de “la organización y ejecución de la protección de altas personalidades nacionales y extranjeras y de aquellas personas que se determinen, así como la de los edificios e instalaciones que por su interés lo requieran”.

De ella dependen dos brigadas. A las altas personalidades del Estado las protegen los agentes de la Brigada Central de Escoltas. Pero hay también una Brigada Central de Protecciones Especiales, dedicada precisamente a “la planificación y ejecución de los dispositivos de seguridad y protección integral de personalidades o delegaciones extranjeras durante su estancia en nuestro país, con motivo de visitas y celebraciones de eventos de carácter internacional”.

Por tanto, se activará a estos escoltas y otro personal especializado en dispositivos de seguridad en grandes eventos internacionales. Se trata de unas misiones muy especiales, ya que suponen proteger a presidentes y primeros ministros de algunas de las principales potencias mundiales.

Biden, Macron, Boris Johnson y demás líderes vendrán a España con sus propios equipos de escoltas. Pero los efectivos de la Brigada Central de Protecciones Especiales coordinan y planifican los dispositivos y refuerzan la vigilancia sobre los mandatarios mientras se encuentran en España.

Al prestar servicio tan cerca de los mandatarios, los policías nacionales de la Brigada Central de Protecciones Especiales que se movilicen en este despliegue tienen que estar en posesión de la Habilitación Personal de Seguridad (HPS), la acreditación que permite acceder a información clasificada, y que concede la Oficina Nacional de Seguridad (ONS) dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

GEO y Caballería

La Cumbre de la OTAN en Madrid también movilizará al Grupo Especial de Operaciones. Agentes del GEO se desplazarán a Madrid, como retén ante posibles incidentes, ya que una de sus misiones es “ejecutar los dispositivos de protección de personas y bienes que se les encomienden y precisen una especial cualificación”.

En grandes eventos de este calibre, el GEO se pone en alerta por si tuviera que intervenir en cualquier momento con urgencia.

Precisamente en fechas recientes este grupo de élite de la Policía ha recibido un Blindado Medio sobre Ruedas (BMR), como los que usa el Ejército de Tierra, para intervenciones especiales. También los antidisturbios se han reforzado con otro vehículo similar.

Además, en la cumbre de Madrid se desplegará la Unidad de Caballería. Los policías nacionales a caballo prestan colaboración “en los dispositivos establecidos para la protección de altas personalidades nacionales y extranjeras”, según la web de la Policía, y dan apoyo en grandes concentraciones de masas, espectáculos públicos y deportivos.

Antidisturbios

A ellos se sumarán los antidisturbios. Gran parte del despliegue recaerá en las Unidades de Intervención Policial (UIP), tanto en la UCI y la Iª UIP que tienen base en Madrid, en el barrio de Moratalaz, como en las unidades ubicadas en otros puntos de España, que mandarán refuerzos a la capital durante esas fechas de junio.

Los grupos operativos de las UIP se encargarán de distintas misiones. Se distribuirán en los cordones de seguridad alrededor de Ifema, para participar en la protección del recinto ferial y en los filtros de seguridad.

Pero sus tareas serán más amplias. Los mandatarios internacionales tendrán que pernoctar en sus respectivas embajadas o en hoteles, y lo mismo sucederá con el resto de miembros de las delegaciones que les acompañan.

Los policías antidisturbios realizarán vigilancias estáticas ante las embajadas y hoteles en los que se alojen los participantes en la cumbre.

También tendrán que desplegarse en los recorridos por las calles de Madrid que hagan los mandatarios entre los lugares de residencia e Ifema, para vigilar los trayectos y prestar escolta a las caravanas de vehículos, junto a otras unidades de distintos cuerpos policiales.

Hasta Madrid se desplazarán varios jefes de las UIP, para repartirse la dirección de cometidos concretos en este gran dispositivo, como las vigilancias estáticas o la protección de los itinerarios.

Como se ha indicado, el despliegue de los antidisturbios se ha planificado con meses de antelación. Por eso desde la Jefatura de Unidades de Intervención Policial (JUIP), que dirige el comisario principal Francisco López Gordo, han transmitido en reuniones internas con los sindicatos que no está previsto suspender vacaciones a última hora para mandar más agentes a Madrid: se ha avisado con tiempo a los policías que tendrán que trabajar esos días en la capital.

Control de las protestas

Los antidisturbios se encargarán de tareas generales de vigilancia, y también específicamente de controlar posibles protestas de organizaciones pacifistas, antimilitaristas y antiglobalización.

En estas páginas ya se contó en febrero que partidos de izquierda (IU, PCE, PCPE...), movimientos pacifistas y organizaciones contrarias a la OTAN se están organizando para mostrar su rechazo a la Alianza Atlántica.

Aún están definiendo el formato de las protestas, en lo que denominan como “contracumbre”. Además, mantienen contacto con organizaciones de fuera de España. En algunas cumbres de la OTAN se han reunido grupos antiglobalización muy numerosos, que han llegado a provocar altercados violentos en las ciudades que acogen estas citas.

Por ello, la misión de las Unidades de Intervención Policial, especializadas en orden público, será clave esos días. Hay que tener en cuenta que el conflicto en Ucrania puede elevar la movilización de los colectivos contrarios a la OTAN.

Eventos con cazas y artillería

El blindaje de la cumbre podría contar también con vigilancia desde el aire. En muchos grandes eventos es habitual que la Policía Nacional despliegue medios antidrones, para evitar posibles ataques con pequeñas aeronaves no tripuladas.

La amenaza de drones y otros elementos aéreos puede obligar a recurrir a fuerzas militares, hasta el punto de declarar una zona de exclusión aérea. En ciertos acontecimientos especiales se ha establecido este operativo, que supone que dentro de ese perímetro sólo pueden volar los aviones comerciales identificados, y cualquier elemento ajeno puede ser abatido, como avionetas, globos aerostáticos, y drones.

Si se declara una zona de exclusión aérea, se suele desplegar un avión radar Awacs, propio de la OTAN, y se movilizan varios aviones de caza, que en el caso de Madrid serían probablemente F-18 del Ala 12, con base en Torrejón de Ardoz.

Estos dispositivos se refuerzan con baterías de artillería antiaérea. El Mando de Artillería Antiaérea del Ejército de Tierra ha desplegado en ocasiones distintos sistemas defensivos en “eventos de especial relevancia”, para proteger esos actos frente a amenazas aéreas.

Así se hizo, por ejemplo, en cumbres de la Unión Europea celebradas en ciudades españolas (Madrid, Barcelona y Sevilla) durante la presidencia española de la UE en 2002; en el Fórum de Barcelona de 2004; en la Cumbre Iberoamericana de Salamanca y en la Euromediterránea de Barcelona, en 2005; en la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2006; en la Copa América de Valencia en 2007; en la Expo de Zaragoza de 2008...

La reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Sevilla en 2007 contó también con artillería antiaérea. Pero, como gran evento especialmente protegido cabe citar, sobre todo, la boda de Felipe VI y doña Letizia, en mayo de 2004.

Se desplegó artillería antiaérea en Madrid y se estableció una zona de exclusión aérea que llegó hasta Segovia y Toledo, para proteger un evento al que asistieron ocho reyes (además de los de España), nueve presidentes de república y otras muchas personalidades.

Antes del enlace, el CNI manejaba información de un posible atentado con ultraligeros, y durante la ceremonia saltó una falsa alarma que obligó a movilizar helicópteros con tiradores de precisión.

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