Castilla-La Mancha y Extremadura, las regiones que más han incrementado la inversión en dependencia
Han incrementado el dinero destinado este año en comparación con 2022, según un informe del Imserso. Las que menos invierten son Baleares, Canarias y La Rioja
Castilla-La Mancha y Extremadura lideran el crecimiento de la inversión pública en dependencia en España. Según el último informe estadístico del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), ambas comunidades autónomas son las que más han incrementado el gasto destinado a la atención de personas dependientes en los dos últimos años, consolidándose como referentes en la mejora del sistema de cuidados y asistencia.
- Brechas territoriales
- Crece la demanda y la necesidad de personal cualificado
- Un sector diverso
- Un reto de futuro
En el caso de Castilla-La Mancha, el importe abonado por la Administración General del Estado ha pasado de 324 millones de euros en 2022 a más de 359 millones en 2024, lo que supone un aumento de alrededor del 11%. Por su parte, Extremadura ha registrado un crecimiento aún más destacado, con un incremento del 27%, al pasar de 134 a 172 millones de euros en el mismo periodo.
Este esfuerzo económico se explica, en parte, por la estructura demográfica de ambas regiones, caracterizadas por una población envejecida y muy dispersa territorialmente, lo que encarece la prestación de servicios y requiere una mayor dotación de recursos humanos y materiales. Además, las políticas autonómicas de refuerzo de la atención domiciliaria han contribuido a impulsar la inversión, con el objetivo de favorecer la permanencia de las personas dependientes en sus hogares el mayor tiempo posible.
Brechas territoriales
Mientras el centro y el suroeste peninsular avanzan en la mejora del sistema, otras comunidades muestran un menor dinamismo. Según los datos del Imserso, las regiones que menos invierten en dependencia son Baleares, Canarias y La Rioja, que se sitúan a la cola tanto por volumen total de gasto como por porcentaje destinado dentro de su presupuesto autonómico.
Esta desigualdad refleja las diferencias estructurales del sistema, que depende en gran medida del esfuerzo financiero de cada comunidad. Desde la Asociación Estatal de Entidades de Servicios de Atención a Domicilio (ASADE) se advierte que la falta de una financiación homogénea sigue provocando desequilibrios en la cobertura y en los tiempos de espera para acceder a prestaciones y servicios.
Crece la demanda y la necesidad de personal cualificado
El incremento de la inversión coincide con un notable aumento de la demanda de servicios de ayuda a domicilio. Según ASADE, en los últimos años se ha producido un crecimiento sostenido de las solicitudes de atención, impulsado por el envejecimiento de la población, el mayor conocimiento y valoración social del sistema y la intensificación de los cuidados necesarios.
Cada vez más personas mayores requieren más horas de asistencia mensual, tanto por su situación de dependencia como por la falta de apoyo familiar. Este escenario ha generado una presión creciente sobre el sector, que debe adaptarse a necesidades más complejas y personalizadas.
Uno de los principales desafíos es la escasez de profesionales cualificados. El perfil más demandado es el de auxiliar de ayuda a domicilio, que requiere formación específica, como el Certificado de Profesionalidad o títulos de Formación Profesional en atención sociosanitaria. Sin embargo, existe un déficit de trabajadores con esta acreditación, lo que está dificultando la cobertura de los servicios y aumentando la rotación laboral.
Desde ASADE insisten en la necesidad de incentivar la formación y la incorporación de nuevos profesionales, especialmente en el ámbito rural, donde la oferta laboral es más limitada.
Un sector diverso
El sector de la atención domiciliaria se caracteriza por una notable diversidad entre sus trabajadores. Aunque no existen datos concretos sobre el número de profesionales extranjeros, su presencia es relevante en distintas comunidades, especialmente en aquellas con alta demanda de cuidados.
No obstante, la nacionalidad del trabajador no es un factor determinante en la calidad del servicio. Las entidades subrayan que lo más importante es la afinidad, la empatía y la confianza entre la persona usuaria y el profesional, ya que el acompañamiento diario implica tareas íntimas como el aseo, la alimentación o la movilidad.
El perfil del usuario sigue siendo mayoritariamente el de mujer de más de 75 años, que representa cerca del 80% de las personas atendidas. Este grupo concentra la mayor parte de la demanda, aunque también se presta apoyo a personas más jóvenes con discapacidad o dependencia severa, un colectivo menos numeroso pero con necesidades asistenciales más intensas
Un reto de futuro
La evolución positiva de la inversión en regiones como Castilla-La Mancha y Extremadura refleja una apuesta clara por fortalecer el sistema de dependencia, pero el sector advierte que el esfuerzo debe mantenerse y extenderse al conjunto del territorio.
La sostenibilidad del modelo pasa por garantizar una financiación suficiente y estable, mejorar las condiciones laborales de los profesionales y reforzar la coordinación entre administraciones. Solo así, señalan desde ASADE, se podrá asegurar un sistema de atención a la dependencia que combine equidad, calidad y proximidad, respondiendo al desafío demográfico que enfrenta España.