Más de 100.000 tiendas han cerrado desde 2021 por el auge del comercio digital
Los negocios más afectados son pequeños establecimientos de ropa y calzado. Uno de cada diez mayores de 50 años se ha sumado a las compras online
Desde 2021, más de 100.000 tiendas minoristas han cerrado en España, según datos del BBVA y del INE. Esta cifra muestra cómo la pandemia ha acelerado una tendencia previa de concentración en el sector, tradicionalmente dominado por pequeños negocios. Entre 2019 y 2024 se han perdido 49.970 locales, lo que confirma el cambio estructural del comercio minorista.
El auge del comercio electrónico ha sido determinante. Las ventas online crecieron un 95 % en cinco años, casi duplicando su volumen hasta los 95.200 millones de euros en 2024. Además, el porcentaje de empresas que usa este canal pasó del 36 % antes de la covid-19 al 45 % en 2023, lo que ha consolidado la transformación digital del consumo.
- Golpe a los pequeños comercios de ropa y calzado
- El perfil del consumidor digital
- La necesidad de una estrategia de supervivencia
- El futuro del comercio de barrio
Golpe a los pequeños comercios de ropa y calzado
Los comercios más afectados han sido los pequeños establecimientos de ropa y calzado. En abril de 2020 sus ventas se desplomaron un 90 %, y aunque el sector repuntó un 46,7 % desde 2021, muchas tiendas no lograron recuperarse. La falta de recursos para adaptarse al entorno digital precipitó su cierre.
Las grandes cadenas, mejor preparadas para integrar estrategias omnicanal, absorbieron gran parte de la demanda. Por el contrario, las pequeñas cadenas y negocios unilocalizados han visto reducidas sus oportunidades, favoreciendo una concentración del mercado cada vez mayor.
El perfil del consumidor digital
El comercio electrónico ha ganado terreno entre todos los grupos de edad. En 2024, el 56,7 % de los hogares españoles compra online, frente al 46,9 % en 2019. Incluso entre los mayores de 50 años, uno de cada diez se ha incorporado recientemente a este canal, un segmento que antes prefería las tiendas físicas.
Además, el móvil se ha convertido en el dispositivo favorito para comprar, usado por el 56 % de los consumidores frente al 44 % que utiliza ordenador. Crece también el interés por productos sostenibles y de proximidad, así como por las marcas blancas, impulsadas por el ahorro.
La necesidad de una estrategia de supervivencia
El BBVA advierte que la supervivencia del comercio minorista depende de ofrecer experiencias de compra con valor añadido en las tiendas físicas y de adoptar un modelo omnicanal efectivo. Los locales dejan de ser solo puntos de venta para convertirse en espacios de experiencia y personalización.
Esta transformación tecnológica no es únicamente tecnológica. Requiere adaptarse a nuevas demandas de sostenibilidad, conveniencia y conexión emocional con el cliente. Los negocios que combinen cercanía, valores sostenibles y una presencia digital sólida estarán mejor posicionados para competir en un mercado cada vez más exigente.
El futuro del comercio de barrio
El comercio de proximidad aún puede recuperarse si sabe aprovechar su relación directa con los consumidores. La atención personalizada y el conocimiento del cliente siguen siendo ventajas diferenciales frente a las grandes cadenas y las plataformas online.
Sin embargo, su éxito dependerá de modernizar su oferta, invertir en canales digitales y adaptarse a las nuevas dinámicas de consumo. En un contexto donde el comercio electrónico domina las decisiones de compra, solo quienes integren la innovación con la cercanía lograrán mantener su relevancia.