Chequeo al Gobierno: los escasos cambios apuntan a una remodelación a mitad de mandato

Sánchez ha diseñado un equipo continuista y combativo para una legislatura de “pocas leyes”. Repaso a los ministros uno a uno

Foto de familia, del presidente del Gobierno de la XV legislatura, Pedro Sánchez (c), junto a las vicepresidentas y ministros del Ejecutivo, a su llegada a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa.
Foto de familia, del presidente del Gobierno de la XV legislatura, Pedro Sánchez (c), junto a las vicepresidentas y ministros del Ejecutivo, a su llegada a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa.

El nuevo Gobierno tiene poco de nuevo. El presidente, Pedro Sánchez, ha elegido para el núcleo duro de su tercera legislatura a casi todos los ministros que le acompañaban ya en 2018. El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, la ministra de Defensa, Margarita Robles, la ministra de Hacienda y ahora vicepresidenta, María Jesús Montero, o el ministro de Agricultura, Luis Planas, son algunas de las figuras reelegidas que suman ya seis años al frente de sus respectivas carteras.

Como cada año, como final de ejercicio, la redacción de Confidencial Digital pasa revista a los ministros del Gobierno, el actual conformado hace apenas mes y medio, tras la tercera investidura exitosa del secretario general del Partido Socialista. En esta etapa, la gobernabilidad se advierte más complicada aún que en los últimos seis años.

Negociar y negociar

El nuevo Ejecutivo necesita los votos de todos los grupos nacionalistas e independentistas, Partido Nacionalista Vasco, EH Bildu, Esquerra Republicana y BNG, incluido ahora también Junts per Catalunya, que rechazó la mayoría de las iniciativas impulsadas por el Gobierno en los últimos cuatro años, y cuyos apoyos fueron prescindibles hasta los comicios del pasado 23 de julio.

Además, la ruptura entre Podemos y Sumar, coalición que, a su vez, que engloba a otras 14 formaciones políticas a la izquierda del PSOE, dificulta aún más las negociaciones.

Los cinco diputados morados, imprescindibles para aprobar cualquier proyecto y proposición impulsado por el Gobierno y sus socios, se han mudado al Grupo Mixto en el Congreso, y pondrán sus propias condiciones a cada medida, bajo amenaza de tumbarla.

Los mismos rostros

La nueva legislatura ha comenzado prácticamente con los mismos rostros que la anterior. De los 22 ministerios, 17 pertenecen a la parte socialista y la cuota para el socio de Gobierno vuelve a quedarse en cinco carteras, las mismas que ostentó Unidas Podemos en 2020.

Del total, trece ministros repiten y de los 17 del PSOE, solo cinco son nuevos: Óscar Puente, responsable de Transportes; Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo; Ángel Víctor Torres, titular de Política Territorial; Ana Redondo, ministra de Igualdad; y Elma Saiz, responsable de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

La principal renovación se produce en el ala más izquierdista. Sumar ha sustituido a Podemos como socio de Gobierno del PSOE, y ha dejado en cero la cuota de los morados: Irene Montero, exministra de Igualdad, fue vetada por la líder de Sumar y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que mantiene la vicepresidente y el ministerio de Trabajo. Ione Belarra, máxima dirigente de Podemos y ex responsable de Derechos Sociales, tampoco repite.

La coalición liderada por Díaz ofreció a los morados que Nacho Álvarez ocupase una cartera, una figura muy apartada de Belarra y considerada casi fuera del partido por la propia dirección, por lo que la cúpula de Podemos lo rechazó.

 

También se les ha negado un portavoz parlamentario. Una voz propia que sí se concedió a partidos menores, como la Chunta Aragonesista.

Lna situación ha tensado al límite las relaciones, hasta provocar la ruptura entre ambas formaciones política. Ernest Urtasun ocupa el Ministerio de Cultura, Sira Rego el de Infancia, Pablo Bustinduy recoge la responsabilidad de Derechos Sociales y Consumo, y Mónica García se hace con el Ministerio de Sanidad. Cuatro caras nuevas, de las cinco que representan a Sumar.

Nadia Calviño, rumbo al BEI

El presidente del Gobierno anunció en la campaña de las generales del 23-J la repetición del tándem Sánchez-Calviño si conseguía ser investido. La ministra de Economía y vicepresidenta primera se mantendría en el cargo. Sin embargo, su reciente elección como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) supone su salida del Ejecutivo. Su nombramiento sitúa por primera vez una mujer al frente de esta institución comunitaria, donde sustituirá al alemán Werner Hoyer, presidente desde 2012.

Este viernes se conocerá el sustituto para la vicepresidenta económica. Por el momento, Sánchez ya ha recibido noes de distintos candidatos, como adelantó ECD: David Vegara, José Manuel Campa… Y se guarda como última baza al actual ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, que fue responsable de la Seguridad Social hasta la formación del nuevo Ejecutivo.

Contrapeso a Podemos

Calviño aterrizó en el Gobierno como parte de un mensaje de moderación en lo económico, que haría de contrapeso a la presencia de Podemos. Era una figura de confianza en Bruselas tras su paso por Europa, que después ha protagonizado algunos de los choques sonados con los socios de Gobierno: el último, por el subsidio por desempleo.

A pesar de que es una de las ministras que más tiempo ha permanecido en el cargo, no está en el bombo de las más desgastadas. Al revés, en el PSOE confirman que la intención de Sánchez era mantenerla como vicepresidenta primera del Ejecutivo, de no haber sido nombrada para el BEI.

La economía española se ha sostenido tras la pandemia y no ha caído en recesión técnica en ningún trimestre, al contrario que otros grandes países de la zona, como Alemania. De hecho, se ha mantenido como uno de los países que más ha crecido desde 2020: unos datos que tienen su origen en la gran caída de la economía española durante la crisis de la covid-19.

Calviño deja el cargo un año después de que España haya recuperado los niveles prepandemia del PIB, con una gestión discreta, y sin un sustituto que también deberá contrapesar la parte de Sumar en el Gobierno.

Yolanda Díaz: mejor valorada y más independiente

La líder de Sumar es una de las figuras inamovibles del Ejecutivo. Necesaria para que Sánchez haya alcanzado los síes necesarios en la investidura tras el batacazo de Podemos el 28-M.

En el PSOE siempre han sido conscientes de la necesidad de un partido fuerte a su izquierda que recoja unos votos que “nunca” caerán del lado socialista. “Nos permite combatir mejor con Vox, y robarle esos últimos escaños por cada circunscripción”, analizaban antes del 23-J. Una realidad cumplida en los últimos comicios: la formación de Díaz consiguió igualar en votos al partido liderado por Santiago Abascal.

La titular de Trabajo ya no cuenta con la ‘soga’ de Podemos dentro del grupo. La salida da los morados dan total autonomía a Díaz, cuya relación con el resto de partidos siempre ha sido mejor que con los de Belarra.

Díaz se sigue manteniendo como una de las políticas mejor valoradas del país, según los datos recogidos por el CIS. Y en el Ejecutivo consideran que la ausencia de ministros de Podemos y la renovación que suponen cuatro caras nuevas —sumado al recién nacido Sumar— sanean la imagen del socio prioritario del PSOE. La gestión de Montero al frente de Igualdad o los constantes choques públicos entre Belarra y el ala socialista desgastaron sobremanera a los dirigentes de la formación. Una caída que se evidenció en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo, donde el peso de la marca desapareció de gran parte de los parlamentos regionales y municipales.

Teresa Ribera, en las cábalas de posibles salidas

Teresa Ribera se mantiene en un cargo que ha ostentado desde 2018. “Seis años son muchos para cualquiera”, aseguraban fuentes socialistas a ECD.

La sensación en el partido es que la responsable de Transición Ecológica y Reto Demográfico es una de las candidatas a no terminar la legislatura —en caso de que esta dure cuatro años—. Aunque no ha tenido una labor especialmente polémica, dentro del PSOE consideran que una renovación del Ejecutivo pasa por dejar atrás las figuras que ya acumulan seis años en el cargo.

Ribera representa además un perfil sereno y con poco ‘punch’. “Tenemos que saber vender mejor nuestros logros y no lo estamos haciendo”, afirman a ECD fuentes socialistas que ven el futuro de Ribera en un cargo Europeo, al igual que Calviño.

Montero, más responsabilidades y máxima confianza

María Jesús Montero ha subido de nivel dentro del Ejecutivo. A su cargo como responsable de Hacienda suma ahora la vicepresidencia cuarta. Es una de las personas de mayor confianza del presidente, que la nombrado número dos del partido.

Sánchez le ha dado más responsabilidades en esta etapa después de que consiguiera con cierta facilidad aprobar tres presupuestos en los últimos tres años. Una tarea muy complicada, para la que ha tenido que convencer hasta a siete partidos distintos, por lo que presidente está más que satisfecho.

Esta legislatura no será muy diferente. La necesidad de los siete votos de Junts —un partido conservador— supondrá otro obstáculo más, al que se sumarán las exigencias de Podemos.

Montero ha sido el brazo derecho del presidente, una confianza que ha ido en aumento desde 2018 y toca ahora su cumbre. Las cábalas la sitúan al frente del Ministerio de Hacienda durante toda la legislatura. Al menos hasta ahora, en el PSOE la consideran una figura clave, y ven difícil que pierda poder en una futura remodelación de la directiva del partido que se anuncia tras el verano.

Albares sigue en Exteriores a pesar de los choques

José Manuel Albares no es de los ministros más longevos: dirige la acción exterior del Gobierno desde 2021. Pero no han sido pocos los choques diplomáticos que ha tenido España desde entonces. Primero, con Argelia, tras la decisión del presidente Sánchez de asumir la posición de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Y, recientemente, Israel ha llamado a consultas a su embajadora y ha protestado hasta cuatro veces por las críticas del presidente del Gobierno, y otros ministros, a la intervención israelí en la Franja de Gaza.

En el Gobierno son conscientes de que estos incidentes han desgastado al ministro, pero la confianza de Sánchez en él sigue siendo plena. En ambos choques diplomáticos, el ministro ha tenido que dar explicaciones —en ocasiones ante el Congreso de los Diputados— por palabras del propio presidente: tanto en el giro de guion sobre el Sáhara, como tras el enfado de Argelia y, ahora, de Israel.

Su antecesora, Arantxa González Laya ya salió del Ejecutivo como precio por la entrada del líder del frente polisario, Brahim Gali, en España. El líder revolucionario fue ingresado en un centro hospitalario, y, tras su recuperación, marchó a Argelia. Pocas semanas después, casi 8.000 inmigrantes cruzaron la frontera entre España y Marruecos ante la pasividad de las autoridades marroquíes responsables.

El conflicto no se cerró hasta que Sánchez envió la polémica carta al rey Mohamed VI, valorando positivamente la opción de que el Sáhara Occidental se convierta en una autonomía de Marruecos. En el camino, González Laya fue fulminada por el presidente, pero desde el Ejecutivo remarcan una diferencia: entonces, fue ella quien creó la crisis con Marruecos, por permitir entrar a Gali; ahora, los choques han sido fruto de palabras o acciones del propio Sánchez.

Bolaños, el superministro

Félix Bolaños, el ‘superministro’ (Justicia, presidencia y Relaciones con las Cortes), es otros de los brazos fuertes de Sánchez. Hombre de su máxima confianza, el presidente ha querido premiar a parte de la guardia pretoriana que le acompañó en la segunda mitad de la pasada legislatura, y Bolaños es el máximo exponente.

Sánchez lo ha colocado al frente de Justicia por la salida de Pilar Llop, una de las ministras con más papeletas para abandonar el Ejecutivo tras asumir ella los errores jurídicos de la ley del ‘solo sí es sí’, una norma que ha supuesto miles de rebajas de condena a agresores sexuales e incluso centenares de excarcelaciones.

Aunque la norma fue impulsada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, el PSOE tuvo que reformarla con los votos del PP. Llop no estaba al frente de la cartera entonces, pero sí lo estuvo cuando las rebajas de penas empezaron a producirse, y en el Ejecutivo consideraron que tanto su figura como la de Montero estaban sufriendo un desgaste constante con cada una de esas rebajas.

El negociador

La decisión de nombrar a Bolaños viene marcada por su labor como negociador en cuestiones capitales para el Gobierno en el terreno judicial. En primer lugar, la investidura, pero también la Ley de Amnistía que la ha permitido. Una norma acordada con Junts y con ERC y en la que el papel de Bolaños ha sido indispensable. Esta tarea ha requerido, además, el máximo cuidado jurídico para evitar que el Tribunal Constitucional pueda tumbarla.

El actual titular de Justicia capitaneó también las conversaciones con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial —que finalmente no salió adelante—. El Gobierno espera resolver el bloqueo durante la legislatura, para acabar con la mayoría conservadora que se mantiene en el órgano de gobierno de los jueces desde 2012.

También resulta fundamental para el Ejecutivo que, quien ha liderado las negociaciones para la amnistía —que ha despertado críticas tanto de jueces como de fiscales—, dirija el Ministerio de Justicia durante toda la magistratura. La medida está ya desgastando al PSOE, que ha caído en las últimas encuestas publicadas, y la figura de Bolaños como máximo responsable de Justicia busca reparar esa imagen.

Robles rechazó Interior

Margarita Robles continua al frente de Defensa. Se mantuvo fiel a Sánchez en las horas más bajas del presidente antes de su dimisión en 2017, y le ha acompañado desde entonces. En 2018, rechazó el Ministerio del Interior después de que se lo propusiera el presidente del Gobierno. Representa un perfil que en el Ejecutivo consideran clave: la parte menos a la izquierda del PSOE. Robles ha chocado con los ministros de Podemos en distintos momentos de la pasada legislatura y es una de las ministras mejor valoradas del Gabinete: tanto por los votantes de izquierdas como por los de derechas.

Su gestión al frente de Defensa no ha despertado grandes polémicas, y no suele ser el blanco de las críticas de la oposición, donde también goza de buen cartel. A pesar de ostentar el cargo desde hace seis años, no entra en el grupo de ministros más desgastados.

Grande-Marlaska, todas las papeletas para salir

La figura del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, está marcada en rojo desde hace tiempo. Tiene todas las papeletas para no terminar la legislatura tras el desgaste sufrido en los últimos cinco años. Ha sido reprobado por el Congreso de los Diputados en varias ocasiones.

Su imagen quedó deteriorada, principalmente, tras su gestión de la tragedia en la valla de Melilla, que se cobró la vida de, al menos, 24 personas. Recibió críticas tanto de la oposición y los partidos de la derecha, como de los socios del Gobierno, que apoyaron su reprobación en la Cámara Baja. También fue ampliamente criticado por la dureza con que la policía reprendió las revueltas de Cádiz. Las autoridades llegaron a utilizar una tanqueta como forma de dispersar a los manifestantes movilizados durante la huelga del metal.

La oposición también ha sido dura por los acercamientos de presos de ETA al País Vasco. El pasado mes de marzo se puso fin a la política de dispersión de presos condenados por terrorismo.

Aunque tenía todas las papeletas para salir del Ejecutivo, Sánchez no ha encontrado un remplazo convincente. No obstante, ex ministros y figuras de peso en el PSOE, consultados ECD, dan por hecho que abandonará el Gobierno antes de 2026.

Óscar Puente, el regreso del perfil duro

El Gobierno se quedó sin ‘punch’ tras la crisis que ejecutó Sánchez en 2021. Siete nuevas caras para reimpulsar la imagen de Moncloa después de la pandemia, que desgastó a varios ministros. Pero esta remodelación no incorporó ningún perfil combativo y con un mensaje en consonancia con la militancia.

El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ocupaba dicha posición, además de ser Secretario de Organización del PSOE. Por eso, su inesperada salida en esa crisis dejó “huérfano” al presidente: “No hay nadie para defenderle”, afirmaban fuentes socialistas a ECD hace meses.

Sánchez tenía claro que el nuevo Ejecutivo debía recuperar perfiles más duros, que conectasen con las bases socialistas y defendieran mejor las normas impulsadas por el Gobierno. Una de las principales carencias detectadas en Moncloa tras el 23-J: “Va a ser una legislatura de menos leyes, pero hay que explicarlas mucho mejor que hasta ahora”, afirmaba un miembro del Gobierno a ECD antes de la exitosa investidura de Sánchez.

Fue un movimiento que ya adelantó este medio: recuperar perfiles más políticos. De ahí la vuelta de Puente. El hoy ministro de Transportes salió de la alcaldía de Valladolid tras los comicios del pasado 28 de mayo, donde PP y Vox sumaron para hacerse con el gobierno municipal a pesar de que el PSOE fue la fuerza más votada.

Réplica a Feijóo

Sánchez le incluyó en las listas al Congreso y, sobre todo, le dio un altavoz sin precedentes: la réplica a Feijóo en el debate de investidura del líder del PP. Su discurso generó mucha polémica, por el tono desafiante del entonces parlamentario raso, pero encantó tanto del PSOE y a las bases del partido. Puente representa la vuelta de esa cuota combativa que defienda las medidas del Gobierno con más fervor, en línea directa con la militancia.

Sin embargo, Puente ha causado polémicas por sus declaraciones: primero, por admitir que la Ley de Amnistía no se habría impulsado de no ser por la necesidad de sumar los siete votos de Junts. Una argumentación que contradice el preámbulo de la norma, que trata de justificarla en aras del fin del conflicto político y la pacificación en Cataluña. Al día siguiente, tuvo que matizar sus palabras comparando la aprobación del ‘olvido’ para los encausados por el 1 de octubre de 2017 con el casamiento de una pareja cuando la novia ha quedado embarazada, una salida también poco afortunada.

El segundo episodio polémico ha sido Twitter: el responsable de Transporte, que a menudo entra a responder a quienes le critican en la red social, ahora denominada X, ha bloqueado a figuras de la derecha como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y también a periodistas.

Pilar Alegría, demasiado institucional

La Portavoz y ministra de Educación salió de Ferraz rumbo a La Moncloa tras el 23-J. El tono sereno y serio de Alegría la ha catapultado a ser la voz del Gobierno, al igual que ha impedido su continuidad en Ferraz, como adelantó ECD.

El partido busca perfiles que movilicen más a la gente, con mensajes más contundentes, y Pilar Alegría no cuadraba en dicho marco. Precisamente, la portavocía más dura ha de ser la del partido: “Si el Gobierno acaba siendo más duro que el propio partido… Mal vamos”, afirman voces socialistas a este medio.

Estará al frente de Educación en un año en el que el informe PISA ha registrado los peores resultados de su historia —tanto para España como para el resto de países—. Y con una ley de educación que genera fuertes discrepancias con la oposición. Una de las primeras medidas anunciadas ha sido la prohibición del uso del teléfono móvil en educación primaria y secundaria. La iniciativa ha acumulado críticas de los socios del Gobierno: Podemos se opuso en cuanto lo anunció.

Sin embargo, Alegría no ha sido un personaje especialmente dañado. Fuentes socialistas explican que su gestión al frente de Educación entre 2021 y 2023 ha resultado discreta, y que la portavocía en Ferraz —aunque suele desgastar— no la ha consumido, motivo por el que han apostado por ella para asumir la voz del Gobierno.

Hereu, la principal novedad

Jordi Hereu, exalcalde de Barcelona, vuelve a la primera línea de la política al asumir Industria y Turismo. Se trata de uno de los perfiles mejor valorados entre la oposición. Tras su salida en 2011, ha ocupado distintos cargos de relevancia: Consultor en Barcelona-Catalunya Centre Logistic BCLBarcelona (2012-2022), y Presidente del Consejo de Administración de Hispasat (2020-2023), la empresa de satélites que aún preside. Es la única cuota catalana del PSC en el Gobierno, antes ocupada por Salvador Illa y por Miquel Iceta.

Combativo contra el nacionalismo, su gestión económica dejó las cuentas de Barcelona en positivo. En 2017, fue uno de los firmantes de la carta que pidió al entonces president de la Generalitat, Carles Puigdemont, que renunciara al referéndum ilegal.

Planas sigue, por ahora

El Ministerio de Agricultura sigue en manos de Luis Planas. En el Gobierno consideran que su valía y conocimiento en la materia es fundamental para continuar una labor que valoran como positiva al frente de la cartera. Aún falta por consolidar la ley de cadena alimentaria, y los problemas de inflación en los precios de los alimentos siguen siendo un reto para el titular de Agricultura.

Los productos primarios han disparado el precio un 11% más que hace un año, y siguen un alza inflacionaria que solo se mantiene en el sector. Sin embargo, tampoco está asegurado que siga toda la legislatura, puesto que también ocupa el cargo desde hace seis años.

Ángel Víctor Torres, a Política Territorial tras la caída de Vara

El expresidente canario asume un ministerio, Política Territorial, que estaba destinado al expresidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Sánchez tenía decidido dar esa cartera a uno de los presidentes autonómicos que perdió el mando el 28-M: Vara, Torres, Javier Lambán o Ximo Puig. Este último esperaba conseguir el ministerio y aguantó a la formación de Gobierno para dimitir como líder del PSPV y renunciar al acta en las cortes valencianas, pero la intención del presidente era dar el puesto a Vara. Sin embargo, sus problemas de salud impidieron al extremeño asumir el ministerio.

Finalmente, Torres fue el elegido. Una figura desconocida fuera del archipiélago, que goza de buena relación con los distintos dirigentes autonómicos con los que tendrá que gestionar la relación con el Gobierno.

Isabel Rodríguez, un paso atrás

Isabel Rodríguez, ex Portavoz y ex ministra de Política Territorial, ha pasado a dirigir Vivienda y Agenda Urbana, tras su desgaste al frente de la comunicación del Ejecutivo. Los dos últimos años de legislatura resultaron especialmente convulsos. La ministra fue sancionada por la Junta Electoral Central por haber utilizado la rueda de prensa para hacer campaña electoral y atacar a la oposición, un hecho que infringe la ley electoral y castigado con multa de casi 5.000 euros.

Ha pasado a la cartera de Vivienda en un momento en el que el mercado inmobiliario se ha encarecido especialmente, y donde los alquileres cuestan a los jóvenes el 50% de sus ingresos. Y una parte importante de las competencias están derivadas a las comunidades autónomas, por lo que la función de Rodríguez estará limitada.

Urtasun, el perfil más europeo de Sumar

Una de las principales caras de Sumar, Ernest Urtasun, diplomático de carrera, ha dejado el europarlamento, en el que ha sido diputado desde 2014 en el grupo de los verdes, y ha pasado al ministerio de Cultura. No ha estado vinculado a la cultura, y las cábalas apuntaban a un ministerio con algo más de entidad, relacionado con la labor que ha venido realizando. Algunas de sus primeras declaraciones han generado polémica y preocupación; por ejemplo al atacar a la tauromaquia y asegurar que no la considera parte de la cultura.

En Europa fue miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, Subcomisión de Asuntos Fiscales y Comisión de Asuntos Exteriores. También fue diplomático en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación entre 2010 y 2011 y asesor en el parlamento europeo.

Mónica García: dirigir Sanidad y derrotar a Ayuso

La líder de Más Madrid, médico de profesión aterriza en el ministerio de Sanidad. La formación que lidera la oposición en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid tiene ahora cuota propia en el Gobierno nacional. Será un altavoz que permitirá a Mónica García hacer frente a las políticas sanitarias de los gobiernos del PP, pero con la vista puesta en vencer a Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas de 2026.

Responde a una demanda que históricamente han solicitado los profesionales sanitarios: situar al frente del Ministerio a alguien que conozca el sistema.

Su nombramiento desdibuja por completo el proyecto de Íñigo Errejón, cuyo partido, Más País, se integrará al 100% en Sumar. Aunque se rumoreó que el fundador de Podemos se haría con un Ministerio, fuentes de la formación explican a ECD que el protagonismo que ha tenido en los últimos años ha sido mucho menor que el de Mónica García: esta ha combatido a una de las líderes más populares de España, él no ha podido siquiera hacer oposición al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

El Ministerio de Sanidad trabaja ya para elaborar una ley que prohíba la venta de medidas energéticas a menores de edad, como adelantó ECD.

Bustinduy, vuelve uno de los primeros de Podemos

Con Pablo Bustinduy vuelve uno de los principales líderes que tuvo Podemos tras su nacimiento, en 2014. Dejó la política en 2019, por desavenencias con la dirección ejercida por Pablo Iglesias ,y ahora Sumar lo ha rescatado para situarlo al frente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Una cartera que no ha tenido mucho recorrido los últimos años.

En los últimos años, ha sido investigador en Política social, Università Statale di Milano, y profesor invitado en Política económica y social en la Universidad Pompeu Fabra. Bustinduy representa la absorción por parte de Sumar de todos los descontentos con Podemos. Se suma a una lista en la que también está Urtasun, Errejón y Alberto Rodríguez.

Diana Morant, sin ruido y sin desgaste

Diana Morant se mantiene al frente de Ciencia tras dos años en el cargo Sustituyó al astronauta Pedro Duque, uno de los fichajes más sonados de Sánchez cuando llegó al Gobierno pero que salió en la remodelación del verano de 2021.

En Moncloa no han apreciado motivo alguno para hacer cambios en una cartera que no ha provocado especial ruido en los últimos años. Además, asume las competencias de Universidades, una cartera que Joan Subirats y que vuelve a estar integrada.

Ana Redondo, en Igualdad tras la caída de Irene Montero

La llegada de Ana Redondo al Ministerio de Igualdad ha sido uno de los principales objetivos de Sánchez: que el PSOE se haga con esa cartera era condición indispensable frente a Sumar.

La pasada legislatura, Unidas Podemos asumió esas competencias y, bajo la dirección de Irene Montero, la gestión representó un desgaste fue enorme. La ley del ‘solo sí es sí’, como la división en el feminismo por la ‘ley trans’, provocaron un clima  de desgaste constante, según consideran en la dirección del PSOE.

La ruptura con Montero se produjo con la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’. Un choque que también afectó a Sumar. Díaz vetó a Irene Montero en las listas para el 23-J, y exigió su exclusión como condición para que Podemos figurara en la nueva plataforma.

Está pendiente conocer la postura de Ana Redondo en las dos principales cuestiones que dividen al feminismo: la prostitución —Montero abogaba por su regulación, mientras el PSOE apuesta por abolirla— y la ‘ley trans’, rechazada de las llamadas ‘feministas clásicas’, que representan una parte importante del movimiento.

Sánchez ha situado al frente del Ministerio a una doctora en Derecho Constitucional, después de que el principal error de la ley aprobada la pasada legislatura fuera de índole jurídico. Cercana al ministro Óscar Puente, fue teniente de alcalde y concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid entre 2015 y 2023.

Elma Saiz, un perfil socialista que releva a Escrivá

La llegada de Elma Saiz forma parte de un movimiento mayor. La salida de Escrivá del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones tiene un ojo puesto en la cartera de Economía, para la que aún no hay sustituto, y Escrivá se coloca como principal sucesor de Calviño.

Saiz supone añadir una figura del partido. Otra más ,en un Ejecutivo que se ha llenado de militantes del PSOE, abandonando los perfiles más técnicos que marcaron el Gobierno desde 2018. La titular de Seguridad Social llega proveniente del Gobierno de Navarra, donde asumía las competencias de Economía, Hacienda y portavocía, del Ejecutivo regional dirigido por María Chivite. Una experiencia particularmente valiosa pues, gracias a los fueros navarros, las competencias asumidas por Saiz han sido semejantes a las que ostentará ahora a nivel nacional.

Escrivá, a la espera a Economía

Sánchez tiene a Escrivá como alternativa posible para el ministerio de Economía, pero el nombramiento no se producirá hasta enero. El presidente valora positivamente la labor realizada al frente de Seguridad Social.

Su salida no está relacionada con cuestiones de gestión, porque la idea de Sánchez ha sido colocar en el Gobierno figuras del PSOE para relanzar el partido con nuevos liderazgos. Una estrategia que no salió del todo bien en 2021, pero que aún continúa en marcha, a la espera de recuperar el poder territorial perdido en los comicios autonómicos. Si Sánchez consigue otro nombre para Economía, la figura de Escrivá quedará reducida a un ministerio nuevo, y con mucha menor entidad que el dirigido desde 2018.

Sira Rego, ministra a petición de Sumar

El nombramiento Sira Rego es una de las condiciones de Sumar: crear un Ministerio de Infancia homologable al que existe en varios países de la Unión Europea. Sin embargo, las competencias de este ministerio quedan reducidas, pues en gran parte se encuentran descentralizadas en las comunidades autónomas. Esta legislatura supondrá un examen para considerar si este ministerio tiene sentido, dada la descentralización que sufre.

Llamó la atención el escaso currículum de la ministra. Rego es diplomada en Nutrición humana y dietética, pero no tiene más formación académica. Fue teniente de alcalde y concejal de vivienda, sostenibilidad y transporte en el ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid entre 2007 y 2019 bajo los mandatos de Izquierda Unida. Después dio el salto al Parlamento Europeo, donde ha sido miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, Comisión de Peticiones, Delegación para las Relaciones con los Países de la América Central y Delegación en la Asamblea Parlamentaria de Asociación UE-Reino Unido.

Hija de padre palestino, provocaron mucho ruido diciendo que la población de Gaza tenía derecho a defenderse de los ataques israelíes.

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