Los ganaderos advierten sobre los incendios forestales: el pastoreo cae un 50% en 10 años
El abandono de las explotaciones ganaderas está provocando que los animales no reduzcan la maleza que funciona como acelerador de fuegos
Felipe Molina, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos y Ganaderas en Extensivo, alerta de la desaparición de una actividad que desempeña un papel esencial en la prevención de incendios forestales: el pastoreo. Con una carga ganadera equilibrada y adaptada al tipo de zona —bosque, montaña o pastizal—, los animales pueden reducir hasta en un 40% la masa vegetal inflamable. Esto no garantiza que no se produzca un incendio, pero sí limita su alcance, haciéndolo más fácil de controlar.
- Un desplome alarmante en la última década
- Consecuencias para los pueblos y el paisaje
- Pastores imprescindibles en el monte
- Una advertencia para el futuro
Un desplome alarmante en la última década
En los últimos diez años, el pastoreo extensivo en los montes españoles se ha reducido de media un 50%. En algunas comarcas, la caída es todavía más drástica, alcanzando el 80 o incluso el 90%. Esta reducción se explica por varios factores: la baja rentabilidad de la actividad debido a altos costes de mano de obra y bajos precios de venta, la ausencia de relevo generacional y la escasa valoración social y económica tanto de los productos como de los servicios ecosistémicos que ofrece esta ganadería.
Consecuencias para los pueblos y el paisaje
La disminución del pastoreo no solo afecta a la prevención de incendios, sino también a la vida rural. La falta de actividad ha provocado el abandono de numerosos pueblos históricamente dedicados a esta práctica. Sin el pastoreo, los montes quedan sin control natural de la vegetación, acumulando material altamente inflamable y aumentando así su vulnerabilidad frente a las llamas.
Pastores imprescindibles en el monte
Además de reducir la masa vegetal combustible, el paso constante de los rebaños contribuye a mantener limpias las líneas de cortafuegos y a crear veredas que facilitan el acceso de los equipos antiincendios. Este efecto doble —control de la vegetación y mejora de la logística de extinción— convierte a los ganaderos en actores clave en la gestión forestal.
Una advertencia para el futuro
Molina subraya que, de mantenerse la tendencia de abandono del pastoreo, los incendios forestales serán cada vez más potentes y duraderos, alcanzando la categoría de incendios de sexta generación. Este tipo de fuegos, caracterizados por su gran intensidad y capacidad de autogenerar condiciones extremas, representan una amenaza grave para ecosistemas, poblaciones y economías rurales.