El submarino A26 oculta un sistema IA capaz de dominar el Báltico

El nuevo submarino A26, diseñado por Saab, puede lanzar drones, esconderse en el fondo marino y operar durante semanas sin emerger. Un salto técnico que marca el inicio de la quinta generación submarina y refuerza la disuasión de la OTAN en el Báltico.

Más allá de su sigilo, el A26 integra inteligencia artificial y módulos de guerra de información capaces de interceptar señales enemigas y proteger infraestructuras críticas bajo el mar.

El A26, el primer submarino de quinta generación del mundo. Imagen saab.com
El A26, el primer submarino de quinta generación del mundo. Imagen saab.com

Según la información oficial publicada por Saab, el A26 “Blekinge” es el primer submarino de quinta generación del mundo, diseñado para cumplir con los estándares de interoperabilidad de la OTAN y operar en entornos de alta amenaza como el mar Báltico.

Desarrollado para la Marina de Suecia, este sistema combina sigilo extremo, guerra electrónica y operaciones con drones, introduciendo un nuevo paradigma en el control del dominio subacuático europeo.

¿Qué hace diferente al A26 frente a otros submarinos?

La clave: el sigilo multiespectral

El A26 utiliza una arquitectura de “firmas equilibradas” que reduce su huella acústica, magnética y térmica. Su casco está cubierto por un recubrimiento absorbente y cuenta con un sistema de desmagnetización activa, lo que lo hace prácticamente invisible a los sensores antisubmarinos modernos.

Parámetro Valor
Propulsión Sistema Stirling AIP (independiente del aire) – autonomía sumergida superior a 18 días
Desplazamiento ≈ 1.900 toneladas en inmersión
Dotación 26 tripulantes (nombre simbólico “A26”)
Autonomía Más de 45 días sin apoyo logístico

Según fuentes del Pentágono (Informe CRS, 2024), la propulsión AIP de tipo Stirling ofrece una ventaja táctica frente a los sistemas diésel-eléctricos tradicionales al reducir drásticamente las emisiones térmicas y sonoras. Saab ha refinado esta tecnología para operaciones prolongadas en aguas frías, donde los sensores antisubmarinos son menos eficaces.

Super Stealthy Saab Submarines. Imagen saab.com
Super Stealthy Saab Submarines. Imagen saab.com

Operaciones con drones y guerra del lecho marino

  • El A26 puede desplegar vehículos submarinos no tripulados (UUV) y comandos de operaciones especiales desde una bahía modular.
  • Permite manipular infraestructuras submarinas críticas, como cables de datos o sensores de vigilancia, un ámbito clave en la nueva “guerra del fondo marino”.

El diseño de la bahía de misión modular —conocida como Multi Mission Portal— permite adaptar el A26 para misiones ISR, sabotaje, vigilancia o ataque de precisión, lo que lo convierte en un multiplicador de fuerza dentro de la arquitectura MDO (Multi-Domain Operations) de la OTAN.

IA y guerra de información: el dominio invisible

El submarino como nodo de inteligencia

El sistema de guerra electrónica del A26 puede interceptar, clasificar y mapear señales enemigas de forma pasiva, alimentando las redes de inteligencia aliadas. Saab confirma que la IA a bordo procesa datos acústicos y electromagnéticos en tiempo real para identificar amenazas y reducir los ciclos de decisión.

El RAND Corporation señalaba en 2023 que la integración de IA en plataformas submarinas “reduce la latencia estratégica en el mando naval” y permite actuar en segundos donde antes se requerían minutos.

Armas y proyección de fuerza

  • Equipado con torpedos pesados y capacidad futura para misiles de crucero de lanzamiento submarino.
  • Permite ejecutar ataques de precisión contra objetivos navales o costeros sin ser detectado.
  • Puede operar integrado en redes de mando OTAN mediante enlaces cifrados de datos.

El impacto estratégico en el Báltico

Analistas del Swedish Defence Research Agency (FOI) estiman que el A26 servirá como disuasión asimétrica frente a la expansión naval rusa en el mar Báltico. Su combinación de invisibilidad, autonomía y capacidad de guerra de información lo convierte en el equivalente submarino de un caza F-35 en el dominio aéreo.

La OTAN valora integrar elementos del A26 en futuros programas aliados de submarinos ligeros, mientras Suecia —ya miembro de pleno derecho— se posiciona como proveedor clave de tecnologías para guerra subacuática de quinta generación.

Con su debut previsto antes de 2028, el A26 redefine la guerra bajo el mar: no solo se esconde, sino que escucha, analiza y actúa antes de ser visto. El resultado es un nuevo equilibrio en las profundidades del Báltico y un aviso claro para cualquier potencia que dependa del silencio del océano.