USS Gerald Ford irrumpe en el Caribe y Moscú lanza una advertencia fría

La irrupción del USS Gerald Ford en el Caribe activó los sensores de Moscú, que pidió a Washington evitar cualquier maniobra que altere la estabilidad en torno a Venezuela. La secuencia de imágenes difundidas por el Pentágono, con el portaviones nuclear escoltado por destructores Arleigh Burke, funciona como un mensaje estratégico más allá del narcotráfico.

La Casa Blanca lo enmarca en la Operación Lanza del Sur, pero el Kremlin observa el movimiento como un pulso silencioso por la influencia en el hemisferio occidental. El dato oculto: el CSG-12 llega con capacidad ofensiva suficiente para operar 75 aeronaves durante ciclos sostenidos.

Bow view of USS Gerald R. Ford (CVN-78) underway on 8 April 2017 - Wikipedia
Bow view of USS Gerald R. Ford (CVN-78) underway on 8 April 2017 - Wikipedia

Las primeras fotografías oficiales del Pentágono, publicadas en el canal institucional del Departamento de Defensa, confirman la entrada del USS Gerald R. Ford (CVN-78) en el área de responsabilidad del Comando Sur. El núcleo del grupo de ataque CSG-12 incluye los destructores USS Mahan (DDG-72), USS Winston S. Churchill (DDG-81) y USS Bainbridge (DDG-96), además de los F/A-18E/F Super Hornet asignados al Ala Aérea 8.

La maniobra coincide con el lanzamiento público de la Operación Lanza del Sur, diseñada por Washington para reforzar la interdicción marítima contra redes de narcotráfico que usan corredores en el Caribe. Pero el desplazamiento del buque capital más moderno de la US Navy introduce un vector estratégico nuevo, observado con atención por Rusia y por el Gobierno de Nicolás Maduro.

¿Por qué el USS Gerald Ford entra en un teatro de baja intensidad?

El mensaje disuasorio detrás del CSG-12

Parámetro Valor
Aeronaves embarcadas Hasta 75, con ciclos de despegue cada 60–70 segundos
Destructores escolta Tres Arleigh Burke con AEGIS Baseline 9
Capacidad logística Soporte sostenido de operaciones de 24/7 durante 45 días

El despliegue introduce un elemento poco habitual en operaciones contra el narcotráfico. Analistas del Congressional Research Service recordaban en 2024 que el Ford fue diseñado para “sobrecarga operacional en escenarios de choque entre potencias”, no para misiones policiales marítimas. En el Pentágono asumen que la presencia del CVN-78 actúa como señal disuasoria hacia terceros Estados con creciente actividad en el Caribe.

La reacción rusa: cautela medida

  • El portavoz Dmitri Peskov pidió que “todas las acciones respeten el derecho internacional”, una frase que Moscú emplea cuando quiere marcar límites sin elevar el tono.

Fuentes del Ministerio de Defensa ruso citadas por medios estatales recuerdan que el Acuerdo de Cooperación Estratégica con Venezuela “no incluye compromisos automáticos de defensa”. En 2023, un informe del Instituto RAND ya advertía que Rusia tiende a “calibrar su exposición militar en Latinoamérica para evitar fricciones directas con la US Navy”. El comentario de Peskov, frío y sin advertencias, encaja en ese patrón.

¿Qué impacto tiene en la correlación de fuerzas del Caribe?

Caracas interpreta la llegada del Gerald Ford como un recordatorio de la asimetría militar. A pesar de la retórica de apoyo de Moscú, el canciller Serguéi Lavrov insistió esta semana en que “no existe solicitud de asistencia militar por parte de Venezuela”. Para analistas del SOUTHCOM, esa frase zanja —por ahora— cualquier especulación sobre presencia rusa directa.

La operación Lanza del Sur, reforzada con el CSG-12, encaja en la doctrina anunciada por el secretario de Guerra Pete Hegseth, quien remarcó que “el hemisferio occidental es la vecindad de Estados Unidos, y la protegeremos”. El movimiento sugiere una voluntad de frenar la influencia creciente de Rusia y China en el arco caribeño mediante poder naval duro.

De fondo queda un equilibrio complejo: un portaviones nuclear estadounidense patrullando un teatro donde la tensión se alimenta de señales, no de disparos. Para Moscú, Venezuela sigue siendo una pieza de apoyo político; para Washington, el Caribe es la frontera marítima de su seguridad nacional. El Gerald Ford, en medio, opera como recordatorio flotante de esa asimetría.