Se acabaron las marchas falangistas al Valle de los Caídos por el 20-N
Sólo se manifestarán en Madrid contra la Ley de Memoria Democrática, después de que el Gobierno sacara del mausoleo los restos de José Antonio Primo de Rivera
Cada mes de noviembre, decenas o cientos de falangistas se concentran en la calle de Génova, en Madrid, para recordar el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange Española, el 20 de noviembre de 1936 a manos de republicanos en la cárcel de Alicante.
Estos seguidores de las ideas de Primo de Rivera celebran un acto cerca del lugar de nacimiento del fundador, y luego inician una marcha por las calles de Madrid (ya de noche) hasta Moncloa.
Allí comenzaba una marcha a pie de falangistas vestidos con la camisa azul mahón de este movimiento, que portaban una corona de laurel. Llegaban hasta el Valle de los Caídos, donde Francisco Franco ordenó que fueran sepultados los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera en 1959.
Como la Ley de Memoria Histórica de 2007 prohibió los actos de exaltación relacionados con el franquismo en el Valle de los Caídos, se limitaban a llegar hasta la entrada del recinto del mausoleo, situado en San Lorenzo de El Escorial.
Estas escenas no se repetirán este mes de noviembre. Habrá un acto falangista en la calle de Génova, y una manifestación por Madrid, pero no una marcha a pie, de varias horas y de noche, hasta el Valle de los Caídos.
20-N sin Primo de Rivera en el Valle
El Gobierno de Pedro Sánchez decidió exhumar los restos mortales del fundador de Falange. La Ley de Memoria Democrática, aprobada en octubre de 2022, prohíbe que ninguna víctima de la Guerra Civil ocupe un lugar preeminente en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, y los restos de Primo de Rivera estaban sepultados bajo una lápida delante del altar mayor: detrás del mismo altar había estado enterrado Franco.
La familia Primo de Rivera aceptó la exhumación, y en abril de este año se llevó a cabo el traslado de los restos mortales, que fueron reinhumados en una tumba donde ya reposaban los restos de otros miembros de la familia, en el Cementerio Sacramental de San Isidro, en la ciudad de Madrid.
Este cambio de ubicación suscitó la duda de si los falangistas cambiarían su homenaje anual a José Antonio Primo de Rivera. Se plantearon dos opciones. Una era seguir acudiendo al Valle de los Caídos, caminando unos 50 kilómetros, para así conmemorar el traslado que los falangistas hicieron en 1939, recién acabada la guerra, del féretro de su fundador desde Alicante hasta el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
La segunda opción era dejar de acudir al Valle de los Caídos, ya que los restos de Primo de Rivera ya no descansan allí.
Finalmente, los partidos Falange Española de las JONS y La Falange han optado por esta segunda opción.
La última marcha fue en 2022
Ante las sanciones económicas que ya están recibiendo por actos públicos que han celebrado con la Ley de Memoria Democrática, han empezado a convocar a sus simpatizantes no a un homenaje a José Antonio Primo de Rivera.
Oficialmente están difundiendo una convocatoria de “manifestación contra la Ley de Memoria Democrática”. Se celebrará a las 21:00 del sábado 18 de noviembre, como es habitual, ya que siempre eligen la noche de un viernes o sábado cercano al 20 de noviembre.
Se concentrarán en la calle de Génova, como todos los años, y marcharán hasta Moncloa, pero ahí terminará la movilización. No habrá marcha a pie, con relevos, de falangistas uniformados que porten una corona de laurel.
Aún en 2022, con la nueva Ley de Memoria Democrática en vigor, se celebró (con el visto bueno de la Delegación del Gobierno en Madrid) la marcha a pie hasta el Valle de los Caídos, porque aún estaban allí enterrados los restos del fundador de Falange.
Fue, por tanto, la última marcha a pie de homenaje a José Antonio Primo de Rivera. Decenas de falangistas caminaban junto a la carretera y por caminos, de noche, haciendo relevos para llevar la corona de laurel, y continuaban durante el día hasta llegar a la entrada del Valle de los Caídos.
Flores en la nueva tumba
Ya desde que se confirmó el traslado, los partidos falangistas y otras organizaciones afines convocaron a sus militantes y simpatizantes a hacer acto de presencia ante el Cementerio Sacramental de San Isidro.
El día del traslado de los restos, la concentración se desbordó en algunos momentos, los falangistas rompieron la línea policial, hubo cargas y algunas detenciones.
Como la Policía Nacional impidió el acceso al cementerio durante la inhumación en la tumba en San Isidro, los falangistas se reunieron días después para acceder al camposanto.
Escoltados por agentes antidisturbios, se dirigieron a la tumba en silencio. Depositaron decenas de rosas rojas, escucharon un responso, rezaron varias oraciones y se marcharon, sin siquiera cantar el ‘Cara al sol’. Así lo habían acordado con la dirección del cementerio, para poder celebrar este homenaje.
Han pasado los meses, y desde entonces seguidores de José Antonio Primo de Rivera siguen acudiendo con frecuencia a la tumba, para dejar ramos, centros y coronas de flores, casi siempre rosas rojas (por un verso del ‘Cara al sol’), con cintas con la bandera rojigualda de España y la rojinegra de Falange.
