NASA confirma el adiós a la ISS en 2030: el relevo lo toma el sector privado
En 2030, la Estación Espacial Internacional será desorbitada, cerrando un ciclo de 25 años de presencia humana continua en órbita.
La NASA ya ha iniciado el relevo con estaciones espaciales privadas, pero ¿qué ocurre si no están listas a tiempo y China toma el liderazgo orbital?
La NASA ha confirmado que la Estación Espacial Internacional (ISS) será retirada en el año 2030, mediante una maniobra controlada de reentrada que terminará en un área remota del Pacífico.
Esta decisión marca el fin de una era iniciada en 2000, cuando comenzó la ocupación continua de este laboratorio orbital conjunto entre Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá. Su cierre abre paso al siguiente capítulo: el de las estaciones espaciales comerciales.
Del módulo Zarya al declive: la ISS se apaga
- Inicio de operaciones: 2000
- Altura media orbital: 402 km
- Tripulación: hasta 10 personas
- Experimentos científicos realizados: +4.000
- Publicaciones científicas: +4.400
Desde su ensamblaje inicial en 1998 con el módulo ruso Zarya, la ISS ha sido escenario de avances científicos clave. Ha contribuido al desarrollo de medicamentos oncológicos, ingeniería de tejidos o investigación sobre rayos cósmicos. Su entorno de microgravedad ha sido instrumental para estudios imposibles en la Tierra.
Pero mantener operativo este complejo orbital, que gira a unos 28.000 km/h, implica un coste anual que ronda los **3.000 millones de dólares**. Según fuentes de la NASA, el coste no es sostenible frente a las nuevas opciones comerciales más flexibles y escalables.
Un laboratorio orbital que salvó vidas
Las investigaciones en la ISS ayudaron a cristalizar proteínas para fármacos contra el cáncer, desarrollar retinas artificiales en condiciones de microgravedad y analizar procesos de combustión en vacío. También se logró secuenciar ADN en órbita, un hito que abre la puerta al diagnóstico in situ en futuras misiones interplanetarias.
El relevo comercial: el plan de transición de la NASA
Para no perder su presencia en la órbita baja terrestre, la NASA adjudicó en 2021 contratos por valor de más de 400 millones de dólares a empresas como Blue Origin, Northrop Grumman y Nanoracks para el desarrollo de estaciones privadas.
Estos módulos deberán albergar al menos cuatro astronautas durante 30 días, cumpliendo exigencias técnicas comparables a las actuales. El objetivo es que estén listos antes del retiro de la ISS en 2030. Pero el margen es ajustado.
SpaceX y Boeing: experiencia previa
- SpaceX Dragon: vehículo operativo de carga y tripulación con más de 30 misiones exitosas a la ISS.
- Boeing Starliner: tras retrasos técnicos, logró su primera misión tripulada en 2024.
Ambas compañías serán clave no solo en transporte, sino en logística, ensamblaje y soporte vital para futuras estaciones comerciales.
China y Tiangong: una presencia silenciosa pero constante
Mientras Occidente se reorganiza, China continúa ampliando capacidades en su estación Tiangong. En operación desde 2021, ha mantenido tripulación de forma casi continua y podría convertirse en la única estación tripulada en funcionamiento si el relevo occidental se retrasa.
Tiangong orbita a 402 km, en configuración T y capacidad para tres astronautas. Según fuentes del programa espacial chino, están previstas misiones científicas, biológicas y tecnológicas durante la próxima década.
¿Se perderá la continuidad humana en órbita?
Uno de los retos más delicados es evitar una ruptura en la presencia humana ininterrumpida en el espacio, iniciada por la ISS hace más de dos décadas. Si no se logra sincronizar el fin de la ISS con la entrada en servicio de las nuevas estaciones, China podría convertirse en la única nación con presencia orbital permanente.
¿Y si miramos al cielo mientras tanto?
Hasta 2030, la ISS seguirá cruzando el firmamento como un punto brillante en la noche. Silenciosa, elegante, a veces visible a simple vista desde Europa, representa uno de los mayores logros cooperativos de la humanidad.
Como recuerda un exingeniero de la NASA, “verla pasar es comprender que la imaginación humana es capaz de crear faros en el espacio”. La siguiente generación de estaciones espaciales, esta vez comerciales, deberá estar a la altura del legado que deja la ISS.
