La Policía adquiere un sistema para cazar micrófonos espía en cumbres de la Unión Europea y de la OTAN
Va a incorporar una cámara de detección térmica para que la Comisaría General de Información localice dispositivos electrónicos
- Robos de información
- Entornos de interés para la seguridad nacional
- Reuniones de alto nivel
- Alta sensibilidad
- Del Estado Mayor de la Defensa a empresas privadas
- Cumbre de la OTAN en Madrid
- La actividad de los espías en España
- Cumbres europeas por la presidencia española
La Dirección General de la Policía se ha propuesto evitar cualquier filtración de información sensible en cumbres internacionales, incluidas reuniones en el ámbito de la Unión Europea y de la OTAN. Con ese objetivo, va a adquirir un equipo que considera imprescindible para poder detectar micrófonos ocultos y balizas de geolocalización, que alguien -se entiende que algún servicio de inteligencia hostil- haya podido colocar en las instalaciones donde se celebren esas cumbres.
Así lo ha podido comprobar Confidencial Digital. La División Económica y Técnica de la Dirección General de la Policía ha reservado un presupuesto de 48.035,79 euros para adquirir una cámara de detección y lectura térmica, que irá destinada a la Comisaria General de Información.
Esta unidad tiene entre sus misiones la “captación, recepción tratamiento y desarrollo de la información de interés para el orden y la seguridad pública”, y la “utilización operativa de la información, específicamente en materia antiterrorista en el ámbito nacional e internacional”.
Se dedica a vigilar grupos terroristas y organizaciones extremistas, y a monitorizar otras amenazas graves para la seguridad nacional.
Robos de información
En los documentos de la licitación, firmados por un comisario principal, los servicios de información adscritos a la Comisaría General de Información “dispone de diversas herramientas para la búsqueda y detección de posibles dispositivos electrónicos instalados de forma subrepticia susceptibles de provocar la obtención no autorizada de la información y su posterior fuga contra la voluntad de sus titulares”.
Se trata de “funciones propias de inteligencia”, que incluyen “la evitación de la obtención por medios no autorizados de aquellos elementos de información de carácter reservado anticipándose a la posible intromisión mediante técnicas preventivas de requisa técnica”.
Explica la Comisaría General de Información que “el método más habitual de robo de información consiste en la instalación de dispositivos electrónicos tanto de audio como de geolocalización, los cuales emanan merced a su funcionamiento una cantidad de calor que a simple vista es imposible de detectar”.
Por eso, considera “necesario el contar con cámaras de alta calidad y sensibilidad en la detección de temperatura que faciliten la tarea de detección de dispositivos electrónicos ocultos”.
Entornos de interés para la seguridad nacional
“La Comisaría General de Información se ha venido encargando de forma habitual de las vigilancias y seguimientos con medios técnicos en el ámbito de la información”, se indica en estos documentos.
La búsqueda de micrófonos y de otros dispositivos de espionaje “se realiza en diferentes entornos y circunstancias” y está orientada “también a la prevención de posible infiltración de dispositivos y agentes extraños a los autorizados en entornos de interés para el orden público y la seguridad nacional”.
Recuerda la Policía Nacional que “el trabajo desarrollado en la Comisaría General de Información incluye las labores de prevención de la comisión de actos terroristas, así como la obtención de la información que constituirá tras su análisis la parte de inteligencia”.
Efectivamente, los policías de Información se dedican principalmente a perseguir el terrorismo -antes de ETA, ahora de inspiración yihadista-, pero también a otras misiones más generales, como otros servicios de información e inteligencia.
Reuniones de alto nivel
En la lucha contra el terrorismo y otros delitos graves, son fundamentales los contactos internacionales.
La Policía cita “la reunión y el trabajo de responsables, autoridades y grupos de trabajo al más alto nivel en el ámbito nacional y supranacional en organismos como la OTAN, la Unión Europea y en las cumbres multilaterales internacionales”.
En ese tipo de cumbres y en otras reuniones de alto nivel, nacionales e internacionales, la Dirección General de Policía no quiere ni la más mínima fuga de información sensible.
Actualmente, la Comisaría General de Información ya dispone “de un conjunto de herramientas y material electrónico que permiten la búsqueda y detección de dispositivos electrónicos instalados de forma subrepticia o contra las personas en entornos en los que se maneja información de carácter sensible o reservado”.
Pero en la búsqueda de dispositivos espía, la tecnología ha evolucionado y la Policía Nacional no quiere quedarse atrás en lo que se refiere a nuevos procedimientos de detección.
Por ello, ha considerado necesario adquirir una cámara de detección térmica con ciertas características específicas. “El contar con esta nueva cámara de detección térmica permitirá dar un servicio de calidad desde la Comisaría General de Información y que, de lo contrario, podría provocar un perjuicio y daño a la seguridad del Estado y sus instituciones de todas formas inasumible”, indica la Dirección General de la Policía para justificar esta compra.
Añade que la Comisaría General de Información “no dispone en la actualidad de ninguna cámara de detección térmica con las características específicas que en esta memoria se contienen, lo que hace totalmente necesario la adquisición de una de ellas”.
Alta sensibilidad
En los documentos consultados por ECD se detallan las características técnicas de la cámara de detección y lectura térmica que busca la Policía Nacional para hacer barridos frente a micrófonos y balizas de geolocalización.
El principal requisito es “que la cámara térmica tenga una alta sensibilidad en la detección del rango de temperaturas y que permita su maniobrabilidad en cualquier lugar de trabajo”. Debe contar con un sensor de infrarrojos de 1024 x 768, con sensibilidad térmica (NETD) de <0,02ºC a +30ºC, distancia focal mínima 0,2 metros a 0,8 metros en función de las lentes, frecuencia de imagen de 30Hz y rango espectral de 7.5-14 μm.
La imagen que detecte la cámara se presentará en una pantalla de 4,3 pulgadas de 800 x 480 píxeles, que deberá permitir cuadruplicar el número de píxeles de resolución de la imagen hasta 3,1 MP por procesos internos de la cámara. Pesará un máximo de dos kilos.
Del Estado Mayor de la Defensa a empresas privadas
El uso de equipos de contramedidas o contravigilancia técnica es habitual en determinados organismos que manejan información sensible, que puede ser objeto de espionaje.
Por ejemplo, el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) adquirió hace unos años una amplia variedad de aparatos que sirven para tratar de detectar micrófonos y cámaras ocultas, pinchazos en las líneas telefónicas y otros dispositivos utilizados para obtener información. El objetivo era buscar micrófonos espía en despachos y dependencias del Estado Mayor de la Defensa.
Los equipos de contravigilancia técnica se basan en distintas capacidades para localizar esos dispositivos escondidos para espiar. Unos reaccionan ante la presencia cercana de semiconductores (que llevan por ejemplo los teléfonos móviles), otros analizan el espectro de radiofrecuencia y detectan señales, los hay que emiten luz infrarroja para encontrar cámaras ocultas...
En este caso, la Comisaría General de Información busca una cámara de detección térmica, que avisa de la existencia de dispositivos ocultos por el calor que desprenden.
El uso de grabadoras, micrófonos, cámaras y balizas de geolocalización se da en organismos oficiales, por parte de servicios de inteligencia, y también en el ámbito empresarial, por rivalidades y espionaje entre empresas y dentro de una misma compañía.
Algunas grandes empresas realizan barridos para evitar pinchazos y fugas de información.
Cumbre de la OTAN en Madrid
En el caso de la Policía Nacional, la Comisaría General de Información se encarga de blindar ciertas reuniones y cumbres internacionales.
La Cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid en junio de 2022 estuvo rodeada de un despliegue de seguridad potentísimo, en el que la Policía Nacional tuvo un papel protagonista.
La reunión de jefes de Estado y de Gobierno tuvo lugar en plena ‘guerra fría’ entre la OTAN y Rusia por la invasión rusa de Ucrania. Eso disparó el miedo al espionaje sobre las delegaciones de los países miembros y los invitados a la cumbre.
El Gobierno de España trató de blindar las comunicaciones telefónicas, especialmente después de conocerse que los móviles de Pedro Sánchez y de los ministros de Defensa e Interior fueron espiados con el programa Pegasus. Estados Unidos llegó a montar su propio sistema.
La actividad de los espías en España
Hay que tener en cuenta que la actividad de los servicios de inteligencia extranjeros en España lleva años escalando. Según el CNI, ha ido escalando desde 2017, registrando niveles récord en 2020 y en 2021.
En 2022, coincidiendo con la expulsión de más de una veintena de personas con acreditación diplomática de la Embajada de Rusia en Madrid, esa actividad de espías extranjeros en nuestro país descendió notablemente.
Cumbres europeas por la presidencia española
Precisamente en estos meses, desde julio a diciembre, España acoge varias cumbres internacionales.
Con motivo de la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, se han celebrado y se van a celebrar en distintas ciudades españoles reuniones de ministros de la UE, encuentros sectoriales, conferencias...
La más relevante será la reunión de presidentes y primeros ministros en Granada, en octubre.
Se han organizado otras también sensibles, como reuniones de ministros de Interior y de Defensa.
Hay también previstos actos relacionados con la lucha contra el terrorismo, a la que se dedica de forma preferente la Comisaría General de Información: un seminario sobre la lucha contra la financiación del terrorismo, en Madrid, en septiembre; un congreso sobre radicalización terrorismo, en Benalmádena (Málaga), también en septiembre; una reunión de especialistas sobre el impacto del terrorismo y las ciberamenazas en la Seguridad Nacional, en la Escuela Nacional de Policía de Ávila, en octubre; y en noviembre, en la sede del GAR de la Guardia Civil en Logroño, una reunión de la High Risk Security Network (EU-HRSN), plataforma para mejorar la protección de los espacios públicos contra ataques terroristas y para asesorar a las autoridades europeas.
