Chequeo a los ministros: no aprueba ni uno

El martes, el presidente, Pedro Sánchez, ofreció en La Moncloa el habitual resumen político del año, teóricamente para presentar un balance de la actividad del Gobierno en los últimos doce meses, pero en realidad lo que hizo fue enumerar las nuevas medidas económicas para afrontar la crisis.

Una de las críticas a esa comparecencia ha sido que eludió cualquier referencia a los problemas que ha afrontado el Ejecutivo que preside, que han sido muy numerosos a lo largo del año 2022, y también la ausencia de cualquier sentido crítico sobre su propia gestión como presidente.

Un Gobierno en debilidad

A punto de finalizar 2022, y a las puertas de un intenso periodo electoral, que se iniciará en mayo, con las municipales y autonómicas, el Gobierno de Pedro Sánchez atraviesa un momento de debilidad, a pesar de haber sacado adelante los presupuestos del Estado con una votación muy holgada. 

Los problema de fondo del actual Gobierno han tenido que ver sobre todo con las divisiones y enfrentamientos, cada vez más intensos, entre la parte socialista y los ministros procedentes de Podemos, que se han concretado, por ejemplo, en las dificultades para aprobar la ley trans, la de maltrato animal o la reforma de la ley mordaza, y en otras como la ley de vivienda, que sigue sin salir adelante.

En repetidas ocasiones, las diferencias han saltado a la luz pública, en forma de críticas de los ministros de Podemos, como ahora acaba de ocurrir con algunas de las medidas anunciadas el martes por Pedro Sánchez. 

Ineficacia y mediocridad

Pero la mala situación del Gobierno tiene también que ver con la mediocridad y la ineficacia en la gestión por parte de buen número de sus integrantes, según analistas políticos consultados por Confidencial Digital. 

En julio del año pasado, el presidente procedió a una profunda remodelación, de forma que hoy solamente quedan siete de los veintidós ministros que formaron su primer Gabinete: Nadia Calviño, Teresa Ribera, Margarita Robles, María Jesús Montero, Fernando Grande-Marlaska, Reyes Maroto y Luis Planas. 

Suspenden todos

Año y medio después de su constitución, el actual Gobierno Sánchez presenta vías de agua, y tiene a no pocos de sus miembros en situación de gran debilidad. Según el último barómetro del CIS, los veintidós miembros del Ejecutivo suspenden: todos obtienen menos de un 5, y el Gobierno en conjunto recibe la peor valoración global del último año: apenas alcanza un 4 sobre 10. El propio Pedro Sánchez se sitúa en el 4,42.

A lo largo del año que ahora termina, tan solo Yolanda Díaz, Margarita Robles, Nadia Calviño y, puntualmente, Carolina Darias, lograron el aprobado en alguna ocasión, pero ahora todos sin excepción suspenden.

Confidencial Digital ha realizado un chequeo a los ministros, uno por uno. 

Nadia Calviño, número dos

La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, llegó al Gobierno con fama de tener un perfil ‘técnico’, si bien poco a poco se ha ido implicando y mostrando una vinculación cada vez más ‘política’ con el socialismo, como ha demostrado con su participación directa en las campañas electorales y en actos del PSOE. 

Con el paso del tiempo, se ha ganado la confianza de Pedro Sánchez, que en algunos momentos se ha servido de ella para frenar la proyección de Yolanda Díaz, hasta el punto de convertirse incluso en una de las posibles alternativas para asumir un día la candidatura a la presidencia del Gobierno. 

Comenzó como vicepresidenta tercera, pero la renuncia de Pablo Iglesias la llevó a la vicepresidencia segunda, llegando finalmente a vicepresidenta primera y número dos del Gobierno por la salida de Carmen Calvo. Se ha consolidado como uno de los puntales de Pedro Sánchez. 

La invasión de Rusia en Ucrania ha dado un protagonismo destacado al Ministerio de Economía, que ha aprobado varios paquetes de medidas urgentes: rebaja al 5% el IVA de la luz, prórroga de la limitación de la subida del alquiler, bonificación del carburante (20 céntimos por litro), incentivos para el transporte público, ayuda de 200 euros para las rentas bajas, y subida del 15% a las pensiones no contributivas. 

En un contexto marcado para la inflación, 6,8% en noviembre, Economía acordó con las patronales bancarias una congelación de la cuota de las hipotecas de las familias vulnerables, un pacto que los socios de Gobierno, con Yolanda Díaz a la cabeza, calificaron de insuficiente y demandaron una mayor bajada de las cuotas. 

En la encuesta del CIS, Nadia Calviño es la segunda más valorada, con 4,85 puntos sobre 10, y aparece en quinta posición de los miembros del Gobierno más conocidos, con un 73%. 

Yolanda Díaz, disidente

La vicepresidenta segunda, y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, vive instalada en la indeterminación, porque, a pesar de las presiones desde Podemos, no acaba de dar a luz su proyecto Sumar; y en la inseguridad política, por la oposición que está encontrando en la formación morada. Pablo Iglesias ha llegado a descalificarla públicamente. 

Su nueva plataforma política, Sumar, tiene el objetivo de colocarla como candidata a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales de 2023, pero el proyecto prácticamente no ha echado a andar, y no existen garantías de que llegue a ser una opción viable. 

Dentro del Ejecutivo, se ha singularizado por su lucha por los derechos sociales, y ella misma se ha atribuido victorias como la subida del Salario Mínimo Interprofesional a pesar de las reticencias socialistas, que no dudaron en proponer en el Senado una subida del SMI por debajo de las exigencias de la vicepresidenta. 

La ministra de Trabajo presume también de la reforma laboral, que ha llevado a la reestructuración de los contratos, lo que ha dado “más seguridad a los trabajadores” según fuentes próximas a Díaz. 

El mayor triunfo que se atribuye es la bajada de los datos del paro. En noviembre descendió en 33.512 personas, hasta los 2.881.380, la cifra más baja en ese mes desde 2007. No obstante, se ha levantado una fuerte polémica que ha puesto en duda esas cifras, sobre todo a propósito de la contabilidad de los llamados fijos-discontinuos. 

La encuesta del CIS la coloca como la segunda ministra más conocida, con el 88%, y alcanza la valoración más alta dentro del Gobierno: 4,92 puntos sobre 10. En la encuesta de líderes políticos aparece en primera posición, por delante de Pedro Sánchez. 

Teresa Ribera, de salida

La gestión de Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha estado marcada por el precio de la luz. 

El precio medio registrado en noviembre en el mercado mayorista alcanzó los 124 euros el megavatio hora (MWh), el valor más bajo desde agosto de 2021, hace 15 meses, cuando la electricidad se pagaba a 106 euros/MWh en plena escalada de precios como consecuencia de la recuperación de la demanda tras la pandemia, lejos de los 309 euros/MWh que se pagaron en agosto, el periodo más caro de la historia. Y ahora está por debajo de los 50 euros.

Ribera, “trabajadora insaciable” como aseguran en su entorno, ha adoptado medidas de alivio ante la subida indiscriminada de las facturas: una nueva tarifa para las comunidades de propietarios, deducciones fiscales en la rehabilitación de viviendas y cambios en la factura de la luz, entre otros. El plan va a movilizar 3.000 millones de euros y pretende proteger al 40% de los hogares. 

Desde junio de 2021, España ha implantado más de 25 medidas para mitigar la crisis de precios de la energía (incluidas en 10 decretos). En su conjunto, suponen un esfuerzo económico que supera los 35.000 millones de euros, casi el 3% del PIB. 

Las medidas han situado el precio de la electricidad en valores significativamente inferiores a los del resto de grandes potencias económicas europeas, como Alemania (315 euros en noviembre), Francia (363 euros) e Italia (400 euros). 

Según la encuesta del CIS, Teresa Ribera obtiene una valoración personal baja: un 4,18, y pasa bastante desapercibida: es conocida solo por el 60% de los españoles.

José Manuel Albares, rescatado

José Manuel Albares llegó al ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación avalado por su papel en La Moncloa como secretario general de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G20 y Seguridad Global, y, antes, asesor internacional de Pedro Sánchez durante su primera etapa como líder del PSOE. 

Su actividad ha estado marcada sobre todo por la decisión del presidente de reconocer los derechos de Marruecos sobre el Sahara, lo que le ha llevado, como ministro, a visitar más de una vez el país vecino. 

Y ha tenido que afrontar la crisis con Argelia, que en un primer momento anunció la ruptura de las relaciones, provocando una pérdida de 487 millones de euros a los empresarios españoles. Según la Secretaría de Estado de Comercio, entre junio y septiembre de 2022 las exportaciones se desplomaron un 78%. “Un problema que sigue sin resolver”, confirman empresarios afectados. 

Su papel en el Gobierno ha sido discreto, “tapando los agujeros de su predecesora, Arancha González Laya”, comentan diputados del PSOE, aludiendo a la crisis diplomática por la entrada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Ha tenido que organizar la cumbre de la OTAN en Madrid, que fue un éxito. No obstante, la encuesta de valoración del CIS le da una nota baja: un 4,03. Es uno de los ministros menos conocidos.

Félix Bolaños, muñidor

El Ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha asumido un protagonismo muy destacado dentro del Gobierno, porque se ha convertido en la figura más importante de La Moncloa, mano derecha de Pedro Sánchez para las cuestiones más decisivas y difíciles. 

Además de haber diseñado la exhumación de Franco, Bolaños ha sido, entre otras cosas, el negociador principal con el PP en asuntos como la renovación del CGPJ y del Tribunal Constitucional. Últimamente ha estado detrás de la salida de Queipo de Llano de la basílica de la Macarena, y tiene pendiente la llamada “resignificación” del Valle de los Caídos, ahora Valle de Cuelgamuros. 

Como ministro de la Presidencia, coordina a todos los miembros del Gobierno, fija el orden del día de los Consejos de Ministros, y preside la comisión de subsecretarios. Su nombre circuló como candidato a la alcaldía de Madrid, luego desmentido, y ha planteado una reforma legal sobre el derecho de los periodistas a no revelar sus fuentes. 

Le conocen más de la mitad de los españoles, según el CIS, y su valoración se queda por debajo de los 4 puntos: un 3,99 de puntuación. 

Margarita Robles, mejor valorada

Margarita Robles es la ministra mejor valorada, aunque tampoco logra el aprobado: un 4,98, según el CIS. 

Su mayor logro ha sido el incremento de la partida presupuestaria de Defensa para 2023: un 8% teniendo en cuenta los fondos europeos, un 6% sin tenerlos en cuenta. El gasto pasa de 9.791 millones en 2022 a 12.317 millones en 2023. 

Los socios de Gobierno, Podemos, criticaron el aumento, diciendo que les habían ocultado esta partida y calificándolo de “vergüenza”, aunque garantizaron que no romperían el Gobierno. 

Robles está bien valorada dentro del Ejército, al que apoya en todo. Entre otras cosas, ha conseguido subir el sueldo de los militares. Tiene fama de tozuda e “inamovible en sus convicciones”. Hizo frente con dificultad a la crisis de las escuchas de Pegasus, que resolvió con el cese de la directora del CNI. Ha recibido duras críticas desde los sectores de Podemos, que han llegado a calificarla como “ministra de la derecha”. 

Durante su mandato, ha afrontado la evacuación de Kabul, tras la toma por los talibanes, además de haber movilizado efectivos en las crisis COVID-19, Filomena y, más recientemente, la erupción del volcán Cumbre Vieja, en La Palma. Su nombre circuló entre los candidatos a la Alcaldía de Madrid. 

En las últimas semanas ha quedado en difícil situación, al decidir Pedro Sánchez acometer la reforma de los delitos de sedición y de malversación, una concesión a los republicanos de Esquerra por su apoyo en los Presupuestos Generales del Estado. Había expectación por ver la reacción de la titular de Defensa, muy beligerante habitualmente con el independentismo catalán y las cesiones que perjudican a España, pero al final ha apoyado la iniciativa del presidente del Gobierno. 

María Jesús Montero, negociadora

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, tiene a su favor haber negociado y sacado adelante tres presupuestos del Estado sin graves problemas. Eso le ha procurado la confianza de Pedro Sánchez, que por eso la ha nombrado vicesecretaria general en el PSOE, incluso con ‘derecho a sucesión’. 

El respaldo de independentistas, nacionalistas y regionalistas a los Presupuestos de 2023 no ha salido barato. El Consejo de Ministros ha aprobado un paquete de medidas que desde la derecha califican de “repugnante”. Entre ellas destacan la reforma del delito de sedición, de malversación, el acercamiento de etarras, el cupo vasco, las selecciones deportivas vascas, y la retirada de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra. Además de fijar el alquiler en el 2%, pactado con EH Bildu. 

De la máxima confianza de Pedro Sánchez, compañeros de partido la califican de trabajadora “incansable y con mucha pasión política”. Su nombre se está barajando a corto plazo para liderar el PSOE andaluz, destrozado tras la dura derrota en las autonómicas. 

Según la encuesta del CIS, su trabajo merece una valoración de 4,04 puntos. 

Fernando Grande-Marlaska, calcinado

El ministro del Interior es el que más desaprobaciones acumula en la legislatura. Los sucesos de Melilla, con el salto a la valla y la muerte de más de una veintena de migrantes, lo han colocado en la diana del resto de grupos parlamentarios, incluido el socio, Unidas Podemos, lo que le ha obligado a comparecer en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones. 

Episodios como la ‘tanqueta’ de Cádiz, la reforma de la ‘Ley Mordaza’, el cese del coronel Pérez de los Cobos, y el escándalo del acercamiento continuado de presos etarras a cárceles del País Vasco y Navarra, lo han debilitado ante la opinión pública, a pesar de los cual sigue teniendo el apoyo de Pedro Sánchez. 

Ahora, el pacto de Presupuestos entre Gobierno y EH Bildu ha puesto fecha a la salida de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra. En cinco meses, dejarán de circular y controlar las carreteras, para trasladar esa competencia a la Policía Foral, lo que ha sido percibido como el cumplimiento de un viejo deseo de los nacionalistas: que las Fuerzas de Seguridad del Estado abandonen el País Vasco y la Comunidad Foral. 

Pese a ser uno de los ministros más conocidos, sin embargo su puntuación se sitúa por debajo de la media, con 3,98 puntos sobre 10, rompiendo así la tradición de que los ministros de Interior siempre figuraban entre los más valorados. 

José Luis Escrivá, técnico

El Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, llegó al Gobierno con fama de ‘técnico’, y de alguna manera se ha mantenido en ese tono, desvinculado voluntariamente de las batallas más políticas. Se ha caracterizado por hablar con claridad en la mayoría de los casos, y ha protagonizado desencuentros con varios compañeros de Gabinete. 

A pesar de su formación y experiencia profesional, no logra dominar del todo las comparecencias en público. Dice cosas “que no pensaba realmente”, y más de una vez ha tenido que rectificarse a sí mismo. 

La ley de las Pensiones es su principal caballo de batalla, con su objetivo de elevar el periodo de cómputo, algo a lo que Podemos se opone. La idea de Escrivá es ampliar progresivamente el cómputo a los últimos 30 años trabajados, pero descartando los dos peores años cotizados, con lo que la pensión se calcularía con los mejores 28 años. 

Se lleva bien con los ámbitos económicos, y recibe buen trato por parte de los medios, ante los que muestra un talante cercano y hasta ‘risueño’. Está poco desgastado y es el quinto ministro mejor valorado por los españoles, con una puntuación de 4,29. 

Isabel Rodríguez, el rostro

La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, es ‘el rostro’ del Ejecutivo, ya que todas las semanas protagoniza la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Y, sin embargo, es uno de los miembros del Gabinete menos conocido: un 35% según el CIS. La valoración es de 4,03 puntos. 

Tras dejar la alcaldía de Puertollano, en materia “territorial” se ha centrado en “eliminar trabas burocráticas” y “optimizar los recursos a todas las poblaciones”, concretado en la firma de un convenio con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para acercar la Administración al mundo rural. Contempla una ayuda a los servicios digitales de la que se beneficiarán 3.000 ayuntamientos, con unos 7,5 millones de habitantes. 

Rodríguez, que se fogueó en la portavocía del Gobierno de Castilla-La Mancha entre 2008 y 2011, ha lidiado con los medios durante la crisis del COVID-19, el caso Delcygate, y también en la crisis de Melilla. No se ha quemado como portavoz, pero tampoco se ha mostrado convincente del todo. 

Pilar Llop, desaparecida

A pesar de ser ministra de Justicia, Pilar Llop ha tenido escaso papel en iniciativas como la reforma del delito de sedición y el proyecto de rebajar el delito de malversación, conducidos directamente desde La Moncloa, de la mano del ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Y tampoco ha tenido influencia ni participación en la crisis por la renovación del CGPJ y del Tribunal Constitucional. Pedro Sánchez la ha mantenido totalmente al margen, ‘sustituida’ por Bolaños y Cándido Conde-Pumpido. 

Respecto a la tormenta sobre la ley ‘Solo sí es sí’, ha intentado mantenerse fuera, con el argumento de que “cuando se aprobó la norma yo no era ministra”, atribuyendo así la responsabilidad a su predecesor, Juan Carlos Campo. 

Llop tiene fama entre los socialistas de perfil dialogante. No busca protagonismo, “trabaja duro en la sombra”, aseguran cargos cercanos. Su falta de popularidad es uno de los motivos por los que fue descartada de la candidatura a la Alcaldía de Madrid, pese a que al principio sonó con fuerza su nombre. 

Prueba de su irrelevancia política es la encuesta del CIS: solo el 31,6% de los españoles le conocen, y su valoración es de un 3,65. 

Raquel Sánchez, desconocida

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha asumido una Cartera “correosa”, según comentan desde Ferraz. La misión de sustituir a José Luis Ábalos no era fácil, teniendo en cuenta que este ministerio siempre ha recaído en personas de máxima confianza de los presidentes. Pero, con su nombramiento, la apuesta era “rejuvenecer y feminizar” el Consejo de Ministros. 

Tuvo problemas con la primera huelga de transportistas, que provocó desabastecimientos, hasta el punto de que llegó a pensarse en una militarización que finalmente no se produjo. 

Su principal reto es la ley de Movilidad Sostenible, que crea un ‘Fondo Estatal para el sostenimiento de la Movilidad Urbana’, gestionado por el Ministerio, que arbitrará las subvenciones para sufragar los costes operativos del servicio y las inversiones verdes y sostenibles. En 2023, destinará 13.000 millones de euros a la movilidad sostenible. Gran parte, unos 8.000 millones, se dirigirán al ferrocarril. 

Raquel Sánchez destaca el éxito de la política de bonificaciones del transporte público: en sólo dos meses se emitieron más de dos millones de abonos gratuitos de Cercanías, Rodalies y Media Distancia. La gratuidad se mantendrá a lo largo de 2023. 

Es uno de los miembros del Gobierno menos conocido: la identifican solo un 26%, y la valoración de su gestión se sitúa en 3,83 puntos. 

Pilar Alegría, al partido

La Ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, es, además, portavoz del PSOE, y como tal comparece todos los lunes en la calle Ferraz para exponer ante los medios el punto de vista del partido. Sin embargo, es desconocida para más del 60 por ciento de los españoles. 

En Educación, ha recibido críticas de todos los sectores que la componen: sindicatos, AMPAS y sociedad civil, singularmente por el papel jugado respecto a la educación especial y al uso del castellano en Cataluña. 

Su principal reto era implementar la LOMLOE, conocida como ‘Ley Celáa’, un objetivo fallido, ya que a comienzos del curso 2022-2023 aún se desconocían todos los detalles de la norma, lo que obligó a la mayoría de centros a reformar los contenidos educativos a mitad de curso. 

Además, Educación ha admitido otro fracaso: ha decidido retrasar la aplicación de la nueva selectividad. El examen de 2024, que pretendía ser de transición, será muy parecido al actual. Además, se ha acordado que la prueba de madurez no cuente un 75% del resultado final, sino un 60%. La versión definitiva de la EVAU (Evaluación de Acceso a la Universidad) se traslada de 2027 a 2028 para buscar consenso. Ha sido criticada por varias comunidades autónomas, profesores universitarios, la Real Academia Española (RAE) y la Red Española de Filosofía. 

A pesar de su activismo en redes sociales, y de su condición de portavoz del PSOE y sus comparecencia en las televisiones, es poco conocida y la valoración la sitúa en mitad de la tabla, con un 4,06. 

Reyes Maroto, candidata

Ministra de Industria, Comercio y Turismo, y candidata del PSOE a la alcaldía de Madrid. Esa es ahora la carta de presentación de Reyes Maroto, que concurrirá a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo de 2023. Hasta entonces, seguirá siendo ministra, es decir, conservará la plataforma de notoriedad que le concede el cargo, lo que le vendrá bien para hacerse la campaña. 

Como candidata, no tiene un perfil demasiado claro. Es poco conocida en Madrid y su talante resulta demasiado blando. 

Poco conocida entre los españoles, ya que solo obtiene un 3,96 de nota, Maroto ha centrado su trabajo en recuperar los datos turísticos previos a la pandemia. Uno de los retos con lo que comenzó 2022 fue el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. En total, ha concedido 115 millones de euros, siendo la comunidad Valenciana y Cataluña las más beneficiadas. 

Se ha llevado bien con el sector turístico, y una de las bazas que va intentar explotar como candidata municipal es la aprobación del proyecto de planta de baterías de Volkswagen en Sagunto, con una inversión de 10.000 millones y unas ayudas del Gobierno que superan los 300 millones. 

Luis Planas, el permanente

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, es uno de los siete ‘supervivientes’ del primer Gobierno que formó Pedro Sánchez, lo que muestra la confianza del presidente en su gestión. 

La agricultura ha afrontado este año su peor crisis, debido a la sequía. La reserva hídrica de España llegó a estar al 31,8%, aunque las últimas lluvias han paliado el problema en gran medida. Los agricultores han hecho frente a las restricciones dejando de cultivar grandes terrenos. Sumado al aumento de precios de los piensos y del suministro eléctrico, el campo vive una situación “crítica” aseguran numerosos agricultores. Y lo mismo dicen los ganaderos. Productores de leche están sacrificando vacas porque les es más caro alimentarlas que el dinero que obtienen con su producción láctea. 

Planas firmó el acuerdo de pesca de la UE para 2023, por el que España ha conseguido 9.953 toneladas de cuota para la merluza del sur, una cifra que duplica la obtenida en 2022 y que es la más alta en los últimos ocho años. Hay 1.200 barcos de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco que se dedican a esta pesquería en el Cantábrico. En el caso de la caballa, especie en la que faenan unos 900 barcos, aumenta un 20% el total admisible de capturas, hasta 29.439 toneladas. 

Persona en general discreta, mantuvo un enfrentamiento directo con su colega de Consejo de Ministros Alberto Garzón por sus declaraciones en contra de las explotaciones ganaderas y del consumo de carne. 

La valoración que le da la encuesta del CIS es 4,06. 

Miquel Iceta, la cultureta

El Ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, aterrizó en el Gobierno tras su trabajo en Cataluña durante los años del ‘procés’, pero también para mantener la cuota ‘catalana’ en el Ejecutivo. 

Su gestión más destacada es el Bono Cultural Joven, solicitado por cerca de 300.000 jóvenes de 18 años. Sin embargo, en muchos casos, los beneficiarios han destinado la ayuda de 400 euros a comprar entradas de festivales de música, que han revendido posteriormente y así han ganado dinero sin trabajar. Igualmente, muchos han recurrido a comprar videojuegos, que luego han sacado a la venta en Wallapop. 

Es uno de los ministros más conocidos, pero la valoración de su gestión se sitúa en los 3,92 puntos. 

Carolina Darias, la presencia

Carolina Darias, improvisada ministra de Sanidad tras la salida de Salvador Illa, dejará el Gobierno antes de mayo de 2023, para ser candidata socialista a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. 

A pesar de gestionar la última parte de la pandemia de COVID, y de comparecer ante los medios en numerosas ocasiones, sin embargo solo la conocen el 53% de los encuestados. No obstante, su trabajo al frente de Sanidad recibe una nota aceptable respecto a otros ministros: 4,35. 

Durante su mandato, se ha fracturado el sistema de elección de plazas MIR, y ha aumentado el número de médicos que abandonan la profesión, lo mismo que las agresiones al personal sanitario. Acaba de aprobarse una jubilación activa para profesionales sanitarios de Atención Primaria, médicos de familia y pediatras en edad de jubilación, con duración de tres años y compatibilizando el 75 % de su pensión.

La situación de la Sanidad Púbica es crítica en gran parte del país, especialmente en la Atención Primaria. Se han producido huelgas y movilizaciones en, al menos, seis comunidades autónomas. 

Entre los principales proyectos del ministerio se encuentra el reconocimiento a las enfermeras de prácticas avanzadas en el nuevo Sistema Nacional de Salud. Pasa por diseñar criterios comunes para las profesionales de toda España, dejando a un lado la variabilidad a la que se someten a diario por el esparcimiento de las competencias en las comunidades. 

Darias ha protagonizado críticas directas a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, desde la rueda de prensa del Consejo de Ministros, como procedimiento para fortalecer su condición de candidata a la alcaldía de Las Palmas. 

Ione Belarra, por debajo

La Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ostenta el récord de ser la peor calificada del Gobierno, con una nota de 3,42 puntos. 

Una de sus batallas ha sido la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, criticada por el Consejo General del Poder Judicial, que, entre otras cosas, ha avisado de que castigará más el maltrato a un animal que el que se aplique por maltratar a una persona. Tras una dura polémica, el PSOE ha dejado fuera los perros de caza. 

Ha conseguido la aprobación de la ley de Familias, que reconoce 16 tipos de familia, a pesar de las resistencias del ala socialista. 

Belarra va a destinar 20 millones de euros para la atención de los Menas. El objetivo es garantizar que las comunidades y ciudades autónomas puedan atender a los menores, niños, niñas, adolescentes migrantes no acompañados que llegan a España. 

Es el segundo pago de los 35 millones destinados al Plan de Respuesta ante la crisis migratoria para menores. El primer reparto, de 15 millones de euros se destinó a Canarias, Ceuta y Melilla, por ser “las regiones más afectadas” y “tratarse de puntos de acceso preferente de las rutas migratorias procedentes de África con destino a Europa. 

Integrante del grupo de cinco ministros nombrados por Podemos, Belarra se ha caracterizado por mantener un perfil bajo, reservado. A pesar de ser secretaria general del partido morado, Yolanda Díaz la excluyó de la presentación de la plataforma Sumar, lo mismo que a Irene Montero. 

Y ha provocado polémica y críticas su decisión de acudir el despacho llevando a su segundo hijo, recién nacido.

Diana Morant, la que menos

La Ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ostenta el récord de ser el miembro del Gobierno menos conocido: apenas un 22% de los encuestados pueden nombrarla. 

Ha mantenido un papel discreto. Su actividad se ha limitado a reuniones con aparentemente poca transcendencia. El principal reto al que se enfrentaba era aprobar la reforma de la Ley de Ciencia, la Tecnología y la Innovación, y lo ha conseguido. 

La reforma incluye mejoras para dar una situación digna a las personas que se dedican a la ciencia. En 2030, el Estado deberá invertir en ciencia el 1,25% del PIB nacional, (el 3%, si se suma la inversión privada) atendiendo al Pacto de la Ciencia e Innovación. En 2023, el Ministerio de Ciencia e Innovación cuenta con el mayor presupuesto en I+D+I de la historia del país, alcanzando los 3.991 millones de euros, unos 100 millones más que en 2022. 

Morant pide reconocimiento para los profesionales, igualdad de género y reducción de la carga administrativa. 

La ministra obtiene una valoración por debajo de la media del Gobierno, con 3,57 puntos. 

Irene Montero, peleando

La ministra de Igualdad, Irene Montero, se ha convertido en el miembro del Gobierno más conocido, sobre todo como resultado de las polémicas que ha protagonizado últimamente. Tras la salida de Pablo Iglesias, perdió poder en el Ejecutivo, pero ahora ha recuperado protagonismo mediático. 

La ley del ‘solo sí es sí’, su proyecto estrella, que salió adelante con dificultades y retrasos, ha provocado, al ser aplicada, más de un centenar de rebajas de condenas por delitos sexuales, y salidas a la calle una veintena de violadores y maltratadores, lo que ha suscitado un cúmulo de críticas. 

Otra de sus iniciativas estelares es la Ley Trans, y ha sacado adelante la ley del Aborto, que da más facilidades a las menores de edad, de forma que las chicas de 16 y 17 años no necesitarán permiso paterno para abortar, y las más jóvenes podrán pedir un abogado si su padres se oponen. 

Sus últimas actuaciones la han posicionado en el panorama político, hasta el punto de que se apunta que se trata de una campaña para posicionarse como futura líder de Podemos, frente a una Yolanda Díaz que cada vez es peor vista en ese partido. 

A pesar de la notoriedad, es la segunda peor valorada del Ejecutivo, con un 3,47. 

Alberto Garzón, inanidad

El Ministro de Consumo, Alberto Garzón, no acierta en las propuestas que hace, que provocan casi siempre polémica y rechazo. Ahí están sus críticas a las macrogranjas, al sector cárnico (que mereció un ‘desmentido’ de Pedro Sánchez con su elogió al chuletón), y sus batallas contra los alimentos y bebidas azucaradas, sin olvidar la ofensiva contra los juguetes “sexistas”, de máxima actualidad ahora con la prohibición de anuncios de muñecas que se dirijan solamente a chicas. 

Saca pecho con la Ley del Juego, que entre otras cosas amplía la protección de los usuarios en los juegos de azar y la prevención de conductas adictivas. Para Garzón, su mayor logro es haber retirado la publicidad de casas de apuestas en los recintos deportivos. 

Es uno de los ministros que más inadvertido está pasando. Los encuestados por el CIS le otorgan un 3,82. 

Joan Subirats, el “independentista”

El ministro de Universidades, Joan Subirats, aterrizó en el Gobierno hace menos de un año, de forma imprevista, para sustituir a otro ministro de Podemos casi sin estrenar, Manuel Castells, que se retiró alegando motivos de salud. 

Es el más viejo del Gabinete (70 años), sigue siendo un auténtico desconocido para la opinión pública, también por su escasa actividad exterior (apenas se le ve en público), y es el tercer ministro peor valorado. 

Nacionalista declarado, presume de haber votado durante el referéndum del ‘procés’. Desde el ayuntamiento de Barcelona, por donde pasó anteriormente, lo califican como “un hombre tranquilo y dialogante, pero más de acción”. 

Subirats se enorgullece de una de las partidas presupuestarias para 2023: 400 millones de euros más a becas, lo cual supone un aumento de casi el 20 %. Desde el año 2020, el incremento acumulado asciende a 1.024 millones dedicados a las becas, es decir, una subida del 65 %.